Los Danieles pelan el cobre

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Por Fernando Álvarez Corredor.

“El Bandi”, César Villegas fue primero convidado por Daniel Samper Pizano para que fuera socio de la revista Cambio 16 en Colombia. Todo con miras a que su hermano Ernesto Samper llegara a la presidencia de la mano generosa de los 5 millones de dólares que le entregaron los jefes del Cartel de Cali.

Definitivamente Gustavo Petro y Gustavo Bolívar van a tener que cambiarse el nombre. Estos gustavos malolientes, porque huelen a chusma, y no precisamente por su origen popular sino por su vocación de chusmeros, aquellos bandoleros que fueron algo así como los abuelos de los guerrilleros, deberán ir pronto a una notaría y cambiarse a Daniel Petro y Daniel Bolívar porque todo indica que son los escogidos para llevar la batuta de este trío compuesto por los Danieles Samperes y Daniel Coronell, que ya tiene en sus planes mamertos reclutar a Daniel Mendoza, el abogado genio de Matarife, para completar su cuarteto.

Petro será el ungido de esta avanzada mediática de los Danieles y Bolívar hará de áulico con sus paraísos. Aunque este libretista millonario está preocupado porque el abogado de medio pelo se le metió al rancho y amenaza con quitarle la cuchara, ya que descubrió su talento tardío y muy pronto estará por escribir “Sin Uribe si hay paraíso”. Inicialmente pensó en hacer algo con el título Sin tetas…pero de inmediato le brincó la famosa columnista filo mamerta, de capul trasquilado, porque ella recuerda que se hizo famosa gracias a que el comandante guerrillero del M 19, Jaime Bateman, descubrió e hizo pública su admiración por los atributos pectorales de quien querrá llamarse ahora María Daniela.

Aunque la idea que tenía el abogaducho era “Sin tetas no hay uribismo” para intentar hacer referencia a su idea de cómo el presidente Iván Duque será el sepulturero del uribismo por no dar el brazo a torcer y no facilitar que su partido ordeñe al Estado, como sí lo hizo a las maravillas su antecesor Juanpa con el partido de la U, del que antes esta vocal simbolizaba a Uribe pero la cual terminó por ser estandarte de la ubre, como asimilaban los santistas al Estado de la mermelada y la contratocracia.

La estrategia está clara, mientras los Danieles se encargan de desprestigiar a Duque por medio de sus columnas, el abogaducho lo hará con quien fue su mentor, el expresidente Álvaro Uribe, con su mentirosa y difamadora serie Mararife. Petro y Bolívar mantendrán la llama del M19 viva haciendo llamados a la protesta y aupando el vandalismo, como nueva filosofía de resistencia, que incluye alebrestar venezolanos que, sabe Dios, si Maduro financia porque para el tipo de coordinación que exhiben se necesita billete.

Pero la más reciente trastada del Daniel mayor fue venirse lanza en ristre contra quien el cree que es el poder detrás del trono, Luis Guillermo Echeverry. Y como si pretendiera coger el toro por los cuernos descubrió que este amigo del presidente tiene mala ortografía y que no es periodista. En su vil estilo este columnista que se ganó el mote de “sicario moral” cuando hace unas décadas la emprendió contra Gustavo Vasco, entre otras cosas porque para él era el poder detrás del trono del presidente Virgilio Barco. Vasco lo bautizó así y le recordó que sus denuncias tenían buena gramática pero pésima dicción programática.

Lo curioso es que los amigos cercanos a Echeverry y a Duque piensan que tener mala ortografía debe ser menos malo que ser de 4 en conducta, porque hay que recordar que el socio de Daniel Coronell, el testaferro del Cartel de Cali, “El Bandi”, César Villegas fue primero convidado por Daniel Samper Pizano para que fuera socio de la revista Cambio 16, cuando montaban la versión en Colombia. Todo con miras a que su hermano Ernesto Samper Pizano llegara a la presidencia de la mano generosa de los 5 millones de dólares que le entregaron los jefes del Cartel de Cali, Don Gilberto y Don Miguel Rodríguez Orejuela al expresidente que pasó a la historia como el hombre del 8.000.

El Daniel mayor creía que Álvaro Uribe era bueno cuando pertenecía al Poder Popular, el movimiento que lideraba su hermano Ernesto para llegar a la presidencia, pero ahora lo considera el enemigo número uno de la producción cocalera de las FARC, de la expansión del Socialismo del Siglo XXI y de la llegada al poder de la izquierda de Petro y Maduro.

En las estrategias de los Danieles ahora se trata de demonizar a Uribe y a Duque y a Echeverry y a todo el que esté en la foto de los anticastristas y antimaduristas para llevar a Petro a la presidencia. Así su hermano Ernesto se ganará un escaño en la OEA, que le retribuiría el exguerrillero por haberlo nombrado embajador en su narcogobierno del 8000. Hay que recordar que estos Danieles nunca escribieron contra los capos de la mafia pero siempre han hablado de que han sido perseguidos y han tenido que exiliarse.

Lo único que se recuerda de Samper Pizano sobre Pablo Escobar fue una columna en la que le sugería al capo del Cartel de Medellín que no participara en política y que más bien aprendiera de los Kennedy en Estados Unidos, cuyo padre espero a que fuera la próxima generación la que buscara la presidencia. Daniel Samper está seguro de que si Pablo Escobar Gaviria lo hubiera escuchado y hubiera aplazado su ambición para su heredero hoy Juan Pablo Escobar, o Sebastián Marroquín, sería el candidato que estaría ad portas de llegar a la presidencia y seguro de la mano de los Danieles.

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