La ciudad de Bogotá atraviesa un momento crítico en su movilidad urbana. La combinación entre el debilitamiento del control institucional en las vías y el aumento sostenido de la siniestralidad está configurando una tormenta perfecta: más infracciones, más caos y una creciente pérdida de autoridad.
Menos control, más caos en las vías
Según la Personería de Bogotá, durante 2024 se inmovilizaron en promedio 6.577 vehículos por mes, una caída del 22,8% respecto a 2023. Esta reducción no solo refleja una menor presencia en las calles, sino también un golpe a las finanzas de la ciudad: el recaudo asociado a estas acciones cayó en más de 4.400 millones de pesos, equivalentes a una disminución del 12% en los ingresos esperados.
Este descenso no puede interpretarse como señal de mejora en la cultura ciudadana. Al contrario: es el reflejo directo de una omisión institucional que deja las vías sin vigilancia y sin capacidad de respuesta ante las infracciones.
La siniestralidad vial se dispara en Colombia
Las consecuencias de esta falta de control son devastadoras. A lo largo del año 2024, Colombia registró 8.030 muertes por siniestros viales, un incremento del 14,56% frente al promedio de los últimos cinco años. En el mismo periodo, se registraron 7.924 personas lesionadas, lo que representa un aumento del 8,79%.
La tasa nacional de mortalidad por esta causa alcanzó los 15,24 fallecidos por cada 100.000 habitantes, una cifra que debería activar todas las alarmas del sistema de salud pública y movilidad.

Motociclistas: las principales víctimas
El grupo más afectado por la siniestralidad vial sigue siendo el de los motociclistas. En 2024, representaron el 61,9% del total de víctimas fatales y el 61,3% de las personas valoradas por lesiones. Esta categoría de usuario presenta, además, el mayor aumento frente al promedio de los últimos cinco años: un 49,03% más de muertes.
Bogotá no es ajena a esta tendencia nacional: de las 8.030 muertes en el país, 565 se registraron en la capital, lo que refleja tanto su densidad poblacional como el caos progresivo en la gestión de la movilidad.
¿Dónde y cuándo ocurren los siniestros?
El análisis por hora del día muestra que los momentos más críticos son en la noche, particularmente entre las 3:00 y las 5:59 a.m., cuando se registró el mayor número de muertes. A pesar de ello, 270 casos —el 42,6% del total— no tienen registrada la hora del siniestro, lo que limita el análisis completo.
En cuanto a los días de la semana, el viernes fue el más letal, con un aumento del 48% en fallecidos respecto al promedio quinquenal. En contraste, el lunes presentó una disminución del 7,1%.
Enero fue el mes con mayor incremento, con un aumento del 62,8% en fallecidos en comparación con el promedio de los cinco años anteriores. Septiembre y noviembre también mostraron cifras alarmantes, consolidando una tendencia de alza sostenida durante todo el año.
En términos geográficos, el 99,7% de las muertes ocurrieron en áreas urbanas (631 casos), lo que confirma la urgencia de reforzar la autoridad en los centros urbanos. Aunque el área rural solo registró dos muertes, estas representaron un aumento relativo del 150% respecto al promedio histórico.

Una ciudad sin autoridad es una ciudad más peligrosa
La pérdida de capacidad operativa en la gestión del tránsito no es un simple asunto técnico: es una amenaza directa al principio de legalidad urbana. Cuando la autoridad se ausenta de las calles, el desorden toma su lugar. Y con el desorden, aumentan los riesgos, las infracciones y, en última instancia, las muertes.
Bogotá enfrenta un deterioro institucional que se manifiesta no solo en cifras, sino en la cotidianidad de millones de ciudadanos. Las calles se sienten menos vigiladas, el espacio público está cada vez más invadido, y la percepción de impunidad crece a la par con el número de víctimas.
Llamado a la acción
Recuperar la autoridad en la vía no es un asunto menor ni postergable. Exigimos a la administración distrital que fortalezca con urgencia la capacidad operativa del sistema de control vehicular, restablezca la presencia institucional en las calles y promueva campañas efectivas de cultura ciudadana que fomenten el respeto por la norma y la solidaridad vial.
El orden no es una opción: es una responsabilidad compartida entre ciudadanos, instituciones y autoridades. Bogotá no puede seguir cediendo terreno ante el caos. La vida de sus habitantes está en juego.
Conozca AQUÍ completo el Estudio de Movilidad realizado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial entre Ene-Dic de 2024.