Corralejas Costa caribe

Ley 84 de 1989, para torturar animales en función de la «cultura»

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En la memoria de muchas personas quedaron grabadas las imágenes de animales descuartizados y muertos a golpes en medio de las fiestas tradicionales de algunos pueblos en Colombia. Escandalosos espectáculos presentados al inicio de año, que estuvieron en el ojo del huracán de los grandes medios colombianos y las redes sociales, pero que poca consecuencia trajeron para la defensa de animales y cese de estas prácticas.

Las evidencias del maltrato animal

Las imágenes de inicio de año en Turbaco, Bolívar, donde en las fiestas populares un toro fue apuñalado y asesinado a patadas, pedradas y golpes durante las corralejas. Las del municipio de Buenavista, Sucre, en donde en las corralejas del 2 de enero descuartizaron vivo a un caballo después de haber sido corneado por un toro. O las del puente de reyes en el corregimiento La Marina, Tuluá en el Valle de Cauca, con el hostigamiento y maltrato a gatos amarrados con sogas para que se animaran a correr al escuchar el sonido de la pólvora.

En este video de YouTube pueden ver el video del macabro acto de Sucre, bajo su responsabilidad.

http://www.youtube.com/watch?v=9oHaRKXNfdI

Todas estas imágenes crisparon la atención de la ciudadanía y pusieron momentáneamente en debate la realización de estos actos públicos y la forma de trato hacia los animales. Pero poco se hizo al respecto, pues como la mayoría de estas noticias, se volvió un asunto sensacionalista al ver los vídeos.

Una ley que protege los animales

En Colombia la protección de los animales se rige por la Ley 84 de 1989 “por la cual se adopta el Estatuto Nacional de Protección de los Animales y se crean unas contravenciones y se regula lo referente a su procedimiento y competencia”.

Esta ley que regula el trato que se le debe dar a los animales, tal como aparece en su Artículo 1 del Capítulo 1: “A partir de la promulgación de la presente Ley, los animales tendrán en todo el territorio nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor, causados directa o indirectamente por el hombre”. Un artículo que enarbola el cuidado íntegro de los animales, llámese perros, gatos, equinos, entre otros, en especial cuando se trata de proteger su vida de cualquier peligro que pueda causarle el hombre.

Incluso en el Capítulo 3, artículo 6 plantea: “El que cause daño a un animal o realice cualquiera  de las conductas consideradas como crueles para  con los mismos por esta Ley, será sancionado con la pena prevista para cada caso”. Esos daños implican herir o lesionar a un animal por quemar, golpear, cortar, mutilar, causar la muerte innecesaria, abandonar substancias venenosas en lugares accesibles a ellos, hacer con bisturí a un animal vivo, dejarlo abandonado, lastimar o arrollar por simple perversidad, etc. Punto f: «Convertir en espectáculo público o privado, el maltrato, la tortura o la muerte de animales adiestrados o sin adiestrar”.

Un sinfín de maneras de hacerle daño a un animal que se encuentran prohibidas, dejando la sensación de protección y el ánimo en alto para quien lee esta Ley, pues pinta un panorama de protección gigante, pero que a la hora de la verdad poco se cumple.

Una ley y sus contradicciones

Esto no es lo único que caracteriza la Ley 84 de 1989 de la República de Colombia, pues sus excepciones contradicen todo lo anterior, al permitir eventos que son la cuna del maltrato animal. En el artículo  7: “Quedan exceptuados de los expuestos en el inciso 1o. y en los literales a), d), e), f) y g) del artículo anterior, el rejoneo, coleo, las corridas de toros, novilladas, corralejas, becerradas y tientas, así como las riñas de gallos y los procedimientos utilizados en estos espectáculos”.

Para ambientalistas y defensores de animales como Patricia Dosman Castillo: “No pasa nada con estos y muchos otros casos, simplemente quedan en los noticieros, quedan en las redes, queda la difusión de nosotros como defensores de los animales. En todas partes explota en el momento, a los días se olvida, las leyes no aparecen por ningún lado, quedan de adorno”.

Según estos defensores la Ley 84 de 1989 representa la corrupción y doble moral del país, unas normativas que le guiñan el ojo al maltrato animal y le venda los ojos a la gente diciendo que en Colombia sí se protegen los animales pero no deben olvidarse las tradiciones.

Como resultado de la ineficiencia de esta ley, se deja en evidencia según las estadísticas cerca de 1.200 casos de maltrato animal que fueron denunciados para el año 2014, tratándose solo de las denuncias que realizaron las personas ante la Policía Ambiental y que para este año 2015 van más de 80 casos de maltrato que se han presentado. Cifras realmente alarmantes que demuestran la necesidad urgente de tener leyes de verdad que protejan los animales en Colombia.

Tomado de colombiainforma.info

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