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Por: Óscar Ricardo Colorado Barriga.  

Este artículo tiene como blanco audiencia la Cúpula Militar y Policial, conformada por Oficiales de insignia con más de 30 años de experiencia, algunos de los cuales conocí como subalterno, compañero y superior en mi paso por la institución Castrense, dejando claro que ninguno de ustedes es responsable por la desgracia de Gobiernito que hoy tenemos, ya que estoy seguro que como yo, jamás imaginaron que una porción  de compatriotas pudiesen sentirse representados por un ser tan abyecto, promovido por un partido que acogió el lumpen de la sociedad y se entregó sin restricción alguna al narcotráfico.

Difícil para ustedes ejercer el mando, teniendo que mantener la moral y el espíritu de cuerpo de soldados y policías, sin directrices claras y carentes de todo apoyo, recibiendo instrucciones con insultos a través de X o en intervenciones demagógicas con auditorios pagos y al igual que el orador, enemigos de la Fuerza Pública.  Lo que me lleva a concluir que la gran mayoría de ustedes siguen cumpliendo con honor el Juramento hecho ante el altar de la Patria, morir por defenderte.

Ahora bien, también es cierto que por la naturaleza de sus funciones y la estructura organizacional de la Fuerza Pública, nadie conoce mejor y de primera mano la realidad que nos agobia, todos los días ustedes reciben información concreta y veraz en cada una de sus jurisdicciones, sobre la expansión terrorista, el crecimiento del narcotráfico, el fracaso del modelo de paz, el incumplimiento del programa de gobierno, sus estúpidas promesas y la corrupción rampante de este modelo copiado de regímenes comunistas.

Mi intención no es llamarlos a la insurrección, por su experiencia y capacitación, ustedes conocen cuál es su deber Constitucional y al igual que yo, esperan que los entes de control funcionen y a través de la separación de poderes, tomen decisiones ajustadas a derecho en las investigaciones que hoy cursan. Señores Generales, como garantes de la LIBERTAD Y EL ORDEN sé que estarán prestos a defender la institucionalidad, hoy amenazada por una horda de desadaptados y su vulgar cabecilla.

Mientras esto sucede de manera respetuosa les solicito: no se dejen contaminar y les recuerdo que el principal deber de todo comandante, es garantizar la vida de sus hombres, no los expongan sin necesidad, apliquen la inteligencia de combate, entrénenlos de manera ardua y si la providencia decide sobre sus vidas, que sea en franca lid, jamás por errores de mando, apoyo o dirección.

(R) OSCAR RICARDO COLORADO BARRIGA

Oscarco16@yahoo.es

Twitter:@ricacoloradodo

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Oscar Ricardo Colorado Barriga
Oscar Ricardo Colorado Barriga

Coronel ®, Analista y columnista


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