Doble Militancia en Colombia: La Radiografía de los Partidos y Movimientos Políticos en el país

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Por: Eduardo Padilla Hernández Magíster en Derecho y Profesor de Derecho Ambiental. 

 

Desde la Ciencia Política y otras disciplinas afines, se ha buscado incesantemente conceptualizar figuras tan relevantes para la democracia representativa como lo es el partido político. No obstante, por sus diferencias estructurales y las funciones diversas que ha cumplido a lo largo de la historia, teniendo en cuenta las particularidades de cada región donde se ha materializado, se ha complejizado tal tarea.

Es menester que la población conozca, no solo que hay profesionales que se consagran al estudio de lo político y de la administración pública, sino que todo tiene una debida fundamentación teórica y conceptual que permite su correcto funcionamiento. Por ejemplo, en Alemania y otros países de Europa en los que se instauraron Estados de Derecho y, posteriormente, democracias representativas tras sufrir los avatares del absolutismo, se han encargado de fortalecer institucionalmente sus sistemas políticos, con actores bien pensados para el bienestar de su pueblo.

Precisamente Norberto Bobbio, reconocido politólogo, jurista y filósofo italiano, ha estudiado esta temática a profundidad, concluyendo que,

Los partidos transmiten lo que en la literatura sociológica y política se llama la demanda política de la sociedad y que a través de los partidos las masas participen en el proceso de formación de las decisiones políticas, significa el cumplimiento de las dos funciones que se le reconocen unánimemente a los partidos políticos (Bobbio, 2004).

Es decir, puede afirmarse que los partidos políticos funcionan como un puente entre el Estado y la sociedad, transmitiendo la información necesaria y gestionando oportunidades de participación ciudadana, para que el aparato estatal enrumbe su actuación hacia la satisfacción de las necesidades genuinas de la población.

Esta breve introducción se realiza para contextualizar la grave problemática que se enfrenta en Colombia con respecto a la solidez y transparencia de los partidos y movimientos políticos. Si bien puede ser objeto de un estudio completo, hay dudas sobre la fundamentación ideológica y el acompañamiento constante de tanques de pensamiento sólidos que sustenten la narrativa y el proceder de estas organizaciones. Se reitera el caso alemán, en el que es impensable separar a los partidos de sus “Think Tank”.

Habrá quienes indican que en cuestiones de organización social no se trata de copiar y pegar modelos extranjeros, lo que es correcto, pero tampoco se trata de trasgredir formas que si funcionan, alegando una autenticidad que redunda en hacerle daño a la institucionalidad del país.

Así, con intereses, ideologías y discursos difusos que cambian según el ambiente electoral de la coyuntura, se estructuran las dinámicas a nivel nacional, cayendo en múltiples errores e, incluso, delitos como el de la doble militancia en sus diversas vertientes.

Caso específico es lo acaecido en las últimas elecciones para Congreso, en las que en el departamento de Santander se generó una coalición entre Pacto Histórico, Colombia Humana, Polo Democrático y Alianza Verde. Se dilató la entrega de la lista de candidatos y, finalmente, quedó en ella la señora Mary Anne Andrea Perdomo, como única candidata del Pacto y militante de Colombia Humana.

Dicha candidatura después buscó ser desestimada por los señores Gustavo Francisco Petro Urrego y Alexander López Maya, indicando que se había decidido apoyar a los candidatos de la Alianza Verde. Empero, el Consejo Nacional Electoral negó la solicitud de revocatoria de la inscripción de la citada candidata. Así las cosas, ella legítimamente era la candidata de la coalición y, según la jurisprudencia y, más específicamente la sentencia de 26 de agosto de 2021, Rad. 05001-23-33-000- 2019-02946-01(Acum.), MP. Rocío Araújo Oñate del Consejo de Estado, se incurriría en doble militancia, si se apoya a un candidato de otra colectividad a la que no se esté inscrito, “salvo los casos en que el partido no tenga aspirante para el mismo cargo o curul o cuando el apoyo al candidato de otra organización política obedezca a una instrucción del propio partido”.

Si bien desde la coalición se dio la instrucción de apoyar a los candidatos de Alianza Verde, ya se tenía un candidato inscrito por la lista del Pacto y Colombia Humana, por lo que, el entonces Senador Alexander López del Pacto Histórico, incurrió presuntamente en doble militancia por apoyo al expresar abierta y públicamente su soporte al que fuere candidato de la Alianza Verde Jorge Flórez, quien inicialmente renunció a la lista de la coalición en la que estaba Mary Anne Andrea Perdomo.

En resumen, se dilató la presentación de la lista de la coalición, cuando se presentó solo se permitió una candidatura del Polo, posteriormente de los otros partidos renunciaron a dicha lista y, finalmente, se indicó que se apoyarían a los candidatos de Alianza Verde. Cuáles serían entonces los parámetros para tales decisiones, los intereses de quién se estarían protegiendo: ¿Los del pueblo santandereano? ¿Los de las colectividades? ¿Cuáles eran los puntos de encuentro? ¿Qué beneficio obtendría cada uno?

Sobran interrogantes y faltan respuestas para entender cómo operan los partidos en este país, cuáles son genuinamente sus posturas y que el público sepa quiénes representarían mejor sus aspiraciones, pues si bien es importante analizar al individuo, es trascendental observar la actuación de la colectividad a la que pertenece, más allá de las alianzas por conveniencia y de los “ires y venires” que solo permiten volver famosos los nombres de ciertos políticos, pero no sus posturas, su trayectoria y su capacidad para cumplir cabalmente su función.

Última observación: la culpa no es solo de ellos, la culpa es de los colombianos que poco o nada sabemos de cultura política, que nos dejamos influenciar por los juegos mediáticos, la desinformación y la inmediatez. Los colombianos que buscamos excusas para no leer, para no votar conscientemente, para hacer mal uso de las tecnologías, para no cumplir con los deberes que tenemos de veeduría y seguimiento, y para tener siempre una excusa para quejarnos, pero nunca para tomar responsabilidad.

Referencias

Bobbio, N. (29 de Julio de 2004). Partidos políticos. Obtenido de https://lacantera.blogia.com

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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