Por Sixto Alfredo Pinto, Director del Portal La Otra Cara.
El libro: «Mi Lucha Contra la Corrupción», de la autoría del magister, abogado y escritor Eduardo Padilla Hernández, es un cimiento sobre el cual se debe edificar y seguir sobreedificando.
Debo resaltar la valentía de Padilla al exponer los problemas de corrupción, su capacidad para inspirar a otros a tomar acción y su contribución al debate sobre cómo combatir este problema.
También debo mencionar que esta obra ofrece soluciones prácticas y nuevas perspectivas sobre el tema.
La corrupción en Colombia tiene raíces históricas, pero se intensificó en el siglo XX.
Durante ese tiempo, varios factores como la violencia política, el narcotráfico y la debilidad institucional han contribuido a su propagación.
Aunque es difícil señalar una fecha exacta de inicio, se puede decir que la corrupción ha sido un desafío persistente en la historia del país.
La corrupción puede llevar a comportamientos violentos, como robo, destrucción y asesinatos por varias razones.
En muchos casos, los corruptos buscan obtener poder, riqueza o influencia a cualquier costo, lo que puede llevarlos a cometer actos ilegales y dañinos para alcanzar sus objetivos.
El poder sin dominio propio y sin amor ha sido el origen de todos los males.
Los corruptos, por la inmensidad de su locura, ignoran que el poder sin los otros dos elementos, se convierte en un búmeran que cuando regresa al dueño, lo lastima de manera considerable, y a veces hasta le causa la muerte, como sucedió con Ñeñe Hernández el senador Mario Castaño.
Además, la impunidad y la falta de consecuencias efectivas pueden fomentar comportamientos cada vez más extremos.
También es importante considerar cómo el entorno político, social y económico puede influir en las acciones de los corruptos.
FORMAS DE CONTRARRESTAR LA CORRUPCIÓN
-Una forma de comenzar a luchar contra la corrupción es educarse sobre el tema.
-Estar al tanto de los problemas de corrupción en nuestro entorno.
-Participar en movimientos cívicos.
-Apoyar organizaciones que luchan contra la corrupción.
-Ejercer presión sobre los líderes políticos para que tomen medidas contra la corrupción también son pasos importantes.
-Promover la transparencia y la rendición de cuentas en todos los niveles de la sociedad puede contribuir a combatir este problema.
¡Cada pequeño esfuerzo cuenta!
Un aforismo pesimista dice que “a este país no lo arregla nadie”, pero Eduardo Padilla no creyó en esa falacia ad ignorantiam, entonces, por esa razón estudió derecho, ejecuta veedurías, escribió varios libros sobre medio ambiente, y ahora está ad portas de publicar su libro: “Mi lucha contra la corrupción”, como un esfuerzo más para continuar combatiendo ese flagelo que tanto daño les ha causado a los mares, a los ríos, a la flora, a la fauna, a la identidad nacional y a la sociedad colombiana en general.
Cuando digo que la corrupción también le ha causado daño a la cultura nacional, es con base en que el mercado trata, por todos los medios, de confundir a los pueblos con la apatía por las tradiciones nacionales, mientras impone con fuerza todo lo extraño, ambiguo, insustancial e incoherente.
Y, por último, digo que aquí ya el rey no es el soberano, pues hace 238 años dejó de serlo.
Ahora el Soberano es el Pueblo colombiano, porque así está escrito en la Constitución.
Los funcionarios públicos son empleados al servicio del Soberano.
Así que, Señor Soberano, tome conciencia de su posición en derecho, y batalle contra la corrupción.
Señor Soberano, inspírese, tome acción y contribuya al debate sobre cómo combatir la corrupción, a partir de este libro de Eduardo Padilla Hernández: “Mi Lucha Contra la Corrupción”.
¡No se deje destruir, robar, ni matar nunca más!