Por el Dr. Gustavo Múnera.
En la Cartagena de mis amores existió por los años sesenta y setenta del siglo pasado un grupo de personajes que se reunían a la sombra del famoso palito de caucho del Banco Popular. Era entonces el megacentro de la información de cuanto ocurría en el Corralito de piedra. Lo que allí no se supiera era que solo estaba por suceder. Fungía esa selecta agrupación como notaría alterna para da fe, incluso, de honras pérdidas.
Me vino este recuerdo por la asustada (el torero El Gallo la llamaría una espantá en su tonada caló o gitana) que se ha dado el popular periodista Refisal (Javier Hernández Bonnet), quien sin aportar ninguna prueba (fílmica, de audio o fotográfica) afirmó en público que dentro de la supuesta pelea de camerino en Barranquilla por el partido Colombia-Uruguay, Luis Muriel «apercolló» (colombianismo para el intento de estrangulamiento) a James Rodríguez.
Ahora este último ha anunciado que dará poder a su abogado Abelardo De la Espriella para una demanda por injuria y calumnia por la difamación que supone la afirmación de Hernández Bonnet. El periodista le ha contestado al 10 de la selección Colombia que irá a los tribunales para responder por su dicho, pero sin revelar la fuente, a menos que esta lo autorice. Y aquí llegan a unas preguntas pringamoseras: ¿pueden los periodistas decir de otras personas lo que se les venga en gana con afectación de la honra sin consecuencias legales? ¿Si no es con testigos, al no existir pruebas ni siquiera testimoniales, puede el periodista parapetearse tras el gambito de la reserva de la fuente y salir airoso de un caso como el citado?
Espero comentarios, en especial de quienes sean periodistas y/o abogados. En mi parecer de persona del común, Javier Hernández Bonnet la tendrá muy difícil para mantener su dicho ante un juez de la República sin aportar pruebas, así sean testimoniales. Una arrepentida y a tiempo le podría venir bien.