Más de 200 presos políticos, excombatientes de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), luego de seis años,. todavía esperan en la Penitenciaría La Picota de Bogotá, la aplicación para ellos de la Ley 1820 de 2016 sobre Amnistía en el marco del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno Nacional y ese grupo rebelde en La Habana (Cuba).
Han pasado dos gobiernos, el de Juan Manuel Santos y el de Iván Duque, y estos líderes sociales no ha recibido los beneficios por su sometimiento o acogimiento al citado Acuerdo habanero de 2016. Siguen en La Picota detenidos en pabellones corroídos, vetustos y nauseabundos a los que el Estado no miraba ni le interesaba arreglar.
Pero la política ha cambiado y estos colombianos reincorporados esperan que la administración progresista del Presidente Gustavo Petro Urrego los tenga en cuenta para decretarles la amnistía que se ganaron y sean liberados como un compromiso con la paz o que el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) mejore sus condiciones de vida.
Mientras esperan que sus intenciones se hagan realidad, como firmantes del citado Acuerdo de paz, estos hombres se han dado a la tarea, con el aval de las autoridades carcelarias, de arreglar con múltiples obras las instalaciones del Patio 6 de La Picota, donde están recluidos, para vivir dignamente allí. Actividades que nadie había realizado durante décadas de existencia de esa lúgubre prisión capitalina de máxima seguridad.
Esas acciones de los presos, son una muestra fehaciente de lo que estas personas están dispuestas a hacer en pro de la reconciliación, dando un claro ejemplo a la sociedad.
Se han dado a la tarea de tapar los huecos, arreglar las cañerías, componer las luces, reparar las rotondas, curar o cambiar los techos, al igual que destapar el alcantarillado y pintar con vistosos colores las paredes de la famosa cárcel, para mejorar la convivencia entre los reos.
También están dedicados ha realizar todo tipo de singulares artesanías de gran calidad, en un proyecto especial en el que participan la mayoría de estos presos políticos, las cuales venden entre sus familiares o los visitantes a la penitenciaría para obtener recursos.
Esos dineros luego son invertidos en las mejoras y los arreglos que los gestores sociales están haciendo en el Patio 6, recursos que incrementan, además, haciendo rifas que venden entre la población carcelaria y sus seres queridos.
Nuestro portal La Otra Cara obtuvo esta serie de videos exclusivos, como pruebas, en los cuales los presos realizan las labores que les estamos describiendo…
«Noviembre 27 de 2022. Desde el Patio 6 de La Picota, los prisioneros políticos y firmantes del Acuerdo de Paz estamos haciendo una labor de arreglo de la cancha de (microfútbol) que corresponde a este patio, con el fin de poder vivir un tanto dignamente, dado que las entidades que les corresponde hacer mantenimiento a esto, no lo hacen. Entonces con nuestros propios recursos que conseguimos a través de rifas que hacemos entre nosotros y la venta de artesanías, dentro de un proyecto artesanal que tenemos acá, los prisioneros políticos y sociales hacen este trabajo. Aquí estamos cementando la cancha, puliendola, para posteriormente pintarla con esmalte de tráfico pesado para que se mantenga», explicó uno de los gestores políticos del reclusorio.
Los hombres del Patio 6 esperan la implementación del Acuerdo de Paz y reintegrarse a la vida civil del país para desarrollar todos sus conocimientos en diferentes áreas como la construcción, la electricidad, la tecnología o las manualidades, etc.
Hay que finalizar esta primera entrega diciendo que la Sala de Amnistía de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), también creada en el Acuerdo de Cuba para investigar y juzgar a los exguerrilleros que dejaron la armas, hasta hoy ha sido muy lenta, demorada, en los trámites y en la aplicación de los beneficios para estos colombianos que se acogieron a la Paz.
Hasta el momento solo se han sido amnistiados 180 rebeldes y quedan estos 200 presos de La Picota a la espera que se les resuelva su situación judicial.
