Quiero expresarte mi más profundo agradeciendo por haberme dado la vida. También decirte que sentí por años, un gran vacío por no haberte conocido y sentirte lejano a pesar de estar tan cerca.
Solo necesitaba un abrazo, un pequeño reconocimiento, un corto paseo a tu lado y una sonrisa de satisfacción para ser feliz. En este mes del padre, tu hijo, ya maduro de emociones y verdades, puede entender tu dolor perdonarte y perdonarme.
También puedo abrazarte desde mi corazón y decirte que te amo y me sigues haciendo mucha falta.
Se que estás en un lugar lleno de luz y amor en donde nos encontraremos algún día. Por ahora, seguiré asumiendo la responsabilidad de construir una nueva y mejor versión de mí mismo.
Por Armando Martí.