Era operado por Repsol, en contrato de asociación con Ecopetrol, por un valor de 30 millones de dólares diarios.
El pozo petrolero Siluro en las costas de La Guajira, que el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, visitó hace dos meses y anunció con bombos y platillos al país como “un gran hallazgo”, que iba a solucionar lo problemas energéticos de la Nación, resultó seco.
Así lo confirmó la propia Agencia Nacional de Hidrocarburos, después de perforarlo y de invertir 30 millones de dólares diarios en perforación.
El campo estaba operado por la firma Repsol, en un contrato de asociación con Ecopetrol.
“Fuimos al pozo exploratorio Siluro a ver cómo está operando, y como parte de la política que tenemos en marcha para volvernos no solo autosuficientes, sino una potencia energética”, dijo Santos, el 14 de mayo de 2017, acompañado por el Presidente de la petrolera española Repsol, Antonio Rufau.
“Es una muestra muy importante de ese futuro que estamos dejando sembrado para que Colombia y nuestros hijos tengan un mejor país. Para La Guajira y Colombia este tipo de inversiones significa un mejor futuro con más empleo y más prosperidad”, recalcó el Jefe de Estado.
Ahora hay que hacerse una pregunta: ¿Sobre qué cálculos se basaron Ecopetrol y Repsol, que no son novatos en la materia, para explorar Siluro?
Es decir, esa gran cantidad de dinero de la Nación se perdió por un mal cálculo de dos expertos a costa del bolsillo de los colombianos y las buenas noticias sobre el pozo Siluro, resultaron ser una cortina de humo más del Mandatario Santos, para aplacar los innumerables puntos oscuros de su Presidencia.
