Especial: El héroe que salvó la vida a Kennedy en la II Guerra Mundial

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P

rimera-. El teniente William F. Liebenow era un oficial de la Marina durante la Segunda Guerra Mundial y sus actos de heroísmo se extendieron desde las aguas del Pacífico Sur, hasta las playas de Normandía.

Había que evadir al enemigo, lanzar torpedos y rescatar a más de 60 hombres de un barco que se hundía.

ero, a pesar de haber sido partícipe en esos episodios, él no sería recordado por nada de eso, sino por salvar la vida de John F. Kennedy. Liebenow, que murió en agosto de 2017, a los 97 años, enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington.

Las cenizas del ex teniente fueron llevadas en un carruaje de caballos a una colina cubierta de hierba, a un kilómetro del lugar donde Kennedy está enterrado, junto a una llama constantemente prendida. Aunque los hijos de Liebenow se mostraron agradecidos por el honor, señalaron que su padre se habría sentido avergonzado por toda esta conmemoración. Él no era un ser que se jactaba de su pasado.

Segunda-. Liebenow se había unido a la Marina tras Pearl Harbor. Casi dos años después, estuvo destinado en las Islas Salomón, un archipiélago al este de Australia y Nueva Guinea. Uno de sus compañeros era un capitán de 26 años de Massachusetts, “Jack” Kennedy.

Ambos eran comandantes de patrullas torpederas, más conocidas como PT. Estas veloces naves hechas de madera albergaban a una docena de hombres, cuatro torpedos mortales y tres poderosos motores. Durante una patrulla nocturna, el bote de Kennedy no pudo salir lo suficientemente rápido y fue embestido por un destructor japonés. El PT-109 fue partido en dos. Su motor, alimentado por gas de alto octanaje, explotó.

Dos hombres resultaron muertos. Los otros se aferraron a la parte delantera flotante del barco. En un momento dado, Kennedy y 10 sobrevivientes nadaron durante cuatro horas hasta llegar a una pequeña isla desocupada en la que esperarían la ayuda. Durante seis días, subsistieron con cocos y esperanza.  Los demás líderes asumieron que la explosión no había dejado sobrevivientes. Ningún bote de rescate se estaba dirigiendo hacia allí. El hombre que llegaría a convertirse en el 35º presidente parecía destinado, en este punto, a sobrevivir solo unos pocos días más.

Tercera-. Dos isleños -Eroni Kumana y Biuku Gasawere- que pasaban en una canoa vieron a los miembros de la tripulación. Aunque Kennedy estaba seguro del lado en que estaban estos isleños, sabía que existía la posibilidad de que su canoa volviera a un lugar ocupado por los aliados. Necesitaba -sin hablar su idioma, ni tener papel-  enviarle un mensaje.

Lo único que tenía era un cuchillo. Agarró un coco y comenzó a tallar. “11 VIVOS…”, escribió. “NECESITAN BARCO PEQUEÑO”. El coco fue llevado a un observador de la costa australiana, que transmitió el mensaje a la base de Estados Unidos en la isla de Rendova. Setenta años después, cuando los historiadores le preguntaron a Liebenow por qué su bote, el PT-157, había sido elegido para dicho trabajo, respondió, era “el mejor barco del Pacífico Sur”. En broma agregaba: “Éramos los más prescindibles”.

John Kersey, escribiría que cuando Kennedy vio el PT-157 gritó: “¿Dónde diablos han estado?” “Tenemos algo de comida para ti”, respondió Liebenow. “No, gracias. Acabo de comerme un coco”, le dijo. Diecisiete años después de su rescate, Liebenow ayudó a Kennedy a hacer campaña en Michigan. El candidato señaló que regularmente se reunía con veteranos que habían estado en el bote que lo rescató en el Pacífico Sur. Kennedy mantuvo esa cáscara de coco, convertida en un pisapapeles, en su escritorio de la Oficina Oval.

La hija de Liebenow, Susan dijo: “Mi papá siempre decía, ‘solo hacía mi trabajo’”. Al lado de donde reposan sus restos había una corona y un manojo de flores rojas y blancas y una nota de Caroline Kennedy -la única hija sobreviviente del presidente- que decía “con el más profundo aprecio”.

Cuarta-. Luego que el pasado 30 de junio el Comité Permanente del Congreso Popular Nacional de la República Popular de China aprobó por unanimidad la Ley de la República Popular de China sobre Salvaguardar la Seguridad Nacional en la Región Administrativa Especial de Hong Kong, la misma que entró en vigencia esa misma noche, poniendo fin al modelo de “un país, dos sistemas” en Hong Kong que no fue respetado, y es una grave renuncia a la Declaración Conjunta Sino-Británica de Hong Kong y la comunidad internacional.

Taiwán teme que pueda convertirse en el próximo objetivo de China, por considerar que cualquier movimiento suyo es de carácter independentista, y que las organizaciones con sede en Hong Kong o agentes de otras naciones no protegidas por la Convención de Viena, sobre Relaciones Diplomáticas, pueden sufrir un destino similar. Taiwán insta a la comunidad internacional a reconocer la verdadera naturaleza del régimen autoritario del PCCh, y hace un llamado a los países de ideas afines para que participen en una oposición concertada.

Quinta-. El Ministerio de Salud libanés elevó ayer a 158 la cifra de fallecidos y a 6.000 la de heridos como consecuencia de la detonación el pasado martes de casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de Beirut. A su vez, veintiuna personas siguen desaparecidas. Una fuente del ministerio había señalado el sábado que tenían constancia de sesenta desaparecidos, sin embargo, apuntó que se seguían ajustando dichas cantidades.

Según la cartera de Salud, alrededor de 120 de los heridos están en ocasión grave y un 20 % de los lesionados han tenido que ser internados. El martes, un incendio originado por causas que todavía se investigan en un almacén del puerto de la capital donde se guardaban casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio, provocó la enorme explosión y una onda expansiva que alcanzó a viviendas a más de 5 kms de distancia.

Centnares de miles de personas se han quedado sin casa y muchas de ellas están recibiendo ayuda de organizaciones internacionales, que han levantado carpas en la zona afectada. El directivo general de Aduanas ha sido preso y el director del puerto permanece en detención domiciliaria, así como al menos otras quince personas, mientras sigue la investigación para determinar las causas del siniestro.

El primer magistrado libanés, Michel Aoun, sostuvo que no se descarta ninguna hipótesis para explicar la detonación que provocó la cadena de eventos y que se ha de determinar si es que se debió a una negligencia o a una operación externa, un misil “o cualquier otro acto”.

ÑAPA

De acuerdo con el más reciente boletín del Ministerio de Salud, en las últimas 24 horas, el país registró 49,970 nuevos contagios, con lo que el número casos por la Covid-19 ascendió a 3’012,412, mientras que con 905 decesos en el último día, el total de víctimas mortales ya suma 100,447.

Sobremes

Bogotá, D. C., 10 de agosto de 2020