Los que acabaron con la Cornucopia

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“Es muy fácil vaciar la alacena cuando no se ha trabajado para llenarla”.

Por Luis Fernando Córdoba Reyes.

Según la mitología griega en el siglo V a.C el niño travieso de Zeus jugando con sus rayos rompió sin querer uno de los cuernos de la cabra Amaltea quien lo crió con su leche, Zeus arrepentido le otorgo poderes al cuerno roto de Amaltea, uno de los poderes era que, quien lo poseyera, se le coincidiese todo lo que deseara, a partir de ahí a este cuerno se le conoce como cornucopia o cuerno de la abundancia.

Esta cornucopia o cuerno de la prosperidad ha sido utilizado en los símbolos patrios en muchos países sobre todo en su escudo, dando un mensaje de riqueza a sus habitantes o a quienes los adversa.

¿Todos se preguntan qué pasó con esa riqueza de la que tanto alardean los gobernantes o candidatos en momentos de elecciones, mostrando la cornucopia como garantía?

Los que acabaron con la cornucopia en algunos países en cierta forma fueron su corruptos representantes o dirigentes, llenando sus bolsillos con el erario público y con las bondades del subsuelo de la nación.

Pero la verdad es otra, los que acabaron con la cornucopia fueron los habitantes que pidieron la herencia antes que el abuelo terminara de trabajar, la lumpen con su lástima ha sido la mayor destructora de la riqueza de la nación, los politiqueros cuando están ejerciendo el poder, para quedar bien frente a esta lumpen, terminan de desangrar ese cuerno que le corto Zeus a su nodriza .

La lumpen achacan que son los ricos los que acabaron con la cornucopia, cuando son ellos los que con su trabajo y esfuerzo crean más riqueza, de esta forma generan empleo para que parte de esa población necesitada, logren llevar el pan a su mesa.

En cambio esa parte de población que sólo pide por el simple hecho de no tener nada porque la naturaleza no le otorgó riquezas, se empeña que sea el estado con sus “abundancias” quien les resuelva la vida.

Un país no es rico por los artículos que hay dentro del cuerno de la riqueza, un país es rico cuando los ciudadanos se dedican a trabajar para no permitir que la cornucopia quede en ascuas o hipotecada.

Hay que saber utilizar muy bien la abundancia que proporciona la nación. El economista y filósofo escocés Adam Smith sabía que la riqueza que puede proporcionar un país está en el trabajo, él decía “La gran multiplicación de la producción de todos los diversos oficios, derivada de la división del trabajo, da lugar, en una sociedad bien gobernada, a esa riqueza universal que se extiende hasta las clases más bajas del pueblo”.

Si la clase baja o necesitada sigue desangrando las riquezas del país sin dar nada a cambio, la miseria reinará en sus casas y en sus desnutridas mentes.

Para salvar un poco de lo que queda de la cornucopia, hay que dejar de criticar a el país y hacer algo por él, toca auditar a nuestros empleados públicos para que la corrupción no siga siendo su ley de trabajo y la trampa su escudo.

No son los ricos quienes destruyen la economía de un país, son la lumpen que ven al estado como responsable de su desastre y, los que gobiernan el estado por capotear dicha demanda, terminan saqueando los bolsillos de quienes trabajan y pagan sus impuestos.

Los que le sacan brillo a la cornucopia para que el ciudadano quede deslumbrado de dicha riqueza son los socialistas, quienes después de lograr su efecto, terminan dando lo que no son de ellos, dejando quebrado todo a su alrededor.

“Los arboles por más que sean frondosos, sino se les cuida, nunca se le volverá a ver sus frutos”.

 

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