Las andanzas delictivas del prófugo guerrillero jefe de las Farc, Iván Márquez, habrían llegado a su final en tierras venezolanas, según fuentes de inteligencia.
Márquez, máximo cabecilla del grupo disidente de las Farc llamado la Segunda Marquetalia, habría sido asesinado en Venezuela en un atentado preparado en su contra.
Su muerte sería producto de una brutal guerra en el hermano país entre organizaciones criminales, como las Farc, por el control del narcotráfico en la zona de frontera con Colombia, especialmente el manejo de las rutas por donde sale la cocaína a Europa y Estados Unidos.
Márquez volvió sus actividades delicitvas en compañía de sus principales hombres o secuaces: Seuxis Pausias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich; Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, alias «El Paisa», y Henry Castellanos Garzón, alias Romaña; todos muertos en Venezuela, envueltos en una guerra por el manejo de la droga con su propio compañero de las Farc, Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, quien también murió en la vecina nación.
Márquez llegó a cargo ese cargo máximo en el Secretariado de las Farc por ser uno de los sucesores del entonces abatido exjefe de la guerrilla Alfonso Cano, quien murió, según información de las autoridades en un operativo de las autoridades en 2011.
Ni Márquez, ni Santrich, ni El Paisa se quisieron someter a la Justicia Especial para la Paz (JEP), creada en el proceso de paz de La Habana y prefirieron seguir su vida delincuencial. Sin embargo, recientemente el electo Presidente de Colombia Gustavo Petro Urrego, afirmó que luego de su posesión haría lo posible para que Márquez volviera a someterse a la JEP.
No obstante, el líder narcoterrorista, al parecer, no pudo disfrutar de una segunda oportunidad ante la JEP en el gobierno petrista… cayó abatido en Venezuela, paradójicamente un territorio donde todos fueron buscando refugio, pero que se convirtió en el cementerio de los cabecillas de las Farc.