Colombia es de los pocos países del mundo en el cual ciertas personas pasan de trabajar como importantes ejecutivos de multinacionales para irse al Gobierno, desde donde inciden en decisiones que favorecen a sus antiguas firmas. Eso se llama puerta giratoria, o sea, un sofisticado método de tráfico de influencias.
Este parece ser el caso del Viceministro de Hacienda Juan Alberto Londoño, el alfil consentido del polémico titular de esa cartera, Alberto Carrasquilla. Londoño también es el miembro más poderoso de la Junta Directiva de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que depende de MinHacienda.
Londoño trabajaba en la multinacional cementera Cemex de México y ahora está al frente de las negociaciones más sensibles de la Sociedad de Activos, una sociedad de economía mixta la cual tiene por objeto administrar los bienes, producto de actividades ilegales, que se encuentran en proceso de extinción o que ya hayan pasado a control del Estado.
En el pasado, Cemex hizo un multimillonario negocio para obtener un mina de caliza —un lote de 400 hectáreas ubicadas en el municipio de Maceo, en Antioquia— con la cual la firma extranjera buscaba ampliar su operación en Colombia hasta en un millón de toneladas del material. Sin embargo, dicho terreno en ese entonces estaba afectado dentro de un proceso de extinción de dominio contra José Aldemar Moncada, condenado por lavado de dinero, al ser uno de los cerebros del desfalco a la Dian por recobros utilizando exportaciones falsas de chatarra.
Los activos involucrados en dicho expediente de extinción de dominio en la SAE, que vincula a Cemex gracias a su socio Moncada, son: una mina, una zona franca y el respectivo título minero.
El chatarrero Moncada fue asesinado en 2016, antes de que pudiera dar su versión en el caso Cemex con lo que dejó un importante vacío para el proceso.
La SAE ha sido lenta para dirimir este espinoso proceso de extinción que tiene a Cemex relacionado con un caso de lavado de dinero, por cuenta del fallecido «chatarrero», pero eso no es lo complicado del asunto, sino que sería el mismo Londoño, antiguo hombre al servicio de la compañía mexicana, uno de los encargados de resolver el tema. Lo cual le pleantea un claro impedimento legal, moral y ético. Así lo sostienen los expertos.
El propio Londoño reconoció en una entrevista al Diario El Tiempo que, a finales de 2016 y hasta junio de 2017, fue contratado por Cemex para hacerle un análisis de impuestos de industria y comercio en San Luis, Tolima.
Pero Londoño (en la foto) ha ido más allá. Hasta ha liderado reuniones entre la poderosa cementera y la Sociedad de Activos Especiales que dirige, la cual como entidad estatal administra la mina, la zona franca y el título minero. Todo, para llegar a un acuerdo en el tema, con el fin de que la importante firma pueda explotar el yacimiento. Con lo cual la mencionada empresa no pedería el dinero que invirtió comprándole las tierras al «chatarrero».
Cemex también acepta que ha hecho el lobby necesario para que el Estado colombiano no le decomise los terrenos de la mina a la que le ha invertido cerca de un billón de pesos.
“La negociación no se ha cerrado. La mina y la zona franca son activos con potencial de generar valor, pero también con riesgo de que se pierda”, le justificó Londoño a El Tiempo, cuando se le preguntó por los detalles del caso. ¿Es esto un claro conflicto de intereses?
Pero, según él, no hay impedimento para que participe en dicha negociación, por tratarse de temas diferentes a su antigua prestación de servicios a Cemex como analista de impuestos.
Para muchos conocedores de la materia, pareciera que Londoño no defendiera los interses de la Nación y, por el contrario, siguiera siendo un empleado de Cemex, bajo la mirada complaciente de su mentor, el MinHacienda Carrasquilla.
LA ESPOSA DE CARRASQUILLA TAMBIÉN FUE CEMENTERA
En el Gobierno, específicamente por los lados del Ministerio de Hacienda, al parecer, hay un especial interés en favorecer a Cemex para que pueda operar la mina de caliza del «chatarrero», en la que invirtió gran cantidad de dinero.
Durante la administración Santos, Cemex llevó al caso de la citada mina hasta la Alta Consejería para la Competitividad, que ahora dirige nada menos Clara Elena Parra Beltrán, esposa del MinHacienda Alberto Carrasquilla y gran conocida de Londoño, quien se apresuró a decir públicamente en los medios de comunicación que «esa oficina no ha tenido injerencia en el caso durante la administración Duque».
¿Por qué Londoño realizó la aclaración sobre Parra? Simplemente lo hizo porque Parra también fue ejecutiva de Cemex y, por lealtad, el debía proteger a la esposa de su jefe Carrasquilla. Es decir, ella es otra funcionaria estatal con gran nivel de influencia relacionada con el MinHacienda, que trabajó para la poderosa cementera mexicana.
MOLESTÍA EN LA SAE
Fuentes de la Sociedad de Activos Especiales comentaron que la actuación de señor Londoño generó un gran malestar, tanto a la Presidente de esa entidad Virginia Torres, como a la Junta Directiva de la SAE.
Al parecer, la señora Torres y los integrantes del máximo órgano de la Sociedad se enteraron de los estrechos nexos de Londoño con Cemex, a raíz de la noticia publicada por El Tiempo el 25 de noviembre del 2018. Por eso, al Viceministro de Hacienda no le quedó más remedio que pedirle excusas a la Junta Directiva de la SAE por su falta de transparencia y claridad en el manejo de un asunto tan delicado.
¿Por qué Londoño no le contó a tiempo a las Directivas de la SAE sus nexos con Cemex?
INTERROGANTES SIN RESOLVER
En este tema surgen otras preguntas: ¿Londoño conoce secretos o información relevante en el caso de la extinción de dominio que involucra a Cemex? ¿Oculta esa información para favorecer los intereses de su antigua firma?
¿Le está pagando algún favor a su contratante Cemex cuando hace el lobby a favor de la citada compañía?
¿Por qué el Ministro Carrasquilla no aparta a su Viceministro del conocimiento del tema de Cemex?
CARRASQUILLA EN EL OJO DEL HURACÁN
De acuerdo con expertos, el MinHacienda Alberto Carrasquilla (en la foto) podría convertirse en cómplice voluntario o involuntario en un posible caso de favorecimiento para Cemex. El polémico funcionario no puede jugar con fuego porque se quema, afirman los conocedores del caso.
Este no es un tema menor, porque el posible impedimiento de Londoño, que él no quiere reconocer, es de gran trascendencia porque compromete seriamente la credibilidad e imagen del gobierno del Presidente Iván Duque y del partido de gobierno Centro Democratico, que han anunciado una lucha frontal contra toda clase de corrupción. Compromiso que en este caso, al parecer, no se ha dado y están pasando por alto.
Ningún servidor público puede calificar o juzgar su propia actuación, por eso, son los órganos de control como la Procuraduría General, los que deben revisar la actuación del señor Londoño y definir si este tiene que apartarse de una negociación tan importante para el país, como la que envuelve a Cemex. De no hacerlo, este tema promete convertirse en otro gran escándalo de corrupción nacional.
Recordemos que Carrasquilla salió del Gobierno por su fallida Reforma Tributaria y Londoño también renunció a su cargo. Sin embargo, cayó parado, porque ahora será el Ministro de Comercio Exterior. Todo sigue igual para él.