El huracán ‘Ida’ de categoría 4 tocó el estado de Luisiana con vientos máximos sostenidos de 225 km/hora

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Primera-. Al menos 30 combatientes progubernamentales murieron y más de 56 personas resultaron heridas ayer (domingo) en ataques aéreos contra la mayor base aérea de Yemen,

Al Anad, situada a 60 kilómetros al norte de Adén, segunda ciudad del país y la capital provisional del gobierno yemení, en guerra desde 2014 contra los rebeldes hutíes. Naqib atribuyó poco antes a los insurgentes el ataque perpetrado con misiles y drones.

Los hutíes por el momento no reaccionaron. La guerra en Yemen opone desde hace siete años a las fuerzas del gobierno, apoyadas por una coalición militar liderada por Arabia Saudita, a los rebeldes, secundados por Irán. Los hutíes controlan una gran parte del norte del país, así como la capital Saná. «Hemos movilizado a todo el personal, desde cirujanos a enfermeros», declaró el director del hospital, Mohsen Murshid. «Sabemos también que todavía hay cuerpos entre los escombros», agregó.

Antes de la guerra, el ejército de Estados Unidos utilizó la base de Al Anad para perseguir a yihadistas de Al Qaida. Desde agosto de 2015, la controla el gobierno yemení.

Segunda-. El Pentágono reveló que el sábado lanzaron un dron sobre Afganistán, el cual acabó con la vida de dos de los terroristas del Estado Islámico (EI), quienes eran “de alto perfil”, además uno de ellos quedó herido, información que dio a conocer el general Hank Taylor, subdirector de Logística del Estado Mayor de EE.UU.

Este ataque fue en respuesta al atentado que se produjo el jueves en el aeropuerto de Kabul, donde decenas de personas perdieron la vida, entre ellas 13 soldados estadounidenses.

Indicó que Washington continuará realizando operaciones contra los terroristas “según sea necesario”. John Kirby, portavoz del Departamento de Defensa, indicó que se descarta que la muerte de estas dos personas pueda impactar de alguna manera en la capacidad del Estado Islámico para planificar ataques, por lo que no les supondría una pérdida de valor.

Tercera-. La masacre del aeropuerto de Kabul, que dejó más de 160 muertos tras un atentado en las puertas de la terminal durante las evacuaciones, es no solo el primer ataque desde la caída de Afganistán en manos de los talibanes, sino también para algunos el primer gran fracaso de los islamistas.

Pese a las alertas de seguridad de los Gobiernos extranjeros, y los informes de inteligencia, las escenas del aeropuerto, con decenas de cuerpos sin vida esparcidos en la periferia del recinto, evidenciaron la incapacidad de los fundamentalistas para asegurar el país ante amenazas terroristas. Esta fue justamente una de las promesas de los talibanes en febrero del año pasado cuando acordaron con Estados Unidos la retirada de las tropas internacionales: no permitir que el suelo afgano fuera usado como base terrorista. “Los talibanes dijeron que no permitirían que nadie amenace a ningún otro país, lo prometieron repetidamente, pero hay una diferencia entre no permitir y no ser capaz de prevenirlo”, subrayó el investigador de asuntos de insurgencia Tameem Bahiss.

Cuarta-. Una detonación controlada por las fuerzas estadounidenses que se escuchó en todo Kabul ha destruido la Base militar norteamericana Eagle, el más grande puesto de avanzada de la CIA fuera del aeropuerto de Kabul. La voladura de la base tuvo por objeto garantizar que cualquier equipo o información no cayera en manos de los talibanes.

La Eagle Base (Base Águila), que comenzó a funcionar a principios de la guerra en una antigua fábrica de ladrillos, fue utilizada durante todo el conflicto. Pasó de ser un pequeño puesto de avanzada a ser un centro en expansión que se utilizaba para entrenar a las fuerzas antiterroristas de las agencias de inteligencia de Afganistán. “Eran una unidad excepcional”. “Fueron uno de los principales medios que utilizó el gobierno afgano para mantener a raya a los talibanes durante los últimos 20 años. Fueron los últimos en luchar y sufrieron muchas bajas”. El complejo era extremadamente seguro y estaba diseñado para que fuera casi imposible penetrar en él. Paredes de hasta 3 metros de altura rodeaban el recinto, y una gruesa puerta metálica se abría y cerraba rápidamente para permitir el paso de los vehículos.

Quinta-. Devi Sridhar, catedrática de Salud Pública Global en la Universidad de Edimburgo, asesora del gobierno de Escocia, indicó que el cambio climático y el calentamiento global supondría “una de las principales amenazas” para que se produzca una nueva pandemia.

Cuestionó las decisiones globales que se vienen tomando. Indicó que “la deforestación” así como la “reducción de áreas de vida salvaje para su posterior urbanización” provocará que haya mayor interacción entre animales y humanos. Considera que el cambio climático y el calentamiento global son problemas que están “muy interrelacionado”, y que por tanto suponen “una de las principales amenazas para una pandemia”. La “deforestación de países, reduciendo áreas dónde los animales viven”, y donde “la gente se instala y construye sus hogares” hará que más adelante haya “más interacción entre ellos y más probabilidades de contagio”, explicó. Indica que “el 70 % de nuestras infecciones son zoonóticas, -es decir- provienen de animales salvajes”.

Ñapa

Al cierre de la presente nota (domingo en la noche), el huracán ‘Ida’ se encuentra 2 mph de un huracán de categoría 5. tocaba el estado de Luisiana con vientos sostenidos de 155 mph (más de 240 kilómetros por hora) 225, desatando evacuaciones masivas en esta región del sur de Estados Unidos.

Las marejadas ciclónicas esperadas de hasta 16 pies, están haciendo comparadas con Katrina de 2005, que derivó en la muerte de 1,833 personas, hace 16 años. Estamos pendientes de ajustar esta información de presentarse algo extraordinario.

Sobremesa

Bogotá, D. C., 30 de agosto de 2021.