Por Magda Milena Amado.
En relación a los hechos acaecidos en estos últimos ocho días entre candidatos presidenciales, sus campañas y simpatizantes, es importante traer a colación el código de conducta política del candidato Rodolfo Hernández y su campaña. Respecto a la Campaña de Gustavo Petro existe suficiente ilustración entre su publicación de un código de ética electoral y la realidad, hoy dicho código es letra muerta.
El código de conducta siempre vislumbra un horizonte y en materia de elecciones presidenciales nos presenta la futura “orientación de la gobernanza”. La confianza del ciudadano en sus instituciones o su inconformismo está directamente relacionada con la forma de Gobierno y con la estabilidad del mismo. Por ello la importancia de analizar la conducta de los candidatos, sus allegados y en general de sus campañas.
Analizando el Código Rodolfista evidenciamos que vincula a su ejercicio político principios rectores de la conducta humana basados esencialmente en el respeto permanente de los mismos desde diferentes aristas del ejercicio de una campaña electoral.
Los principios de la conducta humana son causalidad, motivación y finalidad; el primero ha sido manifestado claramente tanto por el candidato como por su campaña. Rodolfo Hernández llega a la política por la impotencia desde su calidad de ciudadano en el sector privado ante la inexistencia de formas efectivas de destruir corrupción del Estado y los clanes o empresas políticas vividoras del estado.
Su Motivación un verdadero cambio sin derecha ni izquierda en la gerencia del Estado cumpliendo verdaderamente los fines de un Estado Social de Derecho y su finalidad lograr la unión de los Colombianos, mejorar la calidad de vida de cada uno de los compatriotas y el desarrollo social, económico y ambiental del País.
Es entonces el primer principio que se evidencia en dicha campaña, el RESPETO al contradictor, siempre responde con dignidad ante la otra Campaña, cuando se refiere al opositor y sus allegados lo hace con verdades evidenciadas NO con mentiras. Respeta a la persona y a la familia que lo rodea.
Aunado a lo anterior genera que trate a todos los votantes sin discriminación alguna por sexo, raza, partido político, clase social, empleo o empresario, su objetivo es de interés general y no beneficiar a un sector empresarial o político o usar la política y el poder como botín. Este actuar sigue ratificando el RESPETO como eje transversal en su campaña, entre ello, el respeto a la palabra con quienes depositaron su voto a favor de sus propuestas, lo cual es esencial para la confianza del ciudadano.
La connotación de servicio sin interés al ciudadano, es otro principio que denota el candidato en sus discursos y sus actuaciones. De ellas emerge su voluntad de servicio al bienestar general, desligándose de cualquier posibilidad de asumir el cargo con intención de riqueza propia, lo que conlleva a permear su actuar de transparencia.
Rodolfo Hernández centra su campaña en sus motivaciones, en su finalidad que no es otra que una mejor Colombia y un verdadero cambio, por ello su campaña solo confronta propuestas. No centra su campaña en su contradictor. En su contradictor se enfoca en ver sus debilidades para convertirlas en fortalezas dentro de su campaña, pero eso no significa atacar con mentiras o atacar bajo la premisa del todo vale por obtener el poder. En los Rodolfistas no se evidencia el concepto de ataque político violento, el cual es como dicen un concierto para delinquir donde se planifican acciones para destruir el adversario sin importar el agredir los mínimos derechos humanos, verbi gracia atacar a la familia.
A ocho días de las elecciones observamos una campaña sucia que está dejando de centrarse en sus programas de gobierno y se dirigen al espectáculo o al circo permeados de desinformación, noticias falsas, crueldad con el fin de presentar al Ingeniero Rodolfo Hernández como la persona no idónea para gobernar el País. El elector no se debe dejar confundir ante los ataques rastreros, como dice el dicho desde el desayuno se sabe cómo va ser la comida o como dijo el excandidato Fajardo: “la forma en que se hace la campaña permite saber cuál será la forma en la que se va a gobernar”.
Para finalizar si me van a tildar que no soy objetiva y que el candidato Rodolfo Hernández es una persona agresiva verbalmente, un grosero e irrespetuoso, me declaro impedida soy orgullosamente Santanderana, y pues acá se habla fuerte y de frente, eso no es irrespeto, eso es berraquera.
Todo no es lo que parece, una premisa necesaria en estos días. La naturalidad del Ingeniero Rodolfo Hernández, su esencia garrotera oriunda de Piedecuesta es expresión de transparencia frente a los actuares de profesionales en el engaño que hoy relucen. ¡Tanta “autobrillantes” del candidato Petro y su entorno enceguece! Están viendo la joda tan arrecha que acuden a justificar la frase en política todo vale. ¡Pilas pingos primero Colombia, nada de voto en blanco!