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Todos Somos Zenú

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maría fernanda arévalo sáenz, abogada experta en legal design

Por: María Fernanda Arévalo Sáenz, abogada experta en Legal Design.

En Córdoba y Sucre, el Pueblo Zenú ha tejido su historia entre ríos y sabanas, enfrentando desafíos que van desde la colonización hasta los conflictos actuales sobre la tierra y su identidad. La lucha del Pueblo Zenú de San Andrés de Sotavento, en el marco de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, destaca cómo su historia es un testimonio vivo de resistencia y reivindicación territorial.

Los Zenú, originalmente divididos en Finzenú, Panzenú y Senufaná, ocuparon un territorio que actualmente abarca los departamentos de Córdoba, Sucre, parte del Bajo Cauca Antioqueño y Urabá. Conocidos por su sofisticada orfebrería y técnicas agrícolas, este pueblo ha visto cómo su territorio se ha reducido de manera considerable bajo la presión de intereses externos. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, en su Artículo 26, afirma que los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído. Para los Zenú, este artículo es central, dado que su lucha se centra en la reivindicación de un territorio que ha sido drásticamente reducido y segmentado por políticas gubernamentales y la expansión de la industria agropecuaria.

¿y por que El Resguardo Indígena Zenú de San Andrés de Sotavento es un símbolo de resistencia? Pues, pesar de tener un título que abarca 83.000 hectáreas, hoy los Zenú  controlan alrededor de 14.000 hectáreas debido a procesos históricos y políticas adversas. En este contexto, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas aboga por la protección de sus tierras y culturas, un principio que debe guiar la restitución de su territorio.

Además, los líderes Zenú asesinados son recordados por su sacrificio en la defensa de su pueblo y cultura. Este patrón de violencia es un claro reflejo de las tensiones que enfrentan. La memoria de líderes como Tomás Suárez y Pedro Hernández, quienes pagaron con su vida la defensa de su pueblo, resalta la violencia recurrente que enfrenta el Pueblo Zenú. Estos asesinatos no son aislados, sino partes de un patrón de represión que desafía las garantías establecidas en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. En particular, el Artículo 10 de la Declaración establece que los pueblos indígenas no serán desplazados de sus tierras o territorios sin su consentimiento libre, previo e informado, un derecho que ha sido violado sistemáticamente en el caso Zenú.

Por otro lado, los Zenú enfrentan desafíos como la presión agrícola y la amenaza de proyectos de desarrollo que no consultan adecuadamente a las comunidades. En la actualidad, los Zenú luchan contra la expansión de la ganadería extensiva y enfrentan proyectos de biocombustibles que proceden sin una consulta previa, libre e informada, tal como establece el Artículo 32 de la Declaración de las Naciones Unidas. Estas acciones no solo amenazan el tejido social y ecológico del Resguardo, sino que también ponen en peligro la supervivencia de prácticas culturales y agrícolas que han sustentado al pueblo Zenú por generaciones.

Asimismo, la pérdida de la lengua Zenú y de otras tradiciones culturales refleja una crisis más amplia, mitigada por la resistencia cultural a través de prácticas como el tejido de caña flecha y la conservación de semillas tradicionales. Estas prácticas no solo son actos de resistencia cultural sino también afirmaciones de derechos, en línea con el Artículo 8 de la Declaración de las Naciones Unidas, que enfatiza la importancia de preservar las lenguas y tradiciones indígenas para evitar la asimilación forzada.

La solidaridad del pueblo Zenú con otras comunidades indígenas y el apoyo de organizaciones como el CRIC han sido fundamentales. Esta unión y cooperación son reflejo del espíritu de la Declaración de las Naciones Unidas, que promueve la cooperación entre los pueblos indígenas y estados para la resolución de problemas, incluyendo la lucha por la tierra y el fortalecimiento de la autonomía política.

En suma de lo anterior, la lucha del Pueblo Zenú de San Andrés de Sotavento es un claro ejemplo de la urgencia de aplicar y respetar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Sus esfuerzos por recuperar su territorio, preservar su cultura y garantizar su autodeterminación son reflejo de una lucha global por los derechos indígenas. Reconocer y apoyar estos esfuerzos es esencial para avanzar hacia un mundo donde los derechos de todos los pueblos indígenas sean respetados y protegidos. La historia y la resistencia del Pueblo Zenú nos llaman a todos a actuar en consonancia con estos principios universales de justicia y equidad.

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La Otra Cara es un portal de periodismo independiente cuyo objetivo es investigar, denunciar e informar de manera equitativa, analítica, con pruebas y en primicia, toda clase de temas ocultos de interés nacional. Dirigida por Sixto Alfredo Pinto.


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