Según el Barón de Montesquieu, las leyes deben ser ajustadas a las condiciones del país para el cual se hacen.
Por: Eduardo Padilla Hernández.
Él quiere decir que las leyes deben estar en relación con la naturaleza física del país, cuyo clima puede ser glacial, templado o cálido; ser proporcionadas a cada situación, a su extensión, al modo de vida de sus habitantes; amoldadas a su economía, a sus inclinaciones, al número de habitantes, a su comercio, a sus costumbres, a su espiritualidad; armonizadas a su origen y según los propósitos del legislador.
Ahora me doy cuenta por qué la legislación colombiana no fluye como un manantial. Pues, porque no está del todo ajustada a los principios de Montesquieu.
Si durante 200 años Colombia hubiese gozado de un verdadero régimen democrático, los gobernantes habrían amado la igualdad, inspirando en todos los habitantes el mismo bienestar, las mismas ventajas y las mismas esperanzas, pero no lo hicieron así.
Tampoco los gobiernos colombianos armonizaron las leyes con el clima, como propone Montesquieu.
Aunque este es un tema complejo, porque Colombia tiene una gran variedad de climas, que según el esquema de Köppen, son: Ecuatorial, lluvioso, tropical de sabana, árido, cálido o desértico, cálido semiárido, cálido ecuatorial de montaña, templado húmedo de montaña, de montaña subpolar y de tundra alpina.
Por el aspecto climático tan variado es que Colombia se divide en seis regiones, con lo cual parece que no fuera un solo país, sino seis naciones diferentes: El Caribe, el Pacífico, la Orinoquía, la Amazonía, las zonas Andina e Insular, seis regiones naturales de Colombia, cada una con sus propias características, costumbres, gastronomía y música.
La biometeorología médica, estudia cómo los fenómenos meteorológicos repercuten en el cuerpo humano y cómo los cambios del clima a lo largo de un año provocan variaciones importantes, más que en la salud física, en la psíquica.
Con la lluvia, los cambios bruscos o la escasez de horas de sol las conexiones neuronales de nuestro cerebro se pueden ver afectadas, alterando la producción de serotonina, dopamina o noradrenalina, las sustancias responsables de nuestro estado de ánimo.
De acuerdo con un estudio que investigó cómo el clima afecta el estado de ánimo y la personalidad, realizado por la revista Nature, se centró en los rasgos conductuales de más de 1,5 millones de personas que teniendo en cuenta cómo sus personalidades se alinean con la temperatura promedio de su ciudad natal.
A partir de estas observaciones, se concluyó que aquellos que crecieron en ambientes fríos, se identificaron como introvertidos, mientras que otros que vivían en tierra cálida son extrovertidos.
El clima puede afectar no solo cómo se siente una persona a diario, sino también su salud mental en general.
Se ha estudiado incluso que el clima frío nos da una sensación de calma, mientras que en el clima cálido a veces nos volvemos agresivos.
La hormona insulina actúa más rápidamente cuando hace calor. La razón es que el calor aumenta el volumen de sangre que circula por la piel, y la insulina llega antes a la sangre. Por eso durante un día muy caluroso aumenta el riesgo de sufrir una hipoglucemia.
Según algunos estudios médicos los golpes de calor nos ponen violentos y a veces perezosos.
“Los restos fósiles de homínidos milenarios revelan que el clima cambió el cuerpo humano de maneras drásticas desde hace cientos de miles de años”.
Algunas veces he escuchado a alguien “predecir” que el tiempo va a cambiar. Personas que anticipan cambios de tiempo con síntomas leves como jaquecas o dolores articulares.
Esta perceptibilidad es una característica repartida de forma muy irregular en la población.
En general, las personas que sufren enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio o respiratorio son más propensas a ser meteorosensibles. Algunos estudios médicos indican que sí existe una relación entre esas “sensaciones” y el pronóstico del tiempo.
Todos estos trastornos que le causa el clima a las personas, como ellas ignoran por qué se sienten así, entonces involuntariamente pueden tomar decisiones incompatibles con la moral.
Esos individuos, en lugar de buscar ayuda médica, reaccionan de acuerdo a las asociaciones negativas, como resentimientos que le vienen a la memoria, y encausan su trastorno biometeorológico hacia a alguna forma de corrupción.
Si esos sujetos pertenecen al común, nadie nota su comportamiento alienado. Pero si son administradores del Estado, empiezan a realizar acciones tendientes al escamoteo del erario público.
Esta tesis, antigua y novedosa a la vez, merece ser abordada por un grupo interdisciplinario de científicos, para que estudie el tema a profundidad, establezca que la corrupción en una patología curable, y luego proponga una solución definitiva con alguna medicina infalible.
Para poner un ejemplo axiomático, en el departamento de Córdoba, donde el clima es de 32°C, con humedad relativa del 66%, un sector de la sociedad se ha dedicado a pensar y practicar la corrupción en todos los niveles, donde las coimas por contratos y demás transacciones a veces superan el 30%.
En esa sección del país, la corrupción ha suprimido a la normatividad. Allí se habla de del cohecho con desparpajo y sin ambages.
Para salvar a Córdoba de todo este Armagedón político, propongo dos alternativas:
1. Legalizar la corrupción, ya que la Fiscalía, la Procuraduría, Contraloría y el Congreso, entre otros órganos, no han sido capaces de combatirla; además, que los ciudadanos, por pereza no denuncian. Yo llevo más de 7 años combatiendo, sólo, la corrupción, y he logrado resultados denunciando a Lions, los Besaile, a Benítez, a Sandra Devia, a auditores y a otros corruptos que están siendo investigados a raíz de mis denuncias. Pero creo que es mejor legalizar esa práctica deshonesta que continuar yo sólo en esta batalla legal. La gente creerá que esto es algo loco, pero es que no veo otra solución.
Esta medida daría un resultad positivo, pues al ser legitimadas las coimas, aumentaría el presupuesto de los contratos. De este modo las obras serían ejecutadas con un mayor presupuesto, lo cual resultaría en beneficio del departamento, pues las obras quedarían bien forjadas, de tal manera que los puentes no colapsarían y los demás trabajos serían obras de ingeniería duraderas.
2. Convocar a todos los corruptos para someterlos a terapias clínicas, con el fin de lograr su curación, ya que la corrupción está asociada a un trastorno bioclimático que padecen las personas meteorosensibles.
El citado equipo interdisciplinario también tendría en cuenta otros factores de la patología social, como son:
• El exceso de trabajo y la fatiga mental.
• La frecuente tensión nerviosa.
• El excesivo ruido en los centros urbanos, la desintegración familiar y a falta de convivencia humana.
• La asistencia frecuente a diversiones excitantes e impresionantes.
• Y el uso inmoderado de estimulantes y sedantes.