Por: Eduardo Padilla Hernández, abogado, presidente de Redvigila.
El cuerpo humano tiene muchos miembros, pero el cuerpo es uno sólo, de la misma manera el objetivo principal del Acuerdo de La Habana (Cuba) es la Paz Total, la cual, siendo un sólo cuerpo, se desarrollará mediante muchos factores.
Uno de esos factores es el sector salud. Entonces, los principales retos que plantean los Acuerdos de La Habana al sector salud, son salud rural, prevención del consumo de drogas, recuperación de víctimas y atención en zonas veredales, crear un modelo especial de salud pública para zonas rurales dispersas, con énfasis en la prevención, con el fin de brindar atención en los hogares o en los lugares de trabajo, crear e implementar un sistema de seguimiento y evaluación permanente que funcionará para garantizar la calidad y oportunidad de la atención.
El 10% de los desmovilizados de la Farc padecen de alguna discapacidad: hay gente ciega, sin brazos, sin piernas, etc., que hoy sufren de abandono total.
Los derechos de los discapacitados no sólo aplican para los niños, pues también se hacen extensivos a los adultos.
En efecto, hay legislación internacional que protege también a los mayores inválidos.
Con base en la normatividad mundial pertinente, más la jurisprudencia nacional establecidas en las normas colombianas, hay que buscarles una salida a estos más de 800 hombres que están postrados y descuidados por parte del Estado.
La discapacidad tanto en la niñez como en los adultos, es un problema que convierte a padres, hijos, esposas y demás familiares en cirineos que sufren las consecuencias porque nadie le está buscando una solución en Colombia a la problemática de la discapacidad.
A los voceros de los partidos políticos de izquierda: Colombia Humana, Partido Comunes, al Polo Alternativo, entre otros, que tienen representación en el Congreso, les toca pelear esta batalla.
Existe mucha legislación al respecto, pero no se ve voluntad del Estado (gobernaciones, municipios) de buscar una solución a la discapacidad en Colombia.
LOS DISCAPACITADOS TAMBIÉN MERECEN DISFRUTAR DE LA PAZ TOTAL
De acuerdo con el Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad, el 2,6% de la población colombiana presenta alguna discapacidad.
Debería, por consiguiente, crearse el Ministerio de la Discapacidad, para que esta Cartera vele por la salud y rehabilitación de los discapacitados (niños y adultos) e instruya a la sociedad civil en este tema, con el fin de que las personas sanas se solidaricen con los miembros de la comunidad discapacitada, en el sentido de respetarles las sillas en el sistema de transporte masivo, de no escupir en el piso, ni dejar el excremento de los perros en el suelo, porque con estas prácticas indeseables se contaminan las manos de las personas que se movilizan en sillas de ruedas, atrapando bacterias que luego le generan enfermedades y la muerte misma al discapacitado.
Me parece injusto que personas con discapacidad se muevan entre la impotencia, el dolor, la discriminación, el odio y la vulnerabilidad del que tiene algo menos, sin contar con la solidaridad del Estado y de las personas no discapacitadas.
Toda la información científica sobre la rehabilitación y la normatividad que trata de la discapacidad está en mi libro: “Discapacidad en Colombia y la Jurisprudencia”. Esta obra es un catálogo completo sobre rehabilitación y jurisprudencia a favor de las personas que padecen de alguna discapacidad.
Por mi vocación concomitante con la discapacidad, me gustaría poner toda mi experiencia en el ramo al servicio del Estado, como coadyuvante de la Paz Total.
He tenido nexos con organizaciones altruistas internacionales que trabajan en el tema de la discapacidad.
El Estado puede aprovechar la filantropía, la ciencia, la voluntad y la experiencia de líderes altruistas que trabajan en organismos mundiales y que mantienen convenios internacionales que protegen a los discapacitados, por ejemplo:
“La Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad”, de la Organización de Estados Americanos OEA.
RIADIS, es la Red Latinoamericana de Organizaciones No Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias, que se fundó el 17 de octubre de 2002 y trabaja para promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad en América Latina y el Caribe, a través de los valores de no discriminación y desarrollo incluyente por la mejoría de la calidad de vida y la inclusión social de las personas con discapacidad y sus familias. Representa a 56 organizaciones, 39 miembros con pleno derecho y 17 colaboradores, de personas que viven con diferentes tipos de discapacidad en 19 países de América Latina y el Caribe.
En el departamento de Córdoba hay una líder altruista (Tania Otero Arroyo) que construyó una clínica para la rehabilitación de niños con discapacidad cognitiva. Ella, con la ayuda de un grupo científico interdisciplinario, les dedicó toda su vida a esos menores, pero de su loable labor se enteraron personas corruptas que le pusieron un palo en la rueda del carruaje de la filantropía. La doctora Tania peleó una dura y larga batalla jurídica, pero los corruptos lograron su propósito siniestro: Hoy la clínica permanece con sus puertas cerradas, pero los padres de familia guardan la esperanza de que sus hijos regresen algún día a la clínica que era como su segundo hogar, donde muchos niños estaban logrando excelentes resultados en su rehabilitación.
La corrupción se burló de la Constitución y las Leyes, pero la ley de la naturaleza no puede ser burlada, pues todo lo que los corrutos sembraron, eso mismo recogerán. Dura es la ley natural, pero es la ley.
Hay personas adictas al dinero. Esta patología se denomina crematomanía. En el manual DSM de psicología, se conoce la crematomanía como la adicción al dinero, en realidad, a la acumulación de bienes de cualquier índole, dice la psicóloga Evelyn Pérez.
