La Pobrentena

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“El hombre es tan fácil de dominar que hasta con un dulce se puede lograr”.

Por Luis Fernando Córdoba R.

Estamos viviendo momentos muy difíciles por culpa de un virus que aún no sabemos si es por causa natural o desarrollado por el mismo hombre, lo cierto es que ha causado mucho dolor en la población por los seres queridos a los que se ha llevado, ignorar su existencia sería caer en lo inhumano.

Lo cierto es que este virus ha servido para que los gobiernos empleen proyectos totalitarios utilizando al mismo hombre como rata de laboratorio, se ha tratado esta “pandemia” con fines manipuladores del modo de como controlar a la población.

A este virus se le ha sumado el peor de los virus que es el del socialismo logrando una combinación que esta doblegando al ciudadano, convirtiéndolo en un esclavo del miedo y a la obediencia por temor a una represión monetaria.

Esta pobrentena que nos han obligado a cumplir, está terminando con la clase media y con el aparato productivo dentro de las diferentes clases sociales, será este el fin del miedo inculcado por parte de los gobernantes con el tan nombrado virus para tener individuos completamente dependientes del estado y así, poder gobernar con políticas socialistas a su antojo.

Si hablamos de cifras sobre los afectados y decesos causados por el virus y lo comparamos con la población mundial, nos daremos cuenta que esos picos de los que hablan los entendidos suenan a un mal chiste, si estuviéramos teniendo una vida normal lo más seguro es que la cifra de decesos aumentaría.

Este virus logró eliminar las muertes por cáncer, por paros cardiacos, accidentes cerebrovasculares, de tuberculosis, de VIH y de cualquier otra enfermedad que se conozca, “ahora entra un paciente a emergencias con catorce tiros, pero el resultado es muerto por el virus”. ¿Cuál será el trasfondo de los reportes sobre el virus?

Lo que si es cierto es que la pobrentena va en aumento, porque los ingresos de millones de personas se detuvieron, más los compromiso económicos no han parado ni se detendrán, ya vemos familias en la completa miseria por culpa de las medidas de aseguramiento tomadas por los preocupados líderes sociales.

Ya se está confirmando que el virus no se detendrá y por ende la pobrentena seguirá haciendo más daño que el mismo virus, se ha demostrado que los efectos después de este encierro forzado traerán más efectos negativos que positivos en el comportamiento de la sociedad.

La pobrentena está llenando a la gente de resentimiento, depresión, angustia, ansiedad y odio; está comprobado que el dinero es el que mueve al mundo y como dice el dicho, “Amor con hambre no dura”.

Muchos gobiernos van a flexibilizar algunos comercios como son los vuelos nacionales e internacionales, ahora pregunto. ¿Si el virus aun está a la vuelta de la esquina, qué se logro teniendo a la población atemorizada y enclaustrada, permitiendo que la pobrentena le abriera más la puerta al miserable socialismo?.

Amanecerá y veremos… si los gobiernos reconocieran lo mal que llevaron este virus frente a la economía, porque para sus propósitos personales y de control social ha sido todo un éxito.

Esta “pandemia” y el virus socialista les ha servido a muchos para hacer experimentos a nivel social y económico, tanto en el gobierno como en la industria y comercio informal, el comportamiento del individuo ante estos experimentos los ha estudiado muy bien el frases Étienne de la Boétie y lo escribió de esta forma. “Los osados, para adquirir el bien que buscan, no temen el peligro; los prudentes no rehúyen el esfuerzo; los cobardes y torpes no saben aguantar el mal ni recuperar el bien, se contentan con solo desearlo y la virtud de intentarlo les es quitada por su cobardía”.

“Cuando el hombre permite que el miedo o el capricho de otro lo domine, la miseria ya la tendrá asegurada”.

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La Otra Cara es un portal de periodismo independiente cuyo objetivo es investigar, denunciar e informar de manera equitativa, analítica, con pruebas y en primicia, toda clase de temas ocultos de interés nacional. Dirigida por Sixto Alfredo Pinto.


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