Por: Eduardo Padilla Hernández, abogado, presidente de Redvigila.
Los corruptos se tambalean como borrachos, pero no de whisky Macallan con grosella negra y granos de pimienta, sino debido al pánico que les causa el hecho de que por primera vez en sus licenciosas vidas se sienten atrapados en la flagrancia de sus actos criminales.
Esta ebriedad cognitiva se debe a que mediante la Resolución 244 de 2023, el presidente Gustavo Petro ha oficializado el nombramiento de Salvatore Mancuso Gómez como nuevo gestor de paz.
Salvatore Mancuso, antiguo gestor de Guerra, decidió reconciliarse con la paz y, en consecuencia, ahora está obligado a decir la verdad de su actuación como comandante militar y económico.
La resolución 244 del 14 de agosto del 2023 le abre el espacio legal para declarar su participación, además de revelar los nombres de sus cómplices políticos y financieros en el conflicto armado del siglo XX, siendo él mismo el actor principal y protagonista de esa violencia armada.
Para inicios del año 2000 empieza la toma política de Córdoba, montando una hermosa modelo en el Consejo Municipal de Tierralta, que terminó después con la mayor votación de la Cámara de Representantes de Colombia.
Es de todos conocida la ruta que tenía Avianca para subir al cielo para hablar con el “Mono” sobre el tema de todos los aspirantes a alcaldías, gobernación de Córdoba y Sucre, para repartirse el presupuesto anual respectivo y escoger a los testaferros ejecutores de las obras civiles y servicios paramédicos con sus EPS respectivas.
Ahora le toca bajar del cielo y soltar la lengua, para revelar la identidad de sus cómplices, delincuentes, testaferros, encargados del saqueo del erario público que se esconden en Montería, en clínicas, centros comerciales, empresas de chances y almacenes de marcas exclusivas y deportivas.
Teniendo al rio Sinú como testigo, los Castaño, por la margen izquierda, y Mancuso por la ribera derecha, acompañado de sus testaferros, se toman las mejores tierras del Sinú, y son esas las que hoy quita la Fiscalía, como son: Támesis, Misiguay, El Torno, 05, Capilla, etc., cuyas acciones tienen un origen delictivo.
Hay una nebulosa de testaferros escondidos, agazapados, comprando “Lomotil” para soportar la tormenta judicial que será generada por la resolución 244.
Mancuso tiene que decir los nombres de sus testaferros, hablar de las contrataciones que a dedo adjudicaban los alcaldes de Tierralta, Montelíbano, Planeta rica y la Apartada, para construir escuelas, parques y puentes.
Tiene que decir quienes manejaban la salud en sus clínicas del norte y sur de Montería y sus EPS que enriquecieron a muchas familias, y hoy les apuestan a las alcaldías, con aportes delictivos manchados con sangre Cordobesa.
Con la desaparición del combo Castaño, el comandante Mancuso se quedó con el Botín de guerra conformado presuntamente por: Centro Comercial Alamedas, la contratación del alumbrado público de Montería y Cartagena; puesto que quien figura como testaferro propietario para inicios de la década del 2000 no declaraba un patrimonio ni de 500 millones, pero hoy es el estandarte del desarrollo delictivo urbano de Montería y de los servicios públicos concesionados, con derecho a manejar hasta el transporte menor de la capital cordobesa.
Que Mancuso diga, sin ambages, quién es el testaferro que maneja las empresas de taxis, patios del tránsito, multas y operatividad vehicular, sustituyendo a la policía y controlando la movilidad pública, como un efecto residual de gestión primigenia delictiva de las AUC.
El exjefe de las AUC Tiene que decir quiénes fueron los gobernadores que él montó para que le nombraran a su cuñado como secretario de salud; además, debe revelar en manos de quién está el manejo de la Salud Cordobesa, quién está involucrado en las obras civiles y su participación en la empresa de Chances y la compra de armas, por lo cual encarcelaron a su esposa Martha Dereix.
Toda la clase política cordobesa, desde el año 2000, fue financiada con recursos del ex-paramilitar; y hoy, todavía hay muchos reos pagando condenas en casas por cárcel, a consecuencia residual de haber sido aplaudido en el Congreso de Colombia, cuando en ese recinto dijo que el 35% de esa corporación era cuota política suya.
Hoy, para garantizar justicia basada en la verdad y la reparación de víctimas, debe soltar la lengua e identificar a sus testaferros que están financiando campañas políticas, dando vigencia a su accionar delictivo e imponente riqueza.
El aterrador documento 244 establece que esta designación tiene como objetivo que el exjefe paramilitar «contribuya con su conocimiento y experiencia al diseño de procesos de desarme colectivo de los grupos criminales que operan en el territorio nacional».
Resumidamente, la resolución señala que uno de los beneficios otorgados a Mancuso, exlíder de las Autodefensas Unidas de Colombia, es la solicitud del gobierno a las autoridades competentes de «suspender las medidas judiciales en curso en contra de Mancuso».
Conjuntamente, Mancuso deberá firmar un acta ante la oficina del Alto Comisionado para la Paz, comprometiéndose a asistir a los procedimientos judiciales en Colombia y a informar sobre las actividades que desarrolle en su papel de gestor de paz.
La resolución establece claramente que «el incumplimiento de los compromisos adquiridos dará lugar a la revocatoria de la designación como gestor de paz y, por lo tanto, a la reactivación de las medidas penales».
Con la firma de este documento 244 por parte del presidente, se espera que se lleve a cabo el proceso ante la justicia de los Estados Unidos para el traslado de Salvatore Mancuso a Colombia, después de su designación como gestor de paz y sus acuerdos con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en los cuales proporcionó detalles adicionales sobre la relación entre las fuerzas armadas, los actores políticos y los paramilitares en diversas audiencias.
Todo lo que Mancuso cita con nombres, pelos, señales y detalles, es cierto.
Lo del oro es cierto y operaba, así como él señala:
Tenían un combo de amigos y familiares Dereix que compraban oro en joyas en Panamá por millones de dólares y lo traían a Montería. En esa ciudad había unos orfebres que procesaban el precioso metal en su forja y lo moldeaban en pequeños lingotes. Esta presunta empresa de orfebrería funcionaba en los municipios que certificaban la extracción de esa minería ilegal. La venta les generaba ingresos directos y regalías cuantiosas a esos municipios que legalizaban la minería delictiva.
Posteriormente, los alcaldes implicados en el doloso negocio dorado recubrían esas regalías y se la devolvían a Mancuso, en contratación de escuelas, Camus, puentes y vías terciarias.
Mancuso tenía una camarilla de ingenieros y arquitectos en Montería. Ellos eran sus testaferros que legalizaban los activos. Sus apellidos son: Vergara, Salgado, Pupo, Ojeda y González; hoy, exitosos constructores del perfil urbano delictivo de Montería.
Todo lo enunciado por julio Manzur es cierto y de conocimiento público; él mismo se aprovechó de circunstancias favorables. Su testaferro de contratación era joche Abdalah y el “Mono” Ramírez.
No sé por qué el pueblo colombiano no está gritando: ¡Eureka! Los griegos, con esta palabra expresan satisfacción o júbilo al descubrir algo que se buscaba con empeño o se solucionaba un problema difícil.
El pueblo colombiano que vagaba a través de una profunda y aburrida oscuridad ha visto una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte, una luz ha resplandecido. La luz de la paz nos ha librado del poder de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de la vida. El amor ha despertado al pueblo y lo ha redimido de la maldición de la ley del embudo elaborada en la oscuridad del Congreso de la República.
Permanezcamos firmes en la libertad con que la paz nos hizo libres, y no regresemos otra vez a ser presos en el yugo de esclavitud de la infamia, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en el olvido, despojando a los principados y a las potestades que han sido exhibidos en público, triunfando sobre ellos en la verdad.
Colombia ha sido puesta como luz para las naciones, a fin de que la verdad llegue hasta los confines de la tierra. Lámpara es a nuestros pies la verdad. Luz a nuestro camino es el amor.
Debemos de estar firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la verdad, porque nos hemos sacudido el espíritu de servidumbre, y no podemos estar otra vez en temor.
Por lo demás, colombianos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, en esto pensemos.
Todo colombiano honesto tiene derecho a la oportunidad de ser prosperado, según su capacidad de producción para satisfacer sus necesidades básicas. Pero para los corruptos todas las puertas están cerradas, menos una: La puerta de la JEP.