El Despecho de una Mujer generó Torbellino Político en Colombia

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Por: Eduardo Padilla Hernández, presidente de Redvigila.

¡Qué cosa tan terrible es el despecho! Con razón Darío Gómez dedicó toda su vida a este tema que lo hizo inmortal.

La chica que cuestionó a Nicolás, en medio de su tremenda tusa, mejor se hubiera dedicado a ahogar sus penas cantando “Por las calles del amor”, del maestro Darío, porque eso de cantar su guayabo en los medios puede convertirse en un búmeran donde, al retornar, la dueña de esa arma australiana puede salir muy lastimada.

Por eso, mi estimado joven Nicolás Petro, no hubieras cortado ese amor así de un sólo tajo, porque las consecuencias han alcanzado grandes dimensiones, como represa que se rompe en pleno invierno, inundando a Colombia con el rumor oceánico de la cizaña.

El hombre debe ser muy afable cuando termina una relación con una bella dama, para comprender el dolor que debe causar la separación en el corazón de ella, pues la ausencia duele tanto como la muerte de un ser querido.

Yo pienso que los colombianos deberíamos de ser folclóricos, artistas, poetas, teatreros, para enfrentar los conflictos con amor, con humor, con gallardía.

Yo admiro la piquería vallenata, donde dos adversarios, durante la canción pelean, se ofenden, hasta se humillan entre sí, pero cuando termina la contienda, ellos se abrazan como hermanos, porque el conflicto lo utilizan sólo para divertir al público, no para sembrar cizaña.

El Presidente Gustavo Petro no está obligado a responder por lo que haga su hijo Nicolás Petro, pero, como padre, debe orientarlo, reprenderlo y no permitir que afecte negativamente su gobierno.

El día que el Mandatario Petro cometa desaciertos, lo criticaré sin reproches como se hace en la crítica literaria o pictórica, pero si no es él quien comete el error, no debo hacerlo, porque uno debe actuar con objetividad, pues una cosa es que un hijo cometa un error y otra cosa diferente es que el padre no tenga nada que ver con la falta que comete el hijo.

Sin perder nuestra autonomía debemos ser objetivos, pues tanto penalmente como civilmente nadie está obligado a responder por otro. Tampoco se debe perseguir a alguien por responsabilidades ajenas.

Si el joven Petro debe enfrentar la justicia, que la enfrente, pero hay que tener en cuenta que un gran sector de los políticos colombianos le debe explicaciones a Colombia y a las autoridades, pero los medios no difunden esos hechos dolosos.

En cambio, se obstinan en crear un escándalo basados en una versión donde no se ha mostrado ni una sóla prueba, pues es evidente que las declaraciones que hemos oído en los medios son producto del despecho de una mujer por sentirse abandonada.

Pero los medios, en lugar de ayudar a la distinguida dama acudiendo a una ayuda profesional, lo que hacen es tirarle piedras al panal de abejas africanas. Estos insectos que salen de la boca de las personas pican la mente del pueblo colombiano. Porque hay muchos obstinados, habladores de vanidades y engañadores que trastornan a la comunidad, divulgando por ganancia deshonesta lo que no conviene.

Hasta el mismo exPresidente Álvaro Uribe Vélez ha cuestionado a los charlatanes, pero al parecer su milicia no tiene disciplina, pues no le hacen caso.

“Jesucristo, -con su palabra eterna- conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, se derrumbará” (Mateo 12:25).

Gustavo Petro dijo que Nicolás sea investigado por la justicia. Eso es un buen ejemplo digno de admirar que no tiene precedentes en ningún padre político de nuestro país.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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