Por: Sixto Alfredo Pinto, director del portal La Otra Cara.
Cuando los filántropos Eduardo Padilla y Tania Otero se conocieron; en su primera cita no hablaron de amor pasional, sino del amor por los niños discapacitados.
Luego, después de la boda del abogado y la odontopediatra, en lugar de luna de miel, se dedicaron a la construcción de clínicas para la rehabilitación de niños con discapacidad cognitiva.
El proyecto IPS FUNTIERRA REHABILITACIÓN, pionero en el departamento de Córdoba, fue constituido por una gran comunidad interdisciplinaria: profesionales en la salud, niños discapacitados y padres de familia.
Desayunaban, almorzaban y cenaban, en medio de la atmósfera de amor que había en esa comunidad.
Cuando Eduardo y Tania se sentaban a tomar café en un centro comercial, las personas se acercaban a ellos para saludarlos con alegría, por el proyecto de los niños discapacitados.
El trabajo con los niños iba marchando bien, hasta que los políticos corruptos pelaron el cobre de la codicia, pues empezaron a copiar la idea y fundaron centros de niños discapacitados de garaje en diversos lugares de ese departamento.
Para completar de arruinar el proyecto de los niños, funcionarios del Estado empezaron a cobrarle coimas a Funtierra, pero cuando la gerente de esa empresa humanitaria, Tania Otero Arroyo, se negó a pagarles gratificaciones a los funcionarios corruptos, de inmediato empezó contra esa IPS una persecución brutal.
Los funcionarios corruptos movieron cielo y tierra para destruir a Funtierra, con el fin de trasladar a todos los niños a sus propias IPS de garaje que esos perversos acababan de fundar.
A raíz del complot que maquinaron Senadores, representantes auditores, gobernadores, alcaldes, contralores, para exterminar a Funtierra, el abogado Eduardo Padilla inició una serie de denuncias contra los funcionarios hostiles, de tal manera que ya hay varios corruptos procesados, imputados y presos, entre ellos Alejandro Lions y Gustavo Moreno, entre otros.
Funtierra es víctima del contubernio de políticos corruptos y órganos de control a quienes hoy esa IPS tiene demandados.
A raíz de que la comunidad Funtierra se negó a pagar coimas a ciertos funcionarios del Estado, puedo decir con certeza que los burócratas corruptos son como los ratones: lo que no se pueden comer, lo dañan con la infamia y el desprestigio.
Los corruptos ofrecieron pagar 200 millones de pesos por Tania Otero, gerente de Funtierra, y también pusieron precio de 100 millones de pesos por la cabeza del veedor Eduardo Padilla Hernández, por el hecho haber denunciado a varios funcionarios corruptos de Córdoba.
Por esta razón, la familia de Padilla ha tenido que cambiar constantemente de residencia. Un hijo de este veedor estuvo a punto de ser secuestrado. Por esta razón ahora su hijo está exiliado en Los Estados Unidos.
Anexo a esta columna un listado de piezas procesales y demás documentos jurídicos relacionados con la batalla jurídica sostenida por Funtierra Rehabilitación, que ya están en manos de la autoridad competente para que sea estudiada a fondo con el fin frenar la corrupción en el departamento de Córdoba…