Por PRENSA INTERNACIONAL.
Una investigación abordó la influencia y las consecuencias de las alianzas con China, especialmente su impacto en las relaciones internacionales y la economía de los países latinoamericanos que han optado por reconocer al gigante asiático sobre Taiwán.
El estudio del analista político internacional René Bolio destacó las estrategias empleadas por China para “aislar a Taiwán” y “ganar influencia” en Latinoamérica, mediante “promesas de inversión y desarrollo, que frecuentemente resultan en una dependencia económica y política”.
El análisis crítico de Bolio sugirió que las “promesas chinas no se materializan en beneficios tangibles”, dejando a los países con “deudas significativas y sin las ventajas prometidas”, lo que plantea preguntas sobre la viabilidad y beneficios a largo plazo de estas alianzas con China.
Ejemplos del incumplimiento de las alianzas establecidas con China en Latinoamérica, según el experto, incluyen a Costa Rica.
Bolio afirmó que después de la construcción de un estadio en San José, “como parte de las promesas chinas”, la balanza comercial y el intercambio en general ha sido “negativo”.
De acuerdo con Bolio, el gobierno costarricense reconoció que China “nos ha quedado debiendo” en los últimos años, con poca inversión y un comercio deficitario.
Cifras de su estudio indican que las empresas chinas en Costa Rica generan apenas 390 empleos, y los capitales tan solo rondan los 2 millones de dólares, “cifras mínimas que nada tienen que ver con las promesas hechas hace 17 años”, dijo.
Asimismo, la investigación muestra que desde diciembre de 2021, cuando Nicaragua y China negociaron el restablecimiento de relaciones, “las ayudas económicas han sido limitadas y esporádicas”, a diferencia de los “numerosos proyectos de cooperación que Taiwán realizaba en ese país”, que ascendían “a cerca de 1.051 millones de dólares”.
“Los países que cedieron a los caprichos chinos no han visto ninguna ventaja significativa, excepto evitar la presión constante de los funcionarios chinos. Los capitales chinos que entraron a dichos países ya salieron, y el comercio ha resultado ser sumamente deficitario. Además, las promesas de inversiones directas para generar empleos se han quedado solo en promesas, sin enviar capital significativo a la región”, aseguró.
Resaltó cómo diversos países de Centroamérica han modificado su política exterior, alejándose de Taiwán para estrechar lazos con China, influenciados por las “promesas” y “presiones” del país de Oriente.
Entre los países que han tomado esta decisión se encuentran Costa Rica, en 2007; Panamá en 2017; El Salvador y la República Dominicana en 2018; Nicaragua en 2021; y más recientemente Honduras en 2023.
Estos cambios de alianza diplomática reflejan una tendencia en la región por optar por relaciones exclusivas con China, motivadas por promesas de beneficios económicos, tales como infraestructura, comercio e inversión directa, puntualizó.
Subrayó que a pesar de que esos países reconocen a Taiwán como un “socio valioso” que contribuye a sus sociedades mediante proyectos en diversas áreas, “sin intervenir en asuntos de soberanía”, sus gobiernos se han inclinado hacia las ofertas chinas.