Madrid, España.
“Si nosotros queremos que Colombia se desligue del narcotráfico y, por tanto, se desligue de la violencia, porque estas palabras son sinónimos, pues hay que entregarle tierra al campesinado, y tierra fértil. Eso debe hacerlo el Estado colombiano, es una de nuestras obsesiones ahora como Gobierno”.
Así lo enfatizó el viernes 6 de mayo el Presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, durante el Foro Nueva Economía, en el marco de su visita de Estado a España, que ha derivado en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales de los dos países.
En ese espacio, el Jefe de Estado destacó la aprobación en el Congreso de la República del Plan Nacional de Desarrollo, porque una parte del articulado le permitirá al Gobierno del Cambio comprar tierra fértil para beneficio del campesinado, lo que a la vez conlleva al cumplimiento del Acuerdo de Paz del 2016.
“Acaba, de aprobarse en el Plan Nacional de Desarrollo un artículo —que nos costó esfuerzo— para comprar rápidamente tierras, para tratar de comprar tierra fértil en una cantidad suficiente que nos permitiese cumplir el primer punto del Acuerdo de Paz que reza sobre eso y democratizar un tanto —3 millones de hectáreas— la posesión”, afirmó Petro.
Sobre el particular, el Mandatario recalcó que en Colombia existe una desigualdad profunda en la tenencia de la tierra, lo que ha desencadenado en décadas de violencia y de narcotráfico.
“Tenemos una estructura de tenencia de la tierra muy desigual, profundamente, por eso es uno de los países más desiguales del mundo. Una especie de viejo feudalismo traído al siglo XXI. Tenemos 20 millones de hectáreas de tierras fértiles, sin producir ni una sola mercancía alimenticia ni nada por el estilo. Y al campesinado lo fueron relegando a la fuerza, millones y millones de campesinos desplazados a ciudades, a páramos, a las selvas”, aseveró Petro.
Y agregó que los campesinos que se quedaron “en las selvas son los que encontraron o les encontraron la mata de la hoja de coca, que es la que sirve de base” para la producción de la cocaína.
“Colombia llega a convertirse en el principal exportador mundial de cocaína desde hace unas décadas, porque no se hizo una Reforma Agraria. El problema no es tecnológico, el problema es político y social”, manifestó el Presidente.
Asimismo, indicó que actualmente en Colombia hay un cambio en el dinamismo de la cadena del narcotráfico frente a la comercialización de la cocaína, lo que podría motivar la inversión extranjera para desligar a los campesinos de ese negocio ilícito.
“Hay un cambio en la estructura de consumo, toda la producción cocainera colombiana se desplomó, que es un poco lo que hemos percibido. Este es el momento en el que podríamos desconectar al campesinado de la producción de hoja de coca ofreciendo tierras, ofreciendo una Reforma Agraria. Este es el momento en que los norteamericanos pueden estar invirtiendo, lo que para ellos es una cantidad muy pequeña de dinero, para sacar al campesinado colombiano de la cadena del narcotráfico”, aseveró el Jefe de Estado.
El Mandatario concluyó que no importa tanto el número de drones o de tanques de guerra que se destinen para enfrentar un problema tan complejo el narcotráfico, sino que basta “con una transformación social que hay que hacer detrás” para que los resultados sean efectivos.