Por Bernardo Henao Jaramillo
Columnista de Opinión
Jesús María Esteban Jaramillo es, en opinión de muchos expertos, el padre de la Hacienda Pública. Fue ampliamente reconocido en América Latina como una autoridad en materia económica. Sorteó con éxito la crisis económica de 1929 y la crisis financiera con el Perú en 1932. Entre las medidas económicas que tomó las más recordadas son la introducción del impuesto de renta y la reducción de aranceles para promover la importación de alimentos. Impulsó la creación de la Caja de Crédito Agrario y del Banco Central Hipotecario. En 1918 creó el concepto de impuesto sobre la renta global. También coordinó el trabajo de la Misión Kemmerer en Colombia el cual incluyó el plan para la fundación del Banco de la República y la Contraloría General. Poseía excelsas condiciones para dirigir con éxito la economía de un país.
Y si bien cada administración tiene sus propios criterios para orientar la economía del país es innegable que la estabilidad financiera dependerá en gran medida de tener un buen ministro de Hacienda. Que tenga conocimiento y una visión clara a mediano y largo plazo.
En dos años y medio de gobierno, Petro ha tenido ya 4 ministros de Hacienda. La falta de continuidad en el cargo genera por supuesto inestabilidad e incertidumbre. Mina la confianza de los mercados y deja en evidencia la falta de estrategia y de coherencia del gobierno. Las críticas han sido recurrentes en cuanto a la falta de perfil técnico de algunos de esos funcionarios.
José Antonio Ocampo era sin duda el mejor preparado para el cargo. Con una trayectoria reconocida internacionalmente logró la aprobación de una reforma tributaria. Su salida se produjo en medio de circunstancias poco claras tras haber solicitado la ampliación de su licencia académica. No hubo explicación.
En su reemplazo fue elegido Ricardo Bonilla de quien se dijo era figura central del proyecto político de Petro. Llevó a cabo una gestión cuestionable con fuerte impacto sobre Ecopetrol y una evidente falta de habilidad para manejar las relaciones con el congreso. Su salida se debió al escándalo de corrupción de la UNGRD y a una aparente participación en una denuncia al gerente de la campaña y a unos de los hijos de Petro.
En la navidad pasada asumió el cargo el joven Diego Guevara quien había sido viceministro de Ocampo y de Bonilla. Una vez al frente del ministerio abogó por la austeridad y se presentaron entonces desavenencias con el presidente. A pesar de varias manifestaciones de los cercanos en el sentido de que su salida ocasionaría inestabilidad, Petro exigió su renuncia.
Acaba de ser nombrado Germán Ávila quien, en opinión de varios expertos, no posee ni suficientes conocimientos ni suficiente experiencia para desempeñar el cargo. Y quienes sí los tienen jamás se prestarán a colaborar con este gobierno. El nombramiento de Ávila es por amistad con el presidente al haber militado ambos en el M- 19. Su reconocimiento es escaso por lo que se le dificultará generar confianza y credibilidad ante los organismos internacionales. Obligatorio en su gestión es reducir el déficit fiscal y desde luego, tendrá que mejorar el recaudo y hacer un amplio plan contra los evasores.
Su trayectoria y algunos de los cuestionamientos que se le han formulado constituyen obstáculo para que los colombianos y los inversionistas extranjeros adquieran alguna certidumbre respecto de la dirección de la política económica. Ante el devastador panorama y frente a un presidente que evidentemente no gobierna para todos sino para un solo sector, se deben hacer ingentes esfuerzos y tratar de conseguir que los capitales no salgan del país.
Evidentemente aquí quien más falla es el jefe de estado. Al estar próximos a un Default o recesión económica se requiere determinar en qué ciclo se encuentra la economía y planear la política económica a seguir hacía el futuro, lo que exige estabilidad y duración en el cargo; pero con los caprichos del Presidente resulta difícil vaticinar su permanencia.
La economía de un país se mide por sus actividades y el bienestar general de la población, aspectos que, en general, presentan un fuerte decrecimiento en contraste con el aumento de los cultivos ilícitos. Por lo que es urgente tomar en serio su estado, impulsar políticas gubernamentales efectivas, invertir en infraestructura, controlar el desmesurado gasto público, particularmente del ejecutivo, y reconocer y fomentar la diversificación de las actividades económicas, entre otras medidas. La economía no es un juego, es el soporte de mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad.
Pildorita. Aplausos a la Honorable Corte Suprema de Justicia Sala de Casación Penal al acceder a la impugnación propuesta por la defensa del Expresidente Álvaro Uribe Vélez, revocando la sentencia proferida el 21 de febrero de 2025 por el Tribunal Superior de Bogotá, ordenando igualmente a la Juez 44 penal del Circuito que en el término de 48 horas imparta el trámite que establece el Inc. 2 del Art. 60 del CPP a la recusación de la defensa del Dr. Álvaro Uribe que se formuló el 10 de febrero de 2025.