El temible grupo guerrillero colombiano ELN, al parecer, copió al pie de la letra el plan del Comité Nacional del Paro, que presiona al Presidente Iván Duque para que reanude el diálogo con esta violenta organización subversiva.
Pues el Ejercito de Liberación Nacional ejecutó otro de sus grandes y reconocidos actos terrorista en el país, al estallar un carro bomba contra una base militar en Boyacá, en la cual dejó a tres soldados heridos.
Esta acción violenta tiene como objetivo presionar las negociaciones de paz con la Casa de Nariño, que dirige el Mandatario Duque, lo cual, coincidencialmente, es lo mismo que piden los líderes del llamado Comité Nacional del Paro, los organizadores de las manifestaciones, que pretenden desestabilizar el Gobierno e imponerle su agenda.
Recordemos que muchos de los marchantes, no pacíficos, son milicianos elenos, especialmente los que hacen actos vandálicos contra la infraestructura de las diferentes ciudades de la Patria y atacan a la Fuerza Pública.
Sin embargo, el asunto llegó a un punto muerto, porque Duque se sostiene que solo negocia con el ELN, si este deja de cometer acciones terroristas, como la de Boyacá, y libera a todos los secuestrados en su poder.
Por su parte, como vemos, la citada organización al margen de la ley, cree que la cosa le funcionará de otra forma: incendiando la Nación, como siempre lo ha hecho, con ataques de toda clase, lo cual no va a detener. Su idea es crear una imagen de caos y zozobra general para hacer creer a los colombianos que hay una guerra y que el Jefe de Estado debe sentarse a conversar con ellos, de lo contrario, sería un hombre que no cree en la paz.
Po eso, muchos sectores de la ciudadanía le piden a Duque mantener el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía (EMSD) para contener a los vándalos en las zonas urbanas y mano dura contra los grupos terroristas como el ELN, mediante el Ejército y toda la Fuerza Pública en las regiones donde opera los rebeldes.
