Cuidarse la piel es de suma importancia para conseguir que esta tenga un aspecto saludable y evitar la aparición precoz de arrugas y manchas.
Existe mucha información al respecto y una gran cantidad de productos con esta finalidad, por eso aquí te daremos algunos consejos para que puedas armar un kit cuidado facial que se acomode a tí y a tus necesidades.
Primero la limpieza
En cualquier rutina de skin care, sin importar cuantos productos utilices, el primer paso siempre debe ser limpiar la piel correctamente antes de aplicar cremas o serums.
Si estás maquillada, lo primero que debes hacer es retirar todo el maquillaje de tu piel. Las opciones son de lo más variadas, una de las más reconocidas son las toallitas desmaquillantes. Estas tienen la ventaja de ser prácticas y perfectas para llevar en la cartera a cualquier lado.
Otra opción práctica para transportar debido a su presentación compacta es el bálsamo desmaquillante, que ofrece además una textura más suave y untuosa.
También podemos encontrar desmaquillantes en formato líquido o cremoso. Desde leches de limpieza hasta cremas o agua micelar. La ventaja de este tipo de productos es que puedes dosificarlos mejor, y es más sencillo encontrar variaciones para distintos tipos de piel.
El desmaquillante del que más se habla últimamente es el agua micelar. Esta no solo sirve para retirar el maquillaje, sino que también elimina impurezas y células muertas de la piel pero con una fórmula suave, siendo una buena opción para pieles sensibles.
Tanto si prefieres las toallitas desmaquillante o las presentaciones de mayor tamaño, lo más importante es que selecciones una fórmula que esté pensada para tu tipo de piel: grasa, seca o sensible.
Y si acostumbras utilizar maquillaje a prueba de agua, optar por un desmaquillante bifásico puede ser la mejor opción. Estos cuentan con cierta cantidad de aceite, lo que permite remover maquillaje de larga duración sin la necesidad de frotar demasiado nuestra cara.
Jabones, geles y espumas, ¿qué es mejor?
Luego de desmaquillarnos, es importante limpiar correctamente nuestra piel para eliminar cualquier resto. Este paso es uno de los más relevantes para el cuidado facial, ya que también nos permitirá deshacernos de cualquier suciedad, restos de polución o protector solar que se pueda acumular en la piel luego de un largo día; además de contribuir a retirar las células muertas.
En cuanto al formato del limpiador facial, la realidad es que la elección es puramente personal ya que no hay uno mejor que el otro. Lo más importante son sus componentes.
Las pieles normales pueden acomodarse tranquilamente a cualquier producto, pero este no es el caso de las pieles sensibles.
Para este tipo de piel, lo mejor es buscar limpiadores específicos que posean ingredientes tales como aloe vera, cúrcuma, niacinamida o té verde. Estos actúan como calmantes y descongestivos, además de que las fórmulas de este tipo de productos no poseen ingredientes demasiado agresivos que puedan generar rojeces y molestias.
Con respecto a las pieles grasas, los productos faciales que contengan ingredientes que ayudan a regular el sebo, como el ácido salicílico, pueden ser de gran ayuda. Este activo también es antiinflamatorio, al igual que la niacinamida.
Este tipo de activos, sin embargo, no son ideales para las pieles secas. En este caso, lo mejor es buscar productos de limpieza con activos humectantes cómo el ácido hialurónico.
Tónicos, hidratantes y serums, ¿qué utilizar?
Un elemento infaltable a la hora de armar un kit skin care es una crema humectante. Este bien podría ser el tercer paso de una rutina para quienes no tengan necesidades específicas por fuera del cuidado de la piel.
Para elegir este producto es esencial considerar los activos que contiene, como nombramos anteriormente, y también su textura.
Las cremas humectantes de textura liviana son mejores para pieles grasas o sensibles, mientras que una crema con mayor consistencia puede ser más útil para pieles secas que precisen una mayor hidratación.
Sin embargo, hay productos faciales de cuidado que deben colocarse antes de la misma si la piel tiene necesidades especiales o queremos darle un cuidado extra a nuestro cutis.
Los tónicos, por ejemplo, pueden ser de gran ayuda para equilibrar el pH de la piel luego de la limpieza en pieles sensibles. O bien, pueden ser un gran agregado para controlar la oleosidad en pieles mixtas y grasas.
Luego de la limpieza, o bien del tónico, también se pueden utilizar serums para atender a necesidades específicas. Por ejemplo, los serums antiage suelen tener retinol o ácido hialurónico. O bien podemos optar por serums antimanchas que se destacan por contener ingredientes como vitamina C y niacinamida.
Como último agregado antes de la crema hidratante, también se pueden colocar contornos de ojos en caso de necesitarlos.
Al momento de elegir este tipo de productos, es importante evaluar si son aptos para tu tipo de piel y, además, seguir las instrucciones del fabricante, ya que hay productos de skin care que sólo están recomendados para su uso nocturno, por ejemplo.
Protector solar, el paso más importante
Al realizar nuestra rutina de skin care por la mañana, no debemos olvidarnos del último paso: el protector solar. Un error común es pensar que, si el día no está soleado, este no es necesario.
La realidad es que utilizar protector solar todos los días es de suma importancia para retrasar el envejecimiento de la piel y evitar manchas. Además, es importante para minimizar las posibilidades de contraer cáncer en la piel debido a la exposición solar.
En cuanto a las elecciones personales…
Aunque la gran cantidad de productos faciales pueda resultar abrumante, tiene una ventaja: puedes encontrar los productos que tu piel necesita sin resignar tus elecciones personales. Hay productos aptos veganos, libres de crueldad animal y amigables con el medio ambiente.
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