manejan el departamento de cordoba foto robert v ruggiero

¿Quiénes Dirigen el departamento de Córdoba?

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Por: Eduardo Padilla Hernández, presidente de Redvigila y Movimiento Anti Corrupción Nacional (MAN).

Colombia es uno de los países con las políticas más liberales del hemisferio occidental: se permite que los homosexuales se casen, adopten e ingresen a las fuerzas armadas abiertamente; la ley no establece ninguna distinción respecto a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

La sigla LGBTIQ es un acrónimo que se utiliza para denominar a un colectivo cuya sexualidad no se corresponde con la hegemónica instituida por el binarismo sexo-género. Esta designa colectivamente a los grupos poblacionales de mujeres lesbianas, hombres gais, personas bisexuales, trans, intersex y queer.

Pero en el departamento de Córdoba hay una población queer que no ha salido del closet, quizás porque son políticos, funcionarios públicos y periodistas.

Esta camarilla de canallas es una vergüenza para la sociedad, no porque sean queer, sino porque son corruptos.

A causa de sus prácticas fraudulentas todos ellos tienen problemas con la justicia:
Panda Deuda, exgobernadora; Celeste Avionety, Secretaria de Salud; Navidad Silueta, Secretaria de Hacienda; Rey David, su prima Hiedra Brújula y Sabio Amén, Senadores; Coño Dante, Ramsés Marchán, Duende Vela Asco y Memo Valle Aguada, periodistas de un conocido pasquín; y varios asesores de gobernadores, entre otros.

No es que las comunidades locales no han tenido suerte, sino que un amplio sector de la sociedad de ese departamento costeño ha elegido mal a sus gobernantes, los cuales no optaron por una agenda de servicio, sino que sus empresas se desviaron hacia el poder y la codicia.

¿Por qué el citado grupo de políticos, periodistas y funcionarios públicos, se unen para atacar a las personas que escudriñan sus prácticas oscuras?

No se sabe con exactitud, pero una posibilidad sería que existe un coordinador central cuya agenda los guía hacia la unanimidad siniestra, pues ahí no cabe la unión espontánea.

La corrupción y el abuso de poder en Córdoba es un tema serio y complejo. Un grupo de periodistas, políticos y funcionarios públicos corruptos han utilizado su poder para difamar y beneficiarse personalmente.

Mi argumento de pensamiento crítico lo esgrimo en un tono denunciante, lo que es comprensible dado el tema que estoy tratando y, en efecto, carece del beneficio de un enfoque matizado.

Es útil decir que, en caso de represalia, puedo proporcionar evidencias y detalles específicos sobre las acusaciones de corrupción y abuso de poder.

Por ahora sólo estoy haciendo una llamada a la atención sobre un tema importante que requiere una discusión amplia y profunda.

También es necesario aclarar que he abordado este tema de manera responsable y respetuosa, evitando la difamación y el ataque personal.

Los implicados saben que tengo información valiosa sobre periodistas, políticos y funcionarios públicos que han sido objeto de demandas, acusaciones e imputaciones.

Es importante recordarles a ciertos personajes indeseables que la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales en cualquier sociedad democrática.

Los corruptos no aman el hermoso valle del Sinú, no aman a las comunidades que los eligieron, no aman la ciudad, ni trabajan a favor de su desarrollo, por una sencilla razón: ¡Esa horda maléfica no es de origen sinuano!

Ellos se parecen a Nerón. Este demente insensato, motivado quizás porque su novio lo abandonó, contrató a hombres que fingieran estar ebrios para prender fuego en las calles. Este emperador, pirómano, lunático y perturbado, disfrutaba observando cómo desaparecía la ciudad entre las llamas, mientras cantaba y tocaba la lira.

A Córdoba no lo están acabando con fuego, pero, en cambio, está siendo sometido a destrucción de su medio ambiente, saqueo del erario público y asesinatos, como el caso de Jairo Zapa Pérez, exdirector de regalías, cuyo crimen cumple una década de impunidad, entre otros hechos lamentables.

Es increíble que el departamento de Córdoba este dirigido por personas siniestras que sólo tienen tres objetivos: destruir, robar y matar.

En el Sinú noto que la Justicia, esa otrora honorable mujer que tenía los ojos vendados, con su espada en una mano, y una balanza, como imagen de equilibrio y equidad en la otra, que era mi Superheroína favorita, ahora parece que se pasó al bando de los villanos.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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