De una manera general puede decirse que el populismo es la tendencia a lo popular siendo lo popular lo que se refiere o pertenece al pueblo. Y el pueblo, como sabemos, es la parte de la población que tiene plenos derechos civiles y políticos. Así las cosas, desde el punto de vista de la política, es el populismo el estilo de gobierno que busca, por sobre todo, agradar al pueblo. Y en el caso de Colombia nos encontramos hoy abocados a 4 años de populismo por cuanto los candidatos ganadores de la primera vuelta de las elecciones son, que duda cabe, populistas avezados.
La llegada de ellos en una lectura sencilla y práctica es la total demostración del fracaso de los actuales partidos políticos en Colombia muchos de los cuales no postularon candidatos por ejemplo los tradicionales partido liberal y conservador. Causa extrañeza que un partido tan sólido y con una estructura tan fuerte como es el Centro Democrático fuera objeto de la animadversión de los movimientos populistas y otras minorías y también lo ha sido su líder y fundador. Pareciera que en pleno siglo XXI lo hubiese afectado la lepra.
Todo esto no presagia nada bueno. Hay que decirlo. Lo que se hace exclusivamente para agradar al pueblo, o a cierta parte del pueblo, tiene grandes posibilidades de no resultar bien. En muchos casos son medidas que no han sido analizadas con detenimiento en cuanto a sus efectos a mediano, largo y aún corto plazo. Solo se piensa en que sean del gusto del pueblo.
Y qué decir de los costos. Eso no parece importar mucho. Hay casos en los que se mencionan cifras que son imposibles de cubrir. Pero también aparece la tendencia contraria, la de economizar, que significa gastar menos, a costa de lo que sea: la cultura, la seguridad, las relaciones internacionales.
El contrasentido que deja como enseñanza la derrota de los otros aspirantes es que se abre paso una mal denominada «venganza» que consistiría en votar contra uno de ellos. Esto significa que poco importan las propuestas y programas y que lo que se quiere es simplemente derrotar en las urnas a la extrema izquierda.
Veamos entonces a nuestros candidatos populistas empezando con Gustavo Petro. Es el candidato de la extrema izquierda aglomerada en el llamado Pacto Histórico. Ha sido tres veces aspirante a la presidencia y en esta tercera ocasión presenta un programa que consiste en un refrito de anteriores propuestas sumadas a una que otra de nuevo cuño. Pero, algunas de esas propuestas de campañas pasadas ya no están en su programa en esta ocasión. El resultado de todo esto es confusión. De manera general las propuestas de Petro no resisten mucho análisis. Pero él insiste en ellas. Citaremos aquí el caso de las pensiones. También las proyectadas expropiaciones, ahora bautizadas democratizaciones.
Pero lo peor de este candidato es, sin ninguna duda, su origen. En entrevista a RCN Televisión recordó que regresaría al mismo de no tener éxito en su aspiración, lo que se entendió como volver a ese nefasto pasado. Todos sabemos que proviene del M- 19. Ahora bien, ¿qué fue el M-19? Una guerrilla urbana de inmensa crueldad. Recordemos la violenta toma del Palacio de Justicia en el año 1985. Pero, hay mucho más. Recientemente Francois Cavard, ciudadano colombiano y francés presentó en España y los Estados Unidos una denuncia que corresponde a la Jurisdicción Universal en contra de Petro, por crímenes de lesa humanidad, de guerra, genocidio y violaciones al derecho internacional humanitario. Se refiere esta denuncia a que Petro perteneció, como es vox pópuli, a la cruel guerrilla M – 19, por lo cual, según la legislación internacional, es responsable por todos los actos criminales cometidos por esta agrupación aunque no haya estado presente en todos ellos.
Gustavo Petro jamás fue amnistiado, sencillamente porque no llenó los formularios requeridos. Esto lo convierte en un criminal impune. Cavard relaciona 40 crímenes, aunque hay muchos más, ampliamente documentados. Este fue el violento y despiadado grupo guerrillero del cual proviene el ahora candidato Petro.
El otro candidato sorprendió por el resultado que obtuvo y se perfila como el próximo presidente de Colombia. Si esto ocurre se convertirá en un fenómeno político de alcance internacional. Se trata del hoy inmensamente popular ingeniero Rodolfo Hernández, cariñosamente apodado «el viejito».
Es un personaje nuevo en la escena política del país. Fue alcalde de Bucaramanga resultando parcialmente exitoso y en la primera vuelta obtuvo más votos que Federico Gutiérrez de quien se creía que obtendría la segunda mayor votación. Pero fue Hernández, con una campaña más austera de lo que se cree, el que lo consiguió. Informado el 99.99% del resultado del preconteo obtuvo 5.953.209 votos contra 5.058.010 del candidato paisa. Cuenta con un asesor de cabecera como es Victor López que asesoró a Trump y Bukele. Su fortaleza fue el mensaje virtual a través de la red TikTok
Se muestra de un populismo tan claro que promete donar el sueldo de presidente de la República a los más necesitados. Habría que ver quienes son los más necesitados. Rodolfo Hernández ha anunciado que no asistirá a debates: «para no ser partícipe de dinámicas polarizantes y de odio.» Informó que comunicará sus propuestas en entrevistas y transmisiones en vivo y acusa a Petro y a su entorno de atacarlo e intentar destruirlo. Así no parezca debe moderar su discurso en contra del uribismo, de no hacerlo terminará impulsando el voto en blanco y auto perjudicándose. Su fórmula vicepresidencial es Marelen Castillo, ingeniera industrial, licenciada en biología y química y quien tiene maestría en administración y gestión de empresas. Ha ocupado varios cargos en la Universidad Minuto de Dios.
En cuanto a la fórmula de Petro, Francia Márquez, es abogada, líder social, feminista y activista medio ambiental. Es un personaje polémico de quien se ha dicho que solo puede quitarle votos a Petro, nunca sumarle. Para empezar, se desató en torno a ella un escándalo cuando se supo que recibía ingreso solidario, el cual claramente no necesitaba pues poseía un restaurante en Cali y tenía en su cuenta bancaria una importante suma a raíz de haber ganado un premio. También resultó estar inscrita en el Sisben y para colmo se expresó en contra de los fondos privados de pensiones y se vino a saber que cotizaba en uno de ellos. Sus metidas de pata en intervenciones son permanentes como lo ocurrido con los ahora famosos huevos supuestamente importados de Alemania. También se mostró públicamente grosera con el expresidente Gaviria, lo que le costó a Petro la adhesión del partido Liberal.
En definitiva, cada país, con la votación que exprese en las urnas, marca su destino. El 19 de junio, cuando se cumpla la obligada cita, se venza la abstención y se destruya esa equivocada invitación a votar en blanco, antes de depositar el voto, vendrá a la memoria la célebre frase del escritor inglés Eric Arthur, más conocido por su seudónimo de George Orwell: “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice”. Por lo tanto, no seremos cómplices de ello y votaremos por quien izó la bandera de su lucha contra la corrupción.