Por: Eduardo Padilla Hernández.
Rodrigo Duterte, expresidente de Filipinas; Nayib Bukeles, presidente de El Salvador y Gustavo Petro, presidente de Colombia, tres mandatarios que han sido capaces de emprender acciones poco comunes y osadas, sin temer a las dificultades o el riesgo que implican sus operaciones ejecutivas.
Duterte es conocido popularmente como «El Castigador» por su política de tolerancia cero con la delincuencia. Su éxito político estuvo relacionado con su apoyo expreso a las ejecuciones extrajudiciales de los consumidores de drogas y criminales. En una ocasión, dijo: “A los corruptos no les doy cárcel, le doy plomo; no gasto dinero alimentando basuras”.
8.663 muertos es el saldo que dejó la guerra contra el narcotráfico y la corrupción en Filipinas. Duterte es criticado por el holocausto al estilo de la Alemania Nazi que generó la guerra contra las drogas y los corruptos.
El ejecutivo, en cabeza de Bukeles, ha capturado a más de 60.000 pandilleros y cierra el cerco contra sus liderazgos, pero es criticado por estas acciones, pues dicen que “en el camino las autoridades han cometido fuertes violaciones a los derechos humanos”.
Mara Salvatrucha es una organización internacional de pandillas criminales cuyas actividades incluyen violación, narcotráfico, extorsión, contrabando de armas, secuestro, robo y asesinatos por encargo, entre otras.
Los pandilleros o mareros, tienden a usar armas de gran calibre para sus hechos delictivos ya que en muchos de sus asesinatos han usado armas de fuego como pistolas, escopetas e incluso fusiles de asalto AK-47 y M16. En algunos casos utilizan armas blancas (cuchillos, machetes, etc.).
Según Criterio, Petro controla el Senado y la Cámara de Representantes con el apoyo de liberales, conservadores, la U, los verdes y la llamada bancada de paz.
La clave de esta alianza ha estado en la participación –burocracia o mermelada, en términos más comunes– que les ha entregado a los partidos, con el fin de que las iniciativas del Ejecutivo sean aprobadas, para bien de todos los colombianos. Pero por esas acciones el presidente Petro ha recibido una lluvia de críticas.
Pensando en la gente que critica todo, me vinieron a la memoria dos historias:
Un acuarelista famoso pintó un pájaro y colocó su obra maestra en un parque de la ciudad, y escribió una nota que decía: “Si usted nota un error, por favor lo corrige”. El artista dejó pinturas, pinceles y se marchó. Varias horas después regresó y, ¡vaya sorpresa! Pues en su cuadro, en lugar de pájaro, había una mancha multicolor.
Una muchacha campesina iba por un camino montada en su burro. Su esposo mayor que ella iba a pie. Una persona que pasaba por ahí, le dijo a la mujer:
– ¡No tienes consideración! ¡Tú vas en el burro y el pobre viejo va a pie!
Ellos cambiaron para complacer al público. Más adelante, otra persona le dijo al hombre:
-¡El caballero en el burro y la pobre muchacha a pie!
Entonces, con el fin de evitar las críticas, decidieron ir ambos en el burro, pero alguien les gritó:
– ¿Acaso ustedes piensan matar a ese pobre burro?
Moraleja: Hagas lo que hagas te van a criticar. Tú, ve tranquilo por tu camino. No agrades al mundo. Haz lo correcto.