-PRIMERA PARTE-
“Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible”: Ítalo Calvino.
Este escritor que, entre otras cosas, trabajó sobre la sociedad urbana, condujo sus temas, con ironía, hacia el absurdo; aunque él era de otro país, parece que hubiese sido testigo de la calamidad social que ha tenido que soportar la sociedad colombiana.
Es así que en Colombia un amplio sector de la prensa, que debería cumplir con el ejercicio de imparcialidad y veeduría ciudadana, parece que estuviera del lado de los grupos que actúan al margen de la ley.
Esta situación viene sucediendo desde hace algún tiempo; por ejemplo, en el año 2015, según un trabajo informativo publicado por el periódico de los tolimenses El Nuevo Día y el portal Verdad Abierta.com, el Tribunal de Justicia y Paz de Medellín le hizo un duro cuestionamiento al diario El Meridiano de Córdoba, y pidió que se investigara a su presidente William Salleg, por presuntos vínculos con el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, el cual en aquel tiempo era miembro del Bloque Córdoba de las Auto Defensas Unidas de Colombia.
El Tribunal señaló, en esa época, que, con sus informaciones, el periódico ayudó a crear una imagen favorable de la actividad paramilitar ante la opinión pública que no solo hizo invisible las atrocidades que venían cometiendo contra la población, sino que “la forma cómo se presentaba a los jefes paramilitares, sus discursos y su narración de los hechos contribuyeron a la justificación de sus actos y de las violaciones a los derechos humanos y el D.I.H”. Y añadió en ese mismo lapso que “el Meridiano de Córdoba sirvió en distintos momentos como caja de resonancia, justificación del fenómeno paramilitar y como un instrumento para divulgar y propagar el ideario de dichos grupos, lo que lo hace responsable ante la Constitución y la Ley”.
La sentencia también consignó la inconformidad de las víctimas del paramilitarismo en Córdoba con este medio de comunicación, quienes en audiencia de incidente de reparación que tuvo lugar el 27 de octubre de 2014 en Montería, Córdoba, manifestaron su indignación “por la forma como este periódico registró los hechos en los que sus familiares fueron víctimas del grupo armado al margen de la ley, pues de manera recurrente se les mostraba como guerrilleros”.
Más allá de los cuestionamientos al tratamiento periodístico, la sentencia le dio también un amplio despliegue a las denuncias que a mediados del año 2009 hizo el periodista Clodomiro Castilla Ospino, contra Salleg Taboada. Según la sentencia, Castillo laboró como redactor del Meridiano de Córdoba, de donde fue despedido, pero fuentes consultadas en el diario aclaran que él nunca trabajó en el periódico. En 2006, el periodista accedió a unas grabaciones que comprometían al entonces secretario de Salud de Córdoba, Manuel Troncoso Álvarez, los senadores Juan Manuel López Cabrales y Reginaldo Montes, y a Salleg Taboada, con el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso. Estas fueron presentadas como material probatorio en el juicio que adelantó la Corte Suprema de Justicia en el 2008 contra López Cabrales y Montes. Ambos fueron condenados a seis años de cárcel.
Castilla siguió con sus pesquisas y en julio de 2009 publicó un informe en el que relacionaba a Salleg Taboada con el despojo, por parte de los paramilitares, de una finca denominada Nuevo Paraíso, ubicada en Cereté. Posteriormente denunció al directivo del periódico ante la Fiscalía por concierto para delinquir. Castilla no pudo ampliar sus denuncias porque fue asesinado el 19 de marzo de 2010.
A los hechos ya referidos se sumaron las declaraciones entregadas por los postulados del Bloque Córdoba a fiscales de Justicia y Paz. Uno de ellos, José Luis Hernández, dijo ante magistrados de Justicia y Paz el 8 de junio de 2014, que sus comandantes Héctor Enrique Camacho, alias ‘Principiante’; y Carlos Enrique Rojas, alias ‘El Gato’, visitaban frecuentemente las instalaciones del medio de comunicación para pedirles a sus directivos que no publicaran nada sobre los hechos que relacionaran a los paramilitares.
“Siempre que caía uno de nosotros nunca salía en el periódico (sic). Nunca nos dieron prensa”, declaró Hernández en aquella ocasión. Dovis Grimaldi Núñez, otro postulado por este Bloque, manifestó que una vez que fue capturado por la fuerza pública, ‘Principiante’, llamó al entonces gerente del Meridiano para decirle que no publicara nada. Grimaldi también declaró que acompañó al propio Mancuso en varias visitas que realizó a las instalaciones del periódico.
Parafraseando a Álvaro Gómez Hurtado, podemos decir hemos llegado a una situación escandalosamente paradójica en la que la prensa parece estarse pasado al bando de los criminales.
Bibliografía:
1. Tribunal de Justicia y paz de Medellín.
2. Verdad Abierta.com
3. Periódico de Tolima El Nuevo Día.
Coman m**** ******* guerrilleros.
Este abogado viejo decrepito arrodillado porque no habla mejor de noticias uno patrocinado por los criminales de la guerrilla,que hablan sino mal de la gente buens.
Este hpt abogado columnista no habla de noticias uno financiado por los ******* criminales de la guerrilla.