La Defensoría del Pueblo reveló que unos 2,3 millones de niños, niñas y adolescentes han sido víctimas del conflicto armado interno. Esa cifra hace parte de los mas de siete millones y medio de colombianos que han padecido este flagelo.
Así lo confirmó en días pasados, el Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, en la presentación a la opinión pública del libro o informe «Voces y oportunidades para los niños, niñas y adolescentes en la construcción de la paz en Colombia», tras lamentar que éste no hubiese sido conocido primero por los integrantes de la mesa de conversación que se desarrolla en La Habana (Cuba) entre el Gobierno Nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
«Esto nos invita a estar más atentos, a estar más alertas frente al capítulo de la niñez en este proceso de paz que se adelanta en La Habana», comentó Otálora en la sede principal de la Defensoría, en el norte de Bogotá.
Recordemos que el diálogo de paz entre el Ejecutivo colombiano y el grupo rebelde comenzó a finales de 2012.
El estudio de la Defensoría reveló, de acuerdo con cifras oficiales, que entre 2002 y 2014 al menos 12.628 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados en Colombia. El 12% de esos homicidios fueron cometidos por los actores del conflicto interno.
«En el marco del conflicto armado, en promedio siete niños, niñas y adolescentes por día han sido víctimas de homicidio desde 1985 hasta 2014», explicó el informe del Ministerio Público.
También aclara que de los colombianos que fueron víctimas del desplazamiento forzado, un poco más de 2,1 millones eran menores de edad.
Para la Defensoría el reclutamiento de menores en el país «es un delito invisible». Casi 7.700 niños, niñas y adolescentes han sido vinculados a grupos armados.
Según el documento del organismo estatal, entre 2004 y 2014 al menos 163.000 menores fueron víctimas de la violencia sexual. Cerca de 4.300 de esos casos fueron perpetrados por los grupos armados.
El Defesor Otálora recordó que en los procesos de paz anteriores con grupos guerrilleros y paramilitares no se tuvo en cuenta la situación de los niños. Por eso, el funcionario público enfatizó, que nunca Colombia supo quiénes eran esos menores, «de dónde eran y dónde están hoy en día».
«Lo que queremos con este informe es que esos errores del pasado no se vuelvan a repetir más en Colombia», ratificó el jefe de la entidad defensora de los Derechos Humanos.
