Por Sixto Alfredo Pinto.
Las amenazas y asesinatos de periodistas en Colombia, causan escalofrío cuando se observan las estadísticas.
La misma Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), ha dicho que en el año 2018, se han presentado 89 amenazas de muerte a periodistas y sus familiares.
En 2017, según la misma Fundación, se reportaron 65 amenazas de muerte a periodistas, por lo que lo ocurrido en el año anterior, preocupa a las autoridades y a los mismos gremios periodísticos.
Pero, lo que es más triste: muchos esquemas de seguridad de han desmontando y los procesos para llegar a ellos se han vuelto lentos, poniendo en peligro a los periodistas, a sus esposas y a sus hijos.
Y a estos últimos, a las esposas e hijos, ¿quién los cuida? Colombia, ¿será un país de viudas y huérfanos, porque sus autoridades, no previeron una protección real de sus vidas?
Muchas esposas e hijos de periodistas han tenido que salir del país, ante esta situación.
Connotados periodistas tienen a sus hijos viviendo en el extranjero, especialmente, en Estados Unidos. Surge una pregunta más, ¿qué va a pasar con las mujeres y los hijos de los periodistas que viven en pequeñas ciudades y en los rincones más lejanos de Colombia y no tienen los recursos suficientes para sacar a sus familias del país?
Es hora de que las autoridades colombianas, respondan a estas preguntas.
