Homenaje Póstumo a Jorge Luis Quiroz Alemán

Compártelo:

Por: Eduardo Padilla Hernández.

El domingo 30 de enero el abogado Jorge Luis Quiroz Alemán le donó su cuerpo de carne y sangre a nuestro lucero azul denominado planeta Tierra.

Los diferentes medios de comunicación, entre ellos las redes sociales, se refirieron a todos los cargos que el magistrado desempeñó a lo largo de su extensa y prodigiosa carrera jurídica.

Por esa razón no me circunscribiré, en este panegírico, a refrendar lo que ya sobremanera está explicado acerca de este gran personaje nacional que nació en Ayapel, departamento de Córdoba.

Sin embargo, me es lícito enumerar algunos de sus cargos, en los cuales se desempeñó con honestidad, teniendo como principio fundamental la justicia:

Jorge Luis Quiroz se desempeñó en el cargo de presidente de la Corte Suprema de Justicia. Era abogado de la Universidad Católica de Colombia, especialista en Derecho Laboral y Seguridad Social de la Pontificia Universidad Javeriana y en Derecho Administrativo y Derecho Constitucional de la Universidad del Rosario. Tenía una amplia experiencia profesional dedicada al ejercicio del derecho como jefe de la Oficina Jurídica, profesional y asesor del Ministerio de Trabajo, juez laboral del circuito, magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, magistrado auxiliar y magistrado de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia, de la cual fue presidente.

Compartió sus conocimientos en la academia como docente de la Universidad del Sinú, Javeriana, del Rosario, Autónoma de Colombia y Politécnico Grancolombiano. Autor de la obra “Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social”.

La ausencia de este amigo generó en mí un sentimiento que me condujo a esta reflexión:
El espíritu de Jorge Luis Quiroz, ¿de dónde vino, ¿quién era él en realidad y para dónde se marchó ahora?

Busqué respuestas en la filosofía griega, en los misterios egipcios, en el misticismo de la India y hasta en el conocimiento ancestral de las tribus indígenas de América; pero mis inquietudes no fueron satisfechas por ninguna de dichas fuentes.

Entonces acudí al libro más leído del mundo: La Biblia. En sus páginas encontré todas las respuestas que yo necesitaba saber acerca de este tema en particular.

¿De dónde vino él?

Antes de llegar a nuestro planeta, Quiroz era un ser espiritual. La evidencia de esta afirmación está en la Carta que Pablo de Tarso le escribió a los Efesios, capítulo 1, verso 3, en la cual dice que existimos desde antes de la creación del universo. El verso 4 dice que Jesús nos escogió antes de la fundación del mundo.

El Salmo 82:1 y 82:6 afirma que antes de la creación, Dios estuvo en una reunión con sus hijos.
¿Quién era él aquí en la Tierra?

Dice el apóstol Pablo, en su Carta a los Efesios 1:3-5, que somos bendecidos, escogidos, santos y predestinados.

¿Ahora, a dónde fue él?

Hace 2 mil años, cuando las autoridades aprehendían a una persona, se requería, para el juicio, de muchos testigos. La mayoría de ellos venían a caballo, los cuales, con sus cascos, levantaban una nube de polvo. Por esa razón, cuando desde lejos se observaban la polvareda, la gente decía: “Alla viene la nube de testigos”.

Por eso Pablo en su Carta a los hebreos 12:1, compara el paraíso con una nube de testigos, allí donde los ángeles llevan a los que van a la presencia de Dios.

Jesús y dos reos fueron crucificados. El Señor le dijo a uno de ellos: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso” (en la nube de testigos).

En Lucas 16:19-31, este médico escritor cuenta la historia de un hombre rico y perverso que comía deliciosos manjares delante de un mendigo. Un día murió el hombre malo y fue sepultado. Después murió el mendigo, pero este fue llevado por los ángeles a la presencia de Dios.

Le doy gracias al Señor, por haberme dado la inspiración de escribir este panegírico, elaborado con todo el amor de Dios que fue derramado en nuestros corazones, para que sea como un heraldo que le lleva consuelo a todos los familiares del magistrado Jorge Luis Quiroz Alemán, quien fue llevado por los ángeles a la presencia de nuestro Señor Jesucristo resucitado. Amén.

Compártelo:
Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *