En 14 días nuestra lapidada, sangrante Colombia, zanjará en las urnas -en medio de la incertidumbre-, el inquilino del ‘solio de Bolívar’ para el período 2022-2026, entre Gustavo Petro (62 años) y Rodolfo Hernández (77), quienes en la primera vuelta vencieron: Petro en la capital y 17 departamentos, el outsider Hernández, en 14. FICO y Fajardo, los estruendosamente derrotados.
Melodramática paliza electoral compartida entre el arisco, frenético, maquiavélico, solapado, torcido, voraz ‘innombrable’; el perverso, venal Gobierno; los instrumentalizados, vergonzantes conservadores y liberales, vagones de cola que, tras el botín, le prodigaron el ‘ABRAZO DE OSO’, al culebrero candidato que consideraban inderrotable.
Mimo que subrepticiamente acaban de duplicar al chúcaro, neófito, senil RODOLFO, quien sin querer queriendo, estratégicamente, de día los repele y, en la oscuridad de la noche -en la que prevalece el crimen- los recibe -encantado- por debajo de la mesa.
Auténtica, bipolar disforia con la embalsamada dirigencia de los despojos de los deshechos partidos que olvidan que uno acompaña al amigo hasta la puerta del cementerio, pero NO se entierra con él, como caprichosa, empecinada, terca, calculadamente, estos ásperos, inescrupulosos, intratables apóstatas lo han hecho, pretextando un alérgico, infundado, patológico, prefabricado temor a la izquierda.
Recursiva disculpa que el jefe Conservador no manifestó durante el cuarto de siglo que estuvo aliado al ‘barquismo’, históricamente antípoda de la doctrina, filosofía y principios godos, máxime, cuando este fue aportante de una dolorosa, sangrienta cuota familiar, para consentir posteriormente el antojadizo, reblandecido, unilateral aggiornamento doctrinario, traficado por el pirata, Carlos Holguín, a voluntad del codicioso, intolerante, sectario, vengativo capataz del Ubérrimo.
Mudanza de la que fueron copartícipes los amnésicos, endogámicos cofrades -secuestrados ideológicamente- que arrastraron la ingente masa de cipayos y fachos que engrosaron el inmemorial absolutismo, autoritarismo que caracteriza la secta de nigromantes -retaguardia furibista- que hipócritamente perviven disfrazados de conservadores, cuya desgranada bancada de tránsfugas, avalados por el partido, solo acatan -como apéndices inamovibles del Ejecutivo- la jefatura del ‘irremplazable’. Farsantes para los que el fin justifica los medios.
Blindaje que les permite hacer lo que les da la puta gana. Inconducta aceptada con total normalidad por la condescendiente, decorativa dirección que, desconectada de la realidad, predica -para la exportación- una fraguada, insentida lealtad a los feriados principios, tradición, estrepitosa, truhanescamente inhumados por estos ensoberbecidos, insensibles caciques.
Investidos de tal autoridad, pontifican, predican lecciones de comportamiento, demandan obediencia al rebaño -so pena de excomunión-, ocultando la época en que como ‘Caballos de Troya’, fundaron -con sus adulones- sus inéditos, propios ‘partiditos de garaje’, bautizados con sus lustrosos apellidos. “Dime de qué presumes y te diré de lo que adoleces”.
Arrogantes, insufribles autistas, incapaces de interpretar la coyuntura política actual, quienes exhiben una arcaica verticalidad -pasada de moda-, orientada a defender, respaldar, solidarizarse con la criminal, obsoleta, retrógrada, venenosa víbora de los ‘falsos positivos’, que manipula la parasitaria, pecaminosa banda de renegados -de variado pelaje- que, al retroceder en el tiempo, resucita el cómo exprimieron al partido, arriaron las banderas para entregarlas -en bandeja de plata- al precitado satán, endosadas hoy, secretamente, a RODOLFO, con la esperanza que los astros se alineen a su favor nuevamente, en perjuicio de la desposeída, engañada, expropiada, irredenta pobrecía, entretenida con sobras.
“Carne de cañón” de los atragantados personajillos que saborean una jugosa, faraónica pensión, mientras los desoídos “tontos útiles”, le cierran cualquier oportunidad, a la par que, apesadumbrados, registran la pérdida de influencia del partido, alejando cada vez más sus vitales anhelos.
De ahí el voto castigo, la merecida bofetada infligida por quienes reclaman -con un sesgo moralista- el CAMBIO que sepulte definitivamente al despreciable, embustero, impopular, incapaz, incoherente, infeccioso, irresponsable, lenguaraz, prefabricado, prepotente, repudiado, teledirigido subpresidente Duque.
Replico -para terminar- las baladíes disculpas de los precitados líderes -de pacotilla- a los que nada les dice la cristalina, nítida, pulcra, racional, transparente, sopesada adhesión al ‘PACTO HISTÓRICO’, de los inmaculados, intachables, virtuosos, Antanas Mockus y Alejandro Gaviria. Reservas morales de Colombia, de reconocida trayectoria. Asentimiento consumado sin cálculo, pensando en los caros, inmanentes intereses patrios -NO los politiqueros-.
A lo que contrapongo a estos especímenes -como ejemplo-, a estas cumbres morales; académicos de campanillas; exrectores de las icónicas, acreditadas universidades: La Nacional y los Andes, a años luz de las referidas acémilas. Qué duda cabe.
Algo va -amigos lectores- de Pedro a Pedro, al punto que el candoroso conservatismo, avergonzado, se abstuvo de propalar oficialmente, su recóndito ‘ABRAZO DE OSO’, dada la certeza que en vez de sumar, restan. CONTINÚA.
Bogotá, D.C., 05 de mayo de 2022