El A-68A ha alcanzado aguas poco profundas cercanas a la isla de San Pedro, donde puede encallar, cambiando por años el clima y el ecosistema de este importante santuario de pingüinos y focas.
Tomado de Rt.com
El gigantesco iceberg A-68A, que se desprendió de la Antártida hace varios años, se ha acercado a menos de 100 kilómetros de la isla de San Pedro, o Georgia del Sur, informó la NASA.
The overlay of @CopernicusEU #sentinel1 ?️ over this improved bathymetry by @BAS_News shows how close iceberg #A68a has approached the shallow ocean waters near South Georgia Islands ??. Knowing that #A68a reaches ~200 m below sea level, it is very close to grounding. pic.twitter.com/AcVhFMjMxe
— Stef Lhermitte (@StefLhermitte) December 14, 2020
Previamente, los investigadores supusieron que, si se detiene en las proximidades de la isla San Pedro, el A-68A puede bloquear rutas de alimentación de esos animales y amenazar la supervivencia de su población. Además, destruiría el ecosistema del fondo marino.
El iceberg está a la deriva desde el 2017, cuando se separó de la barrera de hielo Larsen, en la Antártida, que se considera la parte más cálida del continente. Aunque el proceso es natural, se ha acelerado en los últimos años con el calentamiento global.
Los trozos de hielo flotantes ponen en peligro las rutas marítimas principales del océano Atlántico, advierte la NASA.
La población de pingüinos de San Pedro se estima en decenas de miles y la de focas, en seis millones. En cuanto a las aguas protegidas cercanas a la isla, albergan más especies que las Galápagos.
La isla de San Pedro, otrora de base de balleneros, está actualmente casi inhabitada. Su asentamiento principal, Grytviken, no tiene residentes permanentes. Aunque está bajo control del Reino Unido, es reclamada por Argentina y fue escenario de combates en abril de 1982, durante la Guerra de las Malvinas.