Con el Hábeas Corpus, «Chucho» ganó la condición de Persona

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Por Eduardo Padilla Hernández.

 

Abogado.  Presidente Asored Nacional de Veedurías.

El oso «Chucho» un ejemplar de oso de anteojos (Tremarctos ornatus), desató una pelea jurídica entre el abogado Luis Domingo Gómez y el zoológico de Barranquilla. En este cuadrilátero, el réferi es la Corte Constitucional.

«Chucho» nació en semicautiverio hace 24 años en una reserva natural del departamento de Nariño (Colombia), y hoy es el centro de un debate jurídico en Colombia. Su caso llegó a la Corte Constitucional donde se analiza desde el ámbito jurídico, los derechos de los animales. Algunos de los Magistrados, como la Dra. Diana Fajardo Rivera, han tomado la vocería en pro de los animales y han enarbolado las banderas de la nueva concepción que tenemos los humanos, frente a los animales, entendiendo su carácter de seres sintientes y reconociendo en ellos la capacidad de tener y ejercer derechos.

El caso de «Chucho» comenzó cuando el abogado colombiano Luis Domingo Gómez Maldonado, especialista en derecho constitucional asumió el caso del oso. Luego la Corte le concedió al animal un habeas corpus, una acción judicial que se creó para ordenar la libertad de los seres humanos, pero que terminó protegiendo los derechos del oso. Sin embargo, el zoológico de Barranquilla, a donde llegó el animal hace unos años, interpuso una tutela (recurso de amparo) alegando que se violó el debido proceso. No obstante el máximo órgano constitucional ha analizado desde diferentes ópticas jurídicas la aplicación del recurso del habeas corpus al particular caso de «Chucho», ha sido la Magistrada Fajardo quien ha liderado y sentado un precedente con su salvamento de voto, demostrando el profundo conocimiento y entendimiento de los antecedentes jurisprudenciales y normativos, que inclinan la balanza del lado de «Chucho».

La vida de «Chucho» no ha sido fácil, nació en la Reserva Río Blanco de Manizales con el objetivo de repoblar la zona, pues su especie está en riesgo de extinción, pero razones de carácter técnico han impedido que el oso pueda asentarse en un territorio que le permita compartir la vida que en condiciones de normalidad disfrutan los pocos osos de anteojos que aun pasean en nuestros parajes. Desde hace 11 años, «Chucho» está solo y se volvió sedentario, pasivo empezó a sufrir sobrepeso alejándose cada vez más de la posibilidad de ser el héroe salvador de su especie. «Chucho» no conoce la libertad y ya no se va a acostumbrar a ella, el daño está hecho.

En el 2001 se creó un plan para proteger a los osos como él que habitan la cordillera de los Andes. Y en el 2007, la Unión Internacional de la Naturaleza incluyó al oso andino en la categoría de «vulnerable a la extinción» por los riesgos que afronta debido a la caza, la destrucción de su hábitat y la expansión de la frontera agrícola. Y en el 2012, lo pusieron en la moneda de 50 pesos como una de las especies representativas de la biodiversidad colombiana.

La inédita decisión fue tomada por el magistrado Luis Armando Tolosa, de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, quien consideró que los animales “son seres no humanos, titulares de derechos”, pues a su juicio se debe superar la visión antropocéntrica que considera que sólo el hombre tiene esas garantías y está por encima del medioambiente. Esta visión es la que la Dra. Fajardo ha defendido salvando su voto de la decisión tomada por la Corte Constitucional en la acción de revisión por tutela del amparo concedido a «Chucho».

La Corte Constitucional no se ha tomado a la ligera esta decisión y en audiencia pública que duró desde la mañana hasta altas horas de la noche, la Corte Constitucional escuchó múltiples voces del país y del exterior para tomar una decisión sobre el caso de «Chucho». En un acto de responsabilidad judicial, y de pensamiento accesible a todos los defensores de los animales, la Corte abrió espacio a un diálogo democrático para escuchar una multitud de voces unánimes que claman frente a una situación que trasciende el propio caso de «Chucho». Ahora los animalistas y ambientalistas de Colombia vemos en «Chucho» una insignia de la lucha por la protección de los animales.

El Abogado del Oso, el Dr. Gómez, señaló que lo que busca es que a «Chucho» se le reconozca “personalidad animal y se le declare la titularidad de sus derechos” para que pueda regresar a su hábitat o que se le adecúen espacios lo más parecidos a su naturaleza. “Equivocadamente se cree que lo que se pide es que a «Chucho» y a los demás animales se les reconozca derechos en la misma medida y extensión que a los seres humanos, y eso, racionalmente, es un imposible”, aseguró.

Por otro lado, el representante de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, Carlos Andrés Puccini, dijo en la audiencia de la Corte que «Chucho» está en mejores condiciones que las que tenía antes. “Está demostrado que en la reserva corría peligro, incluso de muerte, y no se le podía brindar cuidado, desconociendo la prohibición del maltrato animal”, aseguró.

Por su parte, la bióloga de la Universidad del Magdalena y experta en osos andinos, Adriana Reyes, advirtió de que no se debe perder de vista al oso, pues ya le quedan, probablemente, cinco años de vida, y que por eso “necesita ser cuidado constantemente”. Para algunos especialistas lo mejor es que «Chucho» se quede en el zoológico, pues temen que por su avanzada edad y el hecho de nunca haber vivido libre no logre adaptarse y muera rápidamente, pues él nació en semicautiverio.

Sobre este tema, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo Lozano, aseguró que el Gobierno respetará las decisiones de la Corte y que está comprometido con políticas para dar más y mejores condiciones de vida a los animales. Recordó, además, que Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC) presentó a comienzos del año pasado una campaña para la protección del oso de anteojos.

En el mismo sentido, Juan Carlos Lozada, representante a la Cámara, afirmó que ya hay legislación en el país en esa materia. “Es innegable que los animales en su condición de seres vivos tienen derecho a no ser sometidos a maltrato físicos, a vivir sin hambre o sed, a no ser sometidos a condiciones de estrés o miedo. Los animales tienen derecho a manifestar su comportamiento natural y a no sufrir de explotación”, señaló.

Para Andrea Padilla, vocera en Colombia de Animanaturalis, los animales no humanos hoy son sujetos de mecanismos de protección especial, y aunque tienen derechos naturales aún no se les han reconocido constitucionalmente, lo que constituye una deuda del derecho jurídico. El gran desafío de reconocerles derechos, dice, es crear los mecanismos para garantizarlos, pues la institucionalidad colombiana sigue siendo débil en materia ambiental.
Y Laura Santacoloma, investigadora y doctora en derecho, asegura que los animales, susceptibles de sentir dolor, ya tienen derechos y considera que lo importante es que si la Corte se los reconoce legalmente, establezca a qué tipo de animales no humanos se les está dando esa garantía para ir borrando las incertidumbres. Así, dijo que se necesita de la Corte que dé reglas sobre, por ejemplo, cuándo se podría hablar de un derecho de los animales a su libertad, y si esto aplica para animales domésticos (como los perros), o los silvestres, los de zonas rurales, o algunos de ellos, porque todos no pueden incluirse en la misma lista.

Santacoloma tiene razón, respecto a los límites que debe poner la Corte, porque sin esos límites, habría que liberar reses, burros, caballos, cerdos y aves domésticas, lo cual causaría grandes perjuicios en la economía de la sociedad civil.

Lo más relevante de este entuerto jurídico es que “Chucho” logro el reconocimiento del habeas corpus y puso a los más representantivos conocedores del derecho, como la Dra. Fajardo, a pensar en nuevas formas de interpretar nuestra relación con los animales a luz del derecho. Este debate no ha terminado pero mientras existan juristas como la Dra. Fajardo, los animalistas tendremos un aliado que desde el Derecho en su más alta expresión acompañará la lucha en la defensa de los animales.

Bibliografía:
1. La Vanguardia, ¿Por qué el oso Chucho está en el centro del debate por los derechos de los animales?
2. El Tiempo, Chucho, el oso que abrió un debate sobre los animales en cautiverio.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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