Por: Eduardo Padilla Hernández, abogado, presidente de Redvigila/
Sixto Alfredo Pinto, Director Portal La Otra Cara.
Algunos medios de comunicación han desatado una polémica colosal, porque Carlos Camargo Assis, el Defensor del Pueblo, ordenó instalar un gimnasio para los trabajadores de la entidad, aunque esa dependencia cumplió con todos los requisitos jurídicos.
Si Carlos Camargo violó ley, entonces habrá que cerrar todos los gimnasios que están instalados en cientos de dependencias estatales de todo el país.
A estas alturas, varios medios ya no tiene argumentos para seguir trastornando a la sociedad colombiana.
Las cizañas ignoran que casi todas las dependencias estatales del país tienen instalados gimnasios para aliviar el estrés.
También ignoran que los gobiernos o Estados que disponen de gimnasios propios para sus funcionarios varían en todo el mundo.
Algunos países, como Estados Unidos, tienen instalaciones de gimnasio en los edificios gubernamentales para el uso de los funcionarios, por motivos de salud.
El síndrome de “Karoshi” hace referencia a unos niveles extremos de estrés por exceso de trabajo que pueden acabar en muerte.
El término proviene de Japón y se asocia al exceso de trabajo en ambientes sumamente competitivos y en los que se exigen altísimos niveles de producción.
Los trabajadores japoneses tienen una mentalidad orientada a la solución de problemas y siempre están buscando formas de hacer las cosas mejor y más eficientemente.
Esto se refleja en su énfasis en la calidad del trabajo y en la importancia que le otorgan a la formación y al desarrollo profesional.
En realidad, hoy el día la palabra «karoshi»; la muerte por exceso de trabajo, es muy conocida en el mundo.
El agotamiento laboral es un tipo especial de estrés relacionado con el trabajo, un estado de agotamiento físico o emocional que también implica una ausencia de la sensación de logro y pérdida de la identidad personal.
El “inemuri” significa estar presente mientras se duerme, es la práctica de dormir por períodos cortos durante actividades cotidianas como los estudios o el empleo. No se la considera como una siesta en sí misma, sino que la misma palabra viene de una conjunción que significa estar presente durante el sueño; esto es, una relajación momentánea durante la larga jornada de trabajo que, además, sirve para aumentar la productividad tras el necesario reseteo del cuerpo.
El trabajo en exceso o sobrecarga de trabajo, también llamado de trabajo expandido, puede ser entendido como la situación en que el trabajador aumenta por voluntad propia o por determinación del empleador la carga horaria, trabajando horas más allá de lo habitual.
¿CÓMO SE MANIFIESTA EL ESTRÉS LABORAL?
Músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones, respiración agitada, aumento de la presión sanguínea, agotamiento, mayor riesgo de obesidad y de problemas cardiovasculares, deterioro en la memoria y problemas de sueño.
El estrés laboral puede ser un problema para los funcionarios si tienen cualquiera de las siguientes señales:
1. Dolores de cabeza frecuentes.
2. Malestar estomacal.
3. Problemas para dormir.
4. Problemas en sus relaciones personales.
5. Sentimiento de descontento en el trabajo.
6. Sentimientos frecuentes de ira, o un carácter explosivo.
¿QUÉ PASA SI NO SE TRATA EL ESTRÉS?
A diferencia de otros estresores cotidianos que se pueden contrarrestar adoptando conductas saludables, el estrés crónico, si no se trata, puede tener consecuencias adversas para la salud, entre éstas, ansiedad, insomnio, dolor muscular, alta presión y debilitamiento del sistema inmunitario. Con el tiempo, esto le pone en riesgo de problemas de salud, incluyendo:
• Presión arterial alta.
• Insuficiencia cardíaca.
• Diabetes.
• Obesidad.
• Depresión o ansiedad.
• Problemas de la piel, como acné o eczema.
• Problemas menstruales
El estrés laboral puede variar desde varias semanas a meses. Las personas que padecen este tipo de estrés pueden acostumbrarse tanto a la situación de activación, que pueden llegar a no darse cuenta de que lo viven y acaban sufriendo problemas de salud.
Los gimnasios son una gran ayuda para la salud. El ejercicio regular en un gimnasio puede contribuir a la mejora de la salud cardiovascular, fortalecer los músculos, controlar el peso, mejorar la salud mental y reducir el estrés.
Además, los gimnasios suelen ofrecer una variedad de clases y equipos que permiten a las personas mantenerse activas y saludables.
Le recomendamos al Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, contratar un profesional de la salud y un entrenador certificado para que ellos impartan recomendaciones personalizadas, con el objetivo de aprovechar ese incentivo recreacional para aquellos funcionarios de esa entidad que deseen ejercitarse en un ambiente común con la ayuda de profesionales que los orienten a la hora de mejorar y mantener su condición física.