Por: Ariel Peña.
Los ataques del Presidente de la República, Gustavo Petro a los medios de comunicación el pasado 7 de junio, se enmarcan dentro del método marxista leninista o socialismo del siglo XlX, para ponerle una mordaza a la libertad de expresión, que comienza con señalamientos para ulteriormente actuar en contra de esos medios, como lo hizo Hugo Chávez en Venezuela en 2007, cerrando el canal de televisión RCTV; pero la cosa no terminó ahí, puesto que en la nación vecina se han cerrado cerca de 600 medios de comunicación, evidenciándose que cuando un gobierno empieza una acometida en contra de la prensa libre, tiene planes estratégicos para silenciarla.
El Che Guevara que era un sicópata comunista, decía: “Hay que acabar con todos los periódicos. Una Revolución no se puede lograr con la libertad de prensa”, y en el caso colombiano es pertinente recordar que durante las negociaciones de La Habana, los cabecillas de las Farc hablaron de un tri-conflicto que incluía a los medios de comunicación, por lo cual hubo temor de algunos periodistas sobre la persecución que se podía venir por las opiniones independientes sobre el conflicto.
El comunismo totalitario a través del socialismo del siglo XXl, ha tomado en Latinoamérica como su enemigo a vencer a la libertad de prensa, la que denomina el oligopolio mediático. Dado que es muy bien conocido que en los regímenes marxista como Cuba, Nicaragua, Norcorea, China, Vietnam y desde luego en Venezuela, no existe la libertad de expresión, porque las camarillas que gobiernan a esas naciones no admiten el debate ideológico, pues es sabido que la doctrina totalitaria que las orienta no tiene argumentos, mucho menos ética o moral, y por eso la represión y el crimen es el común denominador del comunismo.
Fidel Castro que fue el principal mentor del neomarxismo en la región, decía que había que ganar la batalla de las ideas, pero sabiendo de quien proviene esa expresión, se entiende que no es mediante la lucha ideológica, sino persiguiendo con saña y muchas veces hasta con la muerte a los contradictores, por ello en Colombia los grupos terroristas de las Farc y el Eln han sido considerados como los principales predadores de la libertad de prensa, de ahí han surgido las amenazas y los crímenes que le han ocurrido a varios comunicadores, siendo el caso más notorio el atentado terrorista que ocurrió en Bogotá el 15 de mayo de 2012, con una bomba lapa en contra del director de la Hora de la Verdad, Fernando Londoño, que produjo dos muertos y varios heridos, salvándose milagrosamente el periodista.
El secuestro de la periodista Salud Hernández-Mora, el 21 de mayo de 2016 y el posterior plagio de un periodista del canal RCN junto a su camarógrafo en la Región del Catatumbo-Norte Santander por parte del Eln, fue una demostración de la matriz que impulsa el socialismo del siglo XXl para silenciar la libertad de prensa, siendo eso un objetivo estratégico de las fuerzas del comunismo totalitario en los diferentes países de la región, con Colombia como la nación más martirizada por el totalitarismo.
A lo anterior hay que sumarle la virulenta persecución de Rafael Correa a la prensa y a los comunicadores que no estaban bajo su egida en el Ecuador, durante su gobierno, igual situación sucede con Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua, lo cual denota claramente las intenciones del castrochavismo para amordazar la libertad de prensa que es un principio fundamental de la democracia.
En 60 años de conflicto político militar, propiciado por las guerrillas comunistas de las Farc y el Eln en Colombia para tomarse el poder, el periodismo ha sido una de las principales víctimas de esas bandas armadas. Resaltando que las amenazas han salido directamente de los más importantes jefes, como ocurrió en la negociaciones del Caguán en donde el propio Tirofijo le hizo advertencias a los comunicadores, o en las negociaciones de La Habana en que Timochenko arremetió en contra de los medios declarándolos parte del conflicto, siendo eso un método maquiavélico para evitar la neutralidad, porque el reduccionismo marxista no permite que existan otras voces, como si los seres humanos fueran una manada.
Es verdad que en Colombia los propietarios de los principales medios de comunicación son grandes grupos económicos, pero con la irrupción de las redes sociales y periódicos en la web con el Internet, dichos medios han venido perdiendo espacio. Así que el problema ya no es con monopolios, sino que es con capacidad y calidad que se logra llegar a la población. El gobierno y sus amigos pueden tener muchos espacios de televisión, periódicos, revistas, emisoras y mucha prensa de la que se denomina alternativa para satisfacer los caprichos de exhibicionismo, pero es la monserga miserabilista del comunismo la que no convence, pues es anticuada y para cambiar el discurso tendrían que abjurar del marxismo.
Hay que aclarar que para los miembros de la secta marxista, el problema de los grandes medios no es con los propietarios que pueden invertir perfectamente en negocios lucrativos en países comunistas como: China o Vietnam, sino que el objetivo marxista es amordazar al periodismo libre e independiente que se ejerce autónomamente y de manera seria por parte de la mayoría de los comunicadores, y como las bases del comunismo totalitario son la mentira y la violencia que están en las antípodas de la verdad, por eso atacan a los periodistas que no son afectos a sus aleves intenciones.
En la eventualidad de que la prensa libre en el país comience a ser perseguida ferozmente, creándose el delito de opinión, se debe buscar la solidaridad de organismos internacionales como Reporteros Sin Frontera y otras organizaciones defensoras de la libertad de prensa, además de promover movilizaciones para defender la libertad de opinión, recordando que hubo un Paro Nacional de las comunicaciones, en diciembre de 1986 con motivo del asesinato del director del Espectador Guillermo Cano; y actualmente la libertad de prensa se encuentra en peligro ante la estratagema trazada por el socialismo del siglo XXl y el Foro de Sao Paulo, para acallar a muchos periodistas en Colombia que no comparten sus torvos planes, ya que en la guerra de ideas el marxismo leninismo esta derrotado, y por ello sus miembros se paralizan cuando se les plantea el debate ideológico. Entonces el periodismo libre es trascendental para defender la democracia.