Carta abierta al Presidente Iván Duque

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Por Fernando Orjuela Galeano.

Varios factores sin duda han marcado el rumbo de su gobierno, independientemente de sus intenciones y de todo lo prometido o no, en su campaña Presidencial.

El alcance de la implementación del espurio Proceso de Paz del teatro Colón, que por desgracia para la nación se incorporó al bloque de constitucionalidad a través de la refrendación que le hizo el Congreso de la República con el famoso fast track y con el posterior aval de la sentencia de la corte constitucional, está perjudicando y afectando los intereses de la nación y de los colombianos de forma grave. Dejando claro incluso por la Corte Constitucional que, si bien el acuerdo obliga al estado, es claro que el mismo no es parte de la constitución y en consecuencia ese blindaje al que fue sometido es claramente modificable.

Si bien usted en compañía del expresidente Álvaro Uribe Vélez, de su vicepresidenta, varios de sus embajadores, miembros de la bancada de gobierno y de otras personas, participaron directamente de manera inconsulta y sin ninguna autoridad, en la negociación que le hicieron al inobjetable resultado del Plebiscito, proponiendo sin razón y sin necesidad alguna, una serie de cambios al documento inicial cuando el triunfo del NO había sido claro y contundente, es importante recordar que, el expresidente Juan Manuel Santos en su momento y después de que su propuesta había sido derrotada en las urnas, ni corto ni perezoso les acepto la inconsulta propuesta que violaba claramente lo más sagrado de la democracia que es la voluntad del constituyente primario, para posteriormente presentarlo al Congreso con algunos pequeños cambios, haciéndolo aprobar con todos los inaceptables e inescrupulosos métodos que se utilizaron.

Su conocido talante democrático respetuoso de la institucionalidad, tiene hoy que reconocer que haber vulnerado y burlado la voluntad popular expresada en el plebiscito con el resultado ganador del NO, no solo es un error histórico garrafal, sino que es un acto condenable bajo todo punto de vista.

Si bien hoy ese Proceso de Paz ha cumplido varias de las instancias de ley que lo están legalizando, es claro que su esencia y su mandato popular fue desconocido, por lo que su proceso de legalización a todas luces no solo es inconstitucional, sino que siempre tendrá vicios de fondo para su implementación por las inmensas heridas que esa violación ha producido en el corazón de los colombianos. Recuerde usted Presidente como creyente, que la voz del pueblo es la voz de Dios y que no existe nada ni nadie por encima de esa voluntad en una democracia.

Las cosas se deshacen como se hacen y si la coherencia de pensamiento en política existe, es importante señalar y recordarle Presidente que varias de sus propuestas de campaña van en contravía de los postulados de ese Proceso de Paz, por lo que es su obligación presentar todos los proyectos de ley que sean necesarios ante el legislativo, para que sus propuestas de campaña avaladas por la voluntad popular de más de 10.365.000 colombianos en las urnas, se cumplan y no ha sido así. Además, usted sabe y conoce que, si esos proyectos de ley no pasan en el Congreso por todos los intereses y corrupción en ese ente y tampoco los avala el Poder Judicial, el Poder Ejecutivo cuenta con varios mecanismos constitucionales como declarar el Estado de conmoción interior y el Estado de Excepción para que usted haga cumplir la voluntad popular por encima de cualquier otro interés. Primero el país.

Para eso lo elegimos Presidente Iván Duque y si así lo hiciere Presidente, estoy seguro que sus electores lo respaldaríamos a capa y espada.

Por supuesto que la Paz, es el perdón, la reconciliación entre las almas, el respeto mutuo, la comprensión, el equilibrio y la serenidad. Es el diálogo, es el derecho de mujeres y hombres a la no violencia y a la justicia. Es la virtud de la tolerancia, es la aceptación y el aprecio del valor de la persona. También es el respeto infinito a la dignidad humana, es la cultural del amor, la concordia, la felicidad, la alegría, la libertad y ese debería ser el objetivo a cumplir y el norte de ese Proceso de Paz. Pero Presidente Duque, es necesario ser sinceros y objetivos con el país, nada de eso se ha cumplido y a estas alturas sus resultados son lamentables y muy poco es rescatable de ese legado y si algo rescatable habrá que conservarlo.

Por algo de manera sabia el pueblo de Colombia así lo avizoró y por eso voto NO.

Ese Proceso de Paz además de haber vulnerado la voluntad popular, cosa que es necesario recalcar de manera reiterada siempre y con ahínco, desde que empezó su implementación está violando nuestra soberanía, la justicia, la ley, el orden, nuestra constitución, la institucionalidad y todos los valores éticos y morales de los colombianos, con mucha más desgracia que aporte.

Presidente, los departamentos de Nariño, Putumayo, Cauca, Choco, Caquetá, Arauca y norte de Santander entre otros que disimuladamente ya están empezando ese camino, están plagados de cultivos de Coca. Más de 200.000 hectáreas y usted lo sabe, hoy son la economía, la ley y el orden en esas zonas. La erradicación forzada que está tratando de hacer su gobierno junto con la fumigación aérea fue deslegitimada por el Poder Judicial con las sentencias de la corte constitucional y tutelas con base en los postulados del Proceso de Paz. Ninguna autoridad puede tocar la coca mientras no se desmonten sus postulados. Además, más del 50% de los insurgentes que se sometieron al Proceso de reincorporación y para quienes se diseñó ese documento, no les gusto el proceso y hoy hacen parte de las llamadas disidencias, que en compañía de otros grupos insurgentes y bandas criminales muy empoderadas, nos continúan dando el título de la primera potencia mundial en producción de cocaína, que crece y crece en nuestra nación, desatando además una criminalidad indiscriminada en varias regiones, que bastante están enlodando la imagen de su gobierno. Como si esto fuera poco, nuestra biodiversidad también está en grave riesgo por el Proceso de Paz, con las más de 200.000 hectáreas que han sido taladas en nuestros bosques y selvas, después de su firma, para dar paso al progreso de los narcocultivos. Frente a este flagelo su gobierno tristemente solo acata y acata las sentencias que hacen nuestros jueces de la república, mientras el país sucumbe, sin una reforma a la justicia robusta que también hacia parte de su propuesta.

Si bien presidente Duque varias de sus promesas de campaña no se están cumpliendo, sorprende que varias de las ejecutorias de su gobierno y que no hicieron parte de su campaña, como es la implementación de una agenda Globalista a la que usted está supeditando los destinos de Colombia, estén afectando gravemente los destinos de la nación. Varios conocíamos antes de ser candidato de su admiración por la sociedad abierta y del mundo global que propone George Soros y los Globalistas, de sus libros, de sus columnas y de su beca otorgada por National Endowment for Democracy, pero lejana estaba la posibilidad de que esas políticas de gobernanza transnacional que establecen las grandes corporaciones multinacionales y las organizaciones multilaterales, tocaran nuestras puertas con la fuerza con que lo están haciendo, supeditando a nuestro pueblo al eterno subdesarrollo por sus políticas en los campos de la economía, salud, tecnología, educación y muchos otros que destruyen nuestra autonomía y valores e impiden claramente nuestra capacidad de desarrollo propio.

Con motivo de la pandemia ocasionada por el Covid-19, usted decreto el cierre de la economía y la cuarentena, delegando en los alcaldes y gobernadores su ejecución, ocasionando una contracción de la economía del 15.7% y una quiebra masiva de Pymes en todos los ámbitos entre otras graves consecuencias económicas. En vez de optar por mantener una economía abierta con protocolos muy estrictos de bioseguridad, se optó por obedecer las políticas controvertidas y poco eficientes del organismo multilateral globalista de la OMS (Organización mundial de la Salud) y para recuperar la economía propone endeudar al país con la banca multilateral globalista con un PIB que caerá más del 7,8%. Es decir, y para que se entiendan claramente, usted está endeudando al país seguramente por encima del 60% del PIB con sus gravísimas consecuencias y está hipotecando el futuro de Colombia, de nuestros hijos y de sus hijos, dicho sea de paso.

Vamos mal presidente y urge que, de un giro a su gobierno, solo pensando en lo que le conviene al país y a su gente, dando cumplimiento al mandato recibido por más de 10.365.000 de colombianos que confiamos en usted. De no hacerlo Presidente Duque es claro que el desprestigio de su gobierno será enorme y el destino de nuestra nación muy turbio y lamentable.

forjuela2001@yahoo.com

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