Por: Ariel Peña.
Por la situación laboral que existe en Colombia, con una población económicamente activa de casi 25 millones de personas, en donde el desempleo está por encima del 13% y la informalidad es cercana al 60%, además de una tasa de sindicalización de apenas el 7% de la masa trabajadora, cualquier Reforma Laboral integral se debe enfocar en fortalecer la calidad de vida de la población colombiana; en cambio de pretender copiar recetas como la Reforma Laboral de Hugo Chávez en Venezuela, que hizo desaparecer drásticamente el trabajo productivo, condenando a la miseria y al hambre a millones de trabajadores con sus familias.
Así que una Reforma Laboral democrática y consensuada, tiene que ser, para aumentar el empleo, disminuyendo la informalidad y el desempleo, además de fortalecer el sindicalismo, dado que la organización de los trabajadores se crece en la medida que haya empleo, como ocurrió hace algunas décadas en Colombia, en donde el índice de sindicalización fácilmente llegaba al 25%, algo que se perdió por las políticas neoliberales y por la dirección errática y dogmática de sectores extremistas, seguidores de tesis totalitarias que orientaban a varios sindicatos.
La CUT (Central Unitaria de Trabajadores) que es gobiernista, presentó un borrador sobre la reforma laboral, en donde según el artículo 68, sobre el Contrato Sindical (respaldado por el artículo 482 del C.S.T) aspecto que es desarrollado por importantes sindicatos, este se eliminaría, salvo en el caso del sector público hasta que se cree la planta temporal respectiva, por lo que se estaría violando el derecho a la igualdad consagrado en el artículo 13 de la Constitución Política del Estado, pues se privilegia a los sindicatos del sector público por encima de los que hacen presencia en el sector privado.
También si desapareciera el Contrato Sindical en la Reforma Laboral, se estarían violando los Convenios 87 y 98 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), ratificados por Colombia y que hacen parte del Bloque de Constitucionalidad; dichos convenios expresan claramente la defensa sobre la libertad sindical y la protección del derecho a la sindicalización de los trabajadores, además del rechazar todo acto de discriminación que se haga en contra de los trabajadores o sus organizaciones por parte del Estado, especialmente.
A lo que se debe agregar que la Honorable Corte Constitucional en su Sentencia C-621/08, es enfática en la libertad sindical para autoconformarse y autoregularse conforme a las reglas de organización interna que libremente acuerden sus integrantes, sin que para ello haya intromisión o intervención del Estado; de tal suerte que en una Reforma Laboral ante el Contrato Sindical, lo más conveniente es reglamentarlo para no permitir algunos abusos que se han presentado, pero en su esencia el Contrato Sindical es intocable.
En una economía globalizada, una Reforma Laboral en Colombia se tiene que adaptar a la situación internacional, superando las fijaciones doctrinarias que puede tener el ejecutivo y que van en contrapelo del bienestar de la sociedad en materia de empleo, lo que nos llevaría a la miseria total; de manera que así como en una Reforma Laboral se tienen que buscar las reivindicaciones de los trabajadores y recuperar derechos adquiridos en el pasado, también habría que tener en cuenta otros factores de capital importancia.
Debido a que la esencia de dicha iniciativa, se tendría que encauzar en el fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa que genera el 40% de PIB nacional y a la vez ocupa a más del 80% de la fuerza laboral disponible, para que los trabajadores de dichas entidades logren trabajo digno con una vida decente, en cambio de pretender hacer aprobar una reforma ideologizada y llena de prejuicios, que no contribuye ni a vigorizar el empleo ni mucho menos a robustecer el sindicalismo.
Siempre tendremos que aludir a China, cuando asumió la economía de mercado, después del fracaso del Plan Básico que tenían las grandes trasnacionales para Latinoamérica a principio de los años setenta, que convertían a la región en una gran factoría, pero al ser reemplazada Latinoamérica por China en el proyecto de las trasnacionales, el país asiático dirigido por el partido comunista, al asumir la economía de mercado, ha sido el responsable de impulsar a rajatabla el neoliberalismo que ha perjudicado a los trabajadores del planeta con su esquema laboral, lo que en Colombia ha llevado al cierre de factorías, ya que los empresarios buscan mano de obra barata en otras naciones, siguiendo el ejemplo chino; de tal suerte que el elemento internacional acerca del empleo, hay que tenerlo en cuenta en la Reforma Laboral, que se está presentando en el país.
De manera que es curioso observar a dirigentes de la CUT, exhibiendo un borrador de reforma, considerando todavía que las relaciones laborales siguen siendo iguales a las que ocurrían hace más de 50 años, antes de que la China asumiera el libre mercado, de modo que la nostalgia de algunos dirigentes sindicales, especialmente de la denominada izquierda, que creen que la situación del mercado laboral es la antaño, usando su acostumbrado radicalismo verbal, se estrella con la dura realidad; por lo cual para una genuina Reforma Laboral, ante todo hay que examinar de forma pragmática a los diferentes insumos, para que dicha reforma no termine en un fracaso estruendoso, perjudicando a toda la sociedad colombiana.