Por Eduardo Padilla Hernández, presidente Red Colombiana de Veedurías (Aso-Red).
A la edad de 59 años falleció el abogado, ex diputado y comerciante colombiano César Augusto Jattin Feris, a raíz de un diagnóstico coligado al Covid-19.
El “Chechi”, como cariñosamente le decían sus amigos, familiares, comerciantes y compañeros de las lides políticas, nació el 27 de febrero de 1962 en Sincelejo, Sucre; pero la mayor parte de su vida transcurrió en Lorica, Córdoba, ciudad que lo adoptó como su hijo.
Fue diputado en la Asamblea del departamento de Córdoba, en tres oportunidades, siendo nombrado presidente de la misma igual número de veces (1990, 1991 y 2002.
Estaba casado con Emilia Buvoli Sossa, de cuya unión nacieron Ángela, Emilia y Cesar Jattin Buvoli.
Se destacó por su manifiesto amor al deporte del fútbol y el béisbol, disciplinas en las que brilló como aficionado en la cancha Santa Teresita (fútbol) y en el Estadio Tres de Mayo (béisbol). Además, se caracterizó por patrocinar equipos deportivos de Lorica.
Fue un hombre que siempre le agregó ingredientes de buen humor a la vida. Esta es una de sus anécdotas más recordadas que dijo en medio de un discurso, en plaza pública, cuando Orlando Cuadrado aspiró a la alcaldía de Lorica. Los otros aspirantes al cargo eran el médico Baena y el ingeniero Fayad. El “Chechi”, haciendo uso del stand comic natural que él poseía, y refiriéndose jocosamente a los tres candidatos, dijo la siguiente rutina:
“En esta campaña política para elegir alcalde de Lorica, yo no me voy a envainar (con Baena), tampoco voy a fallar (con Fayad), yo me voy es a cuadrar (con Cuadrado)”. El público soltó una carcajada unánime y lo premió con una salva de aplausos. Él nunca decía algo con el ánimo de ofender, sino que desplegaba su buen humor con el fin de ver a la gente feliz.
Era un hombre trabajador, y ese legado se lo inculcó a sus hijos. Ayudaba en gran manera a sus trabajadores.
Se caracterizó por su amor a las personas en general, se dedicó a trabajar por ellas, procuraba su progreso y su bien de manera desinteresada. Sirvió con atención y diligencia. Siempre estuvo dispuesto a hacer favores, ayudar y satisfacer las necesidades de los demás. Constantemente estaba presto a servirle a la gente pobre que lo necesitaba. Cuando se inició el confinamiento social debido a la pandemia del Covid-19, él, habitualmente, sacrificaba una novilla y repartía la carne entre personas vulnerables.
Desde este espacio virtual les envió mis más sentidas notas de condolencias a su esposa, a sus hijos y demás familiares de César Jattin, quien pasó por la vida de ellos, y les entregó su luz que va a resplandecer por toda la eternidad.