En las 16 comunas y 5 corregimientos las obras son visitadas, usadas, comentadas y admiradas. Cada una responde a una necesidad (algunas sentidas hace décadas, sin respuesta) y que ayudan a consolidar centralidades que vuelven más eficiente la ciudad, la conectividad y las condiciones de seguridad en todo sentido. Hay obras pequeñas en dimensión pero que solucionan grandes problemas como las conexiones barriales, mejoras en equipamientos comunitarios, muchas otras priorizadas por presupuesto participativo y que provocan, al lado de las grandes obras, que la sensación de vivir en Medellín despierte orgullo, y en lo barrial se viva lo cotidiano con dignidad.

Mil obras, en mil días de un gobierno diferente, que en pocos días pondrá a funcionar la central Hidroeléctrica Hidroituango, la gran obra emblemática de una era. Un sueño centenario que casi se va al traste por la irresponsabilidad de unos pocos que, por evadir su responsabilidad, querían acabar con el patrimonio financiero -la inversión en la hidroeléctrica- e institucional -la empresa epm- como patrimonio de todos los antioqueños.