Al principio, su presencia atrajo la atención por su currículum controvertido. Pero durante su estancia en México, el General Óscar Naranjo, quien fungió como asesor externo en materia de Seguridad del Presidente Enrique Peña Nieto, pasó inadvertido. Por su trabajo cobró como lo hace cualquier asesor. ¿Cuánto? No se sabe ni se sabrá. Ese es uno de los datos que el Gobierno de Enrique Peña Nieto declaró “inexistente”.
Ciudad de México. Cuando en 2012 lo presentaron como asesor en materia de Seguridad generó controversia porque su biografía estaba llena de claroscuros. Pero después, el General en retiro Óscar Naranjo Trujillo se mantuvo lejos de los reflectores, micrófonos y libretas hasta que en 2014 se fue de México, casi inadvertido.
Por su trabajo cobró como lo hace cualquier asesor. ¿Cuánto? No se sabe, ni se sabrá. El pago al General es un dato que el Gobierno de Enrique Peña Nieto declaró “inexistente”, de acuerdo con la respuesta a la solicitud de información con el folio 0210000015814. Es decir, Los Pinos no guardó en sus archivos ningún comprobante de la erogación causada por el consejero estrella de Peña Nieto en Seguridad –el rubro que más preocupa a los mexicanos, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) lo que impedirá que en el futuro se conozca de cuánto fue esa erogación.
Enrique Peña Nieto recibió un país sometido a la violencia vinculada a la política de guerra iniciada por su antecesor Felipe Calderón Hinojosa en diciembre de 2006.
En el momento en que el mexiquense fue declarado Presidente electo, el INEGI reconocía 121 mil víctimas mortales como saldo de una política iniciada desde el Gobierno. La cifra superaba a las de las guerras de Afganistán e Irak juntas en el mismo periodo, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Las formas de morir se habían recrudecido en México. Se encadenaron las escenas de la decapitación, quema en ácido o despedazamientos. Millones de personas se desplazaron de sus sitios de origen en un fenómeno que aún no es estudiado. Otras 27 mil personas desaparecieron.
Con estos pedazos de realidad enfrente, como Presidente electo, Enrique Peña Nieto llamó al General Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, ex jefe de la Policía Nacional de Colombia, como asesor externo en Seguridad, y su decisión fue de las más controvertidas de su Gobierno.
Naranjo Trujillo era dueño de un historial lleno de contradicciones. Por un lado, en su currículum brillaba el dato de que en 2010 fue reconocido como “el mejor policía del mundo por la Asociación Nacional de Policías de su país debido a varias hazañas como desarticular a los carteles de Cali y Medellín, y dirigir la operación que llevó a la muerte al narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.
Mientras, Enrique Peña Nieto en México, en su quinto año de Gobierno, encara otra crisis de seguridad. Grupos de hombres armados y personal militar se enfrentaron Palmarito Tochapan, municipio de Quecholac, Puebla, lo que dejó al descubierto la comisión añeja de un delito: el robo de hidrocarburos a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Tomado de SinEmbargo