‘Balance para el olvido’

‘Balance para el olvido’

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Por: mario arias gómez

«Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”. Texto entresacado del célebre poema de Ramón de Campoamor, que enuncia que en todas las facetas de la vida, invariablemente, nada es inmutable, ni impasible, ni gratuita toda valoración, imperando en casi todo el interés, el subjetivismo, el relativismo; de ahí que la aleatoria realidad, no siempre es aprensible, fiable, por estar -sin pensar-, inesperada, indefectible, forzosamente sujeta -de un día para otro a cambios, mostrando muchas veces su rostro, burlescamente maquillado.

A la luz de lo expuesto por Aristóteles, la grey o piara, a la hora de evaluar, juzgar al gobernante, suele afincarse más en los hechos que las palabras, que cotejadas con lo exteriorizado en campaña, vale como soporte para justipreciar la subordinación a lo prometido, siempre en el entendido que el político, para promocionarse, ofrece el oro, el moro, zambulléndose -por demás- en una facundia de simpleza absoluta, referida -esta vez- al impensado, negligente Presidente, prisionero de su engañoso, etéreo, incoloro, ininteligible, insípido lema: ‘equidad, legalidad, emprendimiento”, con el que se alzó la Presidencia.

Después de los acostumbrados cien días, despegó la evaluación, verificación entre lo prometido, omitido, cumplido, ultimando las razonadas reservas sobre su incoherente liderazgo, a años luz -hay que reconocerlo- del irradiado por el garrulo, intemperante, intolerante amo, ‘sub iúdice’, en sus dos incendiarios, satanizados períodos.

Es lugar común afirmar que amigo del gobernante, es aquel que le advierte los errores, no el que interesadamente lo lisonjea, calla sus yerros. Decía Unamuno: ‘El silencio es a veces la peor mentira´. Acorde con ello, sinceramente deseo que a Duque le vaya bien, sin que los interrogantes, cuestionamientos planteados a su anodina, lánguida y tóxica gestión, sin norte ni autocrítica -que deja mucho que desear-, puedan tacharse de exagerados. Anémico balance, tenido por muchos, interna y externamente, como el más infortunado de la historia reciente: The New York Times. The Economist, El País, DW, BBC.

Comunidad que unánimemente reivindica el tiempo dilapidado en las objeciones a la JEP, que desconoció la ‘cosa juzgada constitucional’ (art. 243), ‘inmutable, vinculante, definitiva’; desairó a la Corte; unificó los partidos defensores del Acuerdo de la Habana; critica extendida a los desacertados, improvisados, viches ministros, faltos -como los que más- de cancha política, que contribuyeron al penoso resultado, junto al insaciable ‘furibismo’ que, menosprecia, inculpa al Presidente, de traicionar el presunto mandato, que dicen derivó de las urnas: hacer ‘trizas’ el legado Santos, instado por su endiosado líder natural.

Balance de ‘maravillas’, soportado en el 22 veces viajero -exitoso vendedor de los reprochados aguacates de Petro-, con los deformados, inverificables índices, incluido el orden público. Ensalzados indicadores sociales que, sometidos al detector de mentiras, aparecen, cuando no falsos, desactualizados: El desempleo imparable; de las encumbradas 16 leyes resaltadas, ocho son iniciativa parlamentaria, una del gobierno anterior; la de ‘usuarios de la salud’, atañe a 14 senadores, (tres del CD); el ‘Centro tecnológico’, impulsado por el BID y diferentes administraciones locales. Congelada la reforma rural. La eliminación de la conexidad del narcotráfico, el secuestro, con el delito político, esfumó toda posibilidad del Acuerdo de paz con el ELN. La indignante propuesta de extender a la canasta familiar, el IVA, hueco que intenta cubrir feriando lucrativos activos.

El cerco diplomático, como el ligero anuncio de que el atornillado ‘Maburro’ tenía las horas contadas, desnudó al dependiente mandatario y al inepto min-Relaciones, que seis meses después, descubrió que se requiere de tiempo para derribar la bestia que cualquier día nos incendia.

Gobierno -sin una bandera que inspire, aglutine, a los más de diez millones de hipnotizados compatriotas que lo elegimos, quien confunde la ‘representación política’ -que aporta gobernabilidad-, con la ‘mermelada’ -reservada para sus paniaguados-, y que implica llevar a sus voceros al gabinete, participación que hace parte de principio democrático, practicado por regímenes ídem, sin que ello se equipare con el ‘barril de los puercos’, que busca apoyos a cambio de canonjías y puestos.

Desalentador manejo, que no permite encuadrar al inconexo país, hoy patas arriba; contener la matanza de líderes sociales, campesinos, desmovilizados; enfrentar a los despojadores de tierras; la minería ilegal; resguardar los adalides que luchan por enraizar la democracia en inhóspitas, irredentas, deprimidas y desprotegidas zonas, excluidas del desarrollo. Devastador, infranqueable y deprimente panorama, atiborrado de miseria, hambre, falta de salud, educación, oportunidades, pan diario de los sin voz.

Bogotá, D. C. 14 de agosto/2019

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