Petro, el converso

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Por Fernando Álvarez Corredor.

El candidato de la Colombia Humana, Gustavo Petro, acaba de dar un giro de 180 grados en sus principios, sus convicciones y sus banderas. En la plaza de La Paz en Barranquilla, con postura mesiánica y tono pontificador dejó ver que está dispuesto a aliarse hasta con el diablo para llegar a la presidencia. Aquel defensor a ultranza del matrimonio entre gays, apologético del aborto y patrono de la legalización de la marihuana, ahora busca el voto de los cristianos que profesan exactamente todo lo contrario, que filosóficamente se encuentran en la otra orilla y quienes tradicionalmente han votado por la derecha.

Su propagandística alianza con un abogado que supuestamente influye sobre cerca de 450 pastores lo ha traído de nuevo al redil como la oveja descarriada. Petro incluso encontró la redención buscando afanosamente si identidad con San Francisco de Asís, con el sacerdote Camilo Torres Restrepo y hasta con Jesús. Claro que para no alborotar a sus barras bravas clasistas tuvo que recurrir al Jesús de los pobres, para seguir en la tónica de exacerbar la lucha de clases que es lo que hasta ahora le ha dado réditos electorales. Se pasó un poco de calidad cuando en lugar de posar de humilde, modo Francisco, dijo que Jesús se parecía a él.

Ahora de pensar modo marxista que la religión es el opio del pueblo Petro pasó a ser católico, a creer en Dios y a dejar claro que NO ES ATEO. La conversión del excamarada Petro puede tener orígenes en que después de haber perdido las elecciones pasadas haya replanteado su fe. O que en espera del milagro para que le dieran la personería jurídica a su partido, se haya arrepentido de perseguir cristianos y criticar camanduleros, como sucedió con Saulo de Tarso, aquel ciudadano romano que nació en Tarso de Cilicia, ferviente fanático del judaísmo que había dedicado su vida a perseguir a muerte a los cristianos y que después de la aparición divina en el camino de Damasco pasó a la historia sagrada como San Pablo o Paulo el converso.

Lo cierto es que el milagro de que como el hijo pródigo Petro haya vuelto a casa se ha producido. Aleluya. Ojalá que esto no tenga que ver con una posición más bien pilatuna y que haya sido el resultado de ver que hay cerca de 2 millones de votos cristianos que pueden inclinar el fiel de la balanza. Dios no quiera que haya sido motivado por que el candidato con el que los expresidentes César Gaviría, Ernesto Samper y Juan Manuel Santos esperan que se les cumpla la profecía de derrotar al uribismo es ateo. Alejandro Gaviria con esa confesión resulta un duro competidor en el centroizquierda y Petro puede pensar que ahora le toca morder por la derecha. Ojalá que no sea el diablo haciendo hostias.

Porque como según los cristianos Dios está en todas partes, ya se metió en las elecciones. O por lo menos lo quieren meter porque en esta jornada electoral de cara al 2022 va a sonar más que el expresidente Alvaro Uribe, a quien muchos ateos han querido satanizar, pero muchos cristianos han tenido como un baluarte. Y no hay que dudar que mucho jugará en estas elecciones la posición de los aspirantes frente al aborto, al matrimonio entre gays y la legalización de las drogas. Mucho púlpito se sacudirá de aquí a mayo 29 y mucha sotana pondrá los puntos sobre las íes de iglesia. Pero no será de extrañar también como advierte la biblia que “vendrán falsos profetas” y de seguro saldrán del closet muchos fariseos.

También pudo ser que Petro haya tenido un sueño revelador donde descubrió el significado de su apellido y sufra la confusión de algunos cristianos que creen que en el griego de San Mateo (M-19) se presentan dos palabras diferentes: “Tú eres Pedro (Petros), y sobre esta piedra (Petra) edificaré mi Iglesia”. Petros es una piedrecilla y petra es una roca, con lo cual por un problema de género resultaron dos palabras, o dos versiones. Y la confusión se agranda cuando (M 16-17) dice que Jesús complementó la frase con: “Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. En ese caso todo parece indicar que que el candidato de la Colombia humana no quiere ir a hacerle compañía a Fidel Castro, de acuerdo con su rival en Cristo, María Fernanda Cabal.

Ahora parece ser que Dios y el diablo están alquilando balcón. Quién sera la piedra? A quién le darán las llaves del reino? Quién será el/la bienaventurado/a? Mientras tocará darle crsitiana sepultura al ateismo de Petro y recordar algunos otros proverbios bíblicos. Porque si alguno se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo, según Timoteo. “Si alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina {que es} conforme a la piedad, está envanecido {y} nada entiende, sino que tiene un interés morboso en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas”.

En todo caso nada está escrito y puede que Petro se haya confundido y por leer a Timoteo haya terminado por leer a Timochenco, que es ateo confeso. Pero Timoteo dice “No un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación {en que cayó} el diablo”. Y ojalá que el Jesús que inspiró a Petro en la Plaza de Barranquilla no sea Jesús Santrich, por el que tanto abogó y también debe estar en el infierno, según Cabal, porque si no apague y vámonos. Sí es así que se encomiende a Dios porque ese Jesús no es el de los pobres sino el de los narcos. Y ahí si toca volver a Corintios, no a Corinto: “Por tanto, el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”.

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