El Fiscal General, Eduardo Montealegre, sigue haciendo movidas para manejar la justicia e ir dejando fichas clave dentro de la rama. Su objetivo es ubicar a amigos que le sirvan a futuro para blindarse cuando se retire y necesite favores en su ejercicio del derecho.
Por eso, postuló a Eberto Salomón Rodríguez Hernández, identificado con la CC. 19.283.957, como uno de sus alfiles para ser magistrado de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Rodríguez es un hombre de confianza de Montealegre y ya tiene cercanía con ese alto tribunal porque se desempeña Fiscal Delegado ante la Corte Suprema, además también es candidato del Presidente de la Suprema, magistrado Leonidas Bustos, quien tiene un estrecha relación de amistad con el Fiscal, con el que comparte varias posturas ideológicas.
Como si fuera poco, Rodríguez Hernández, de quien se dice es un hombre con buenos recursos económico, es compadre del magistrado de la Corte, Eugenio Fernández. Es decir, está incrustado en las entrañas del alto tribunal, lo único que le falta es ser miembro oficial de este.
Este candidato de Montealegre y del Bustos tiene la premura de llegar rápido a la Corte porque tiene 58 años y se acerca a la edad del retiro forzoso de los magistrados, que es de 65 años. O sea, que si Eberto Salomón Rodríguez logra su cometido sólo tendría 7 años de ejercicio.
La última perla de este caso es que es tal la cercanía del Rodríguez Hernández con el Fiscal Montealegre que este también le nombró a su esposa en el Ente Acusador. Se trata de Patricia Ladino Gaitán, quien se desempeña como Fiscal Delegada ante el Tribunal.
Se asegura dentro de la Fiscalía que la intención de Montealegre, una vez elegido Rodríguez Hernández como magistrado de la Suprema, es subir a la esposa de este, Patricia Ladino, al cargo de Fiscal Delegado ante la Corte, como su reemplazo.