La corrupción en la IPS Universitaria pone en jaque la formación de los profesionales de la salud

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Por: Ricardo Saldarriaga Vélez,

Docente Pediatría Social – Universidad de Antioquia.

Me parece importante – de extrema urgencia – convocar a los profesores y estudiantes de las facultades del área de la salud a dialogar sobre las nuevas tendencias y perspectivas de las alianzas y acuerdos establecidos entre el Sistema Hospitalario público y privado con las facultades de la Universidad de Antioquia.

La falta de gobernabilidad actual es notoria – casi puedo hablar de acefalía, sin riesgo a equivocarme -. La defensa de la educación médica de alta calidad es una tarea y una consigna del momento actual. Docentes y estudiantes, tanto de pregrado como de posgrado, tenemos la obligación y la necesidad de ser abanderados, defensores unidos y sólidos del cumplimiento cabal, riguroso e integral de las obligaciones y demandas del plan curricular. De esta función protectora al modelo formativo – se infiere – el mejoramiento de los campos para el despliegue de los diseños didáctico-optativos. El desempeño y el desarrollo de las habilidades profesionales requieren escenarios bien configurados con dotaciones pertinentes y niveles altos de integración teórico-práctica de alta eficiencia entre los servicios efecto directos de las atenciones en salud y los miembros del componente académico.

El proceso de aprendizaje, enseñanza y evaluación integral formativa exige esta interacción permanente, solidaria y dialógica entre los profesionales prestadores de servicios de diagnóstico, curativos, de habilitación, de rehabilitación, de prevención, de promoción a  la salud y los jóvenes en proceso de formación profesional.

La Universidad de Antioquia debe garantizar – como siempre lo ha hecho, con la participación obligatoria e inexcusable del Gobierno Estatal – el mantenimiento de la red socio-sanitaria, en la cual los estudiantes desarrollen las habilidades y destrezas óptimas para su desempeño ético-científico en el escenario social de forma pertinente y con criterio de trabajo solidario.

La perdida de campos de práctica de reconocido valor para la enseñanza de la Medicina ha sido un elemento perturbador y preocupante que algunos profesores y estudiantes han señalado, marcando una tendencia decadente en la presencia efectiva y continua de nuestros equipos académicos en la red socio-sanitaria regional. Hemos perdido escenarios de práctica – por falta de acciones decididas y claras de las directivas de las facultades del área de la salud-. El burocratismo sedentario y la falta de políticas dinámicas y proyectivas han ido acentuando un divorcio peligroso y desintegrador entre el Alma Mater y los servicios de salud.

Y sin campos de prácticas múltiples, diversos y con dotaciones adecuadas la formación médica integra se dificulta y se torna incompleta.

Para mantener nuestra presencia en los servicios de salud se debe mantener un contacto táctico y corporativo permanente con las directivas locales y regionales para construir – alimón- conjuntamente. “El Plan de Desarrollo Intersectorial de las Política de Salud Social” con beneficio mutuo y compartido es la mejor forma de compartir saberes experenciales.

Esto es lo que no está realizando ni ejecutando la actual decanatura de la Facultad de Medicina, o si lo hace, lo hace ánimo fatuo – precariamente-.

Invito y convoco a todos los profesores y estudiantes a organizar un evento abierto para el diálogo y la discusión de propuestas estratégicas que garanticen la solvencia y el crecimiento planeado y organizado de nuestras facultades en las regiones urbanas y rurales allendes al campus. Mejorar la presencia y el prestigio de la universidad en el entorno social es una necesidad y un llamado histórico. Pero, además, es una tarea intrínseca, misional y visional que la Universidad Pública tiene la obligación ética y política de cumplir y consolidar. Es por eso que la universidad y su desempeño social tiene carácter altamente categórico.

El Ministro de Salud y Protección Social, Alejandro Gaviria, posa junto con las directivas de la IPS Universitaria, encabezada por su Directora Marta Cecilia Ramírez Orrego, al igual que con directivos de la Universidad de Antioquia.

Nos encontramos ad portas de ver cómo se nos cierra ante nuestros rostros las puertas del Hospital Universitario San Vicente de Paúl. ¿Lo peor? Las directivas en su estado vegetal y paquidérmico no están haciendo ni diciendo nada. Es evidente – a todas luces- la obsolencia e ineptitud en la gestión defensora por parte de estas directivas de la Universidad Pública. Se nota también que sus intereses están puestos en otros asuntos; muy lejanos a defender y garantizar la formación de médicos de excelente calidad, capaces de ejercer su saber en todos los ámbitos que la sociedad demande.

La historia del Hospital San Vicente de Paúl está tejida con la misma lancera y el mismo hilo que la vida institucional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia; Ambos devenires conforman hasta ahora una tela inconsútil, la cual quieren volver jirones los sátrapas de la decadencia que se ha empotrado en los cargos de dirección, tanto en el amado hospital como en la universidad. Claro está todo: la anuencia cómplice del Gobierno municipal y departamental.

Por eso hay que salir a defender los derechos al estudio, los nuestros y los de las generaciones del futuro.

 

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