Guajira muriendo de Sed

La Comunidad Wayuu continúa Muriendo de Sed

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A los burócratas de Corpoguajira al parecer no les importa la solución del problema de abastecimiento, pues 36 Aero desalinizadores que fueron contratados, en el 2016, no están funcionando por falta de mantenimiento.
Eduardo Padilla Hernández*

pese a fallos que ordenan llevar agua, reportajes que retratan la cruda realidad, además de la visita de la actriz estadounidense Angelina Jolie (entre otros aspavientos de la élite, la burocracia y la farándula), la comunidad Wayuu de La Guajira sigue muriendo lentamente de sed, y parece que a nadie le importa; todo esto a pesar de que la historia demuestra que siempre ha existido una grave crisis humanitaria por la falta de agua potable, situación que las autoridades locales y nacionales no tienen voluntad de superar, porque sabemos que los recursos existen.

Esta situación de las comunidades indígenas de La Guajira es tan grave que se parece a la espeluznante parábola del rico y Lázaro, donde aquel le pide a Abraham que moje su dedo en agua y refresque su lengua.

En los primeros meses de este año 2019, el Gobierno, mediante el proyecto «Guajira Azul», se comprometió a invertir 424 mil millones de pesos, con el cual aspira a tener cobertura del servicio en el 86 por ciento de la población, en un plazo de cuatro años. Pero La Defensoría del Pueblo asegura que mientras tanto el problema sigue vigente y está lejos de una solución definitiva.

A los burócratas de Corpoguajira al parecer no les importa la solución del problema de abastecimiento, pues 36 Aero desalinizadores que fueron contratados, en el 2016, no están funcionando por falta de mantenimiento.

Hace tres años se inició el proyecto “250 Soluciones de Agua para La Guajira”, pero hasta el momento faltan por ejecutarse 249, pues sólo está funcionando el de la perforación de pozos en La Flor.

Las comunidades indígenas pidieron que el suministro de agua sea permanente, pero a pesar del requerimiento de los nativos, en la actualidad, los carrotanques llegan cada cuatro meses.

A la comunidad Uru de vez en cuando llega un carrotanque enviado por la alcaldía y que muchas veces el litro de agua se los cobran a 40 mil pesos, o sea: 400 mil pesos por carrotanque.

La población de Uribia sí cuentan con suministro de agua por estar cerca del batallón, pero las zonas aledañas no tienen acceso al líquido. Es decir, de las 11 comunidades de la zona, sólo una cuenta con agua dulce.

Las estadísticas han demostrado que la falta de agua potable está asociada con la desnutrición, un sinnúmero de patologías y la muerte, de las cuales han sido víctimas cientos de personas, pero los más afectados son los niños y niñas de la etnia Wayuu.

En la comunidad Wayuu hay dos factores que limitan la comunicación para pedir apoyo: El sentimiento de aislamiento y el dialecto, pues muy pocas personas hablan español. Se hace necesario que los sociólogos inicien y adelanten investigaciones poblacionales tendientes a la superación de estas abarreras, con el propósito de ampliar en los nativos los símbolos de comunicación. De esta manera las autoridades tradicionales podrían ampliar su conciencia social para reclamar avances en la implementación de medidas que garanticen el acceso a agua potable para la comunidad.

Bibliografía:
1. Periódico El Tiempo
2. Periódico El Heraldo
3. Wikipedia

Con el apoyo de la Unidad Investigativa de La Otra Cara.

*Presidente de la Asociación Red Nacional de Veedurías. Abogado Magister y profesor de derecho ambiental.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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